El pasado 1 de enero entró en vigor la nueva ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, que establece que las sicav que no cumplan el requisito de que cada uno de sus al menos cien socios alcancen una inversión mínima de 2.500 euros pasarán a tributar al 25% en el Impuesto de Sociedades, frente al 1% al que lo hacen actualmente.
Este cambio normativo ha provocado ya una desaparición masiva de accionistas (70.500), pero en cambio, hasta la fecha sólo han desaparecido 85 sicavs. Cabe destacar que cerca de 600 sicavs de la banca española (el 25% del total) han anunciado ya a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su decisión de disolución, liquidación o baja.
El cambio normativo establece un régimen transitorio durante este ejercicio, por el que se puede acordar la disolución y la liquidación de las sociedades sin ningún tipo de coste fiscal y además, diferir la tributación de los beneficios derivados de la liquidación. Esto último, con la condición de que los accionistas reinviertan la totalidad de su cuota de liquidación en otras instituciones de inversión colectivas.
Hasta abril, el patrimonio de las sicavs se ha reducido en 2.392 millones de euros, que se suman a los 4.249 millones de euros perdido en los últimos cinco años. Siguiendo con la cuenta de este lustro, su número se ha reducido en 1.000 (un 30%), y el total de accionistas ha descendido en más de 200.000, según los últimos datos recogidos por Inverco.
De las más de 3.000 sicav que ha llegado a haber, las grandes fortunas han liquidado ya cerca de 800 por miedo a la Inspección de Hacienda, tal y como publicó este medio. Es el caso de la sicav de la familia Sainz de Vicuña, dueña histórica de Coca-Cola, de Carmavent Inversions, del cineasta y expolítico Pere Portabella, de Dosane, del exfutbolista del Real Madrid Álvaro Arbeloa, y la del ex culé Iván de la Peña, entre otras.
Entre las que se mantienen de momento, destacan las de Alicia Koplowitz (Morinvenst) o Juan Abelló (Arbarin). El fundador de Pronovias, Alberto Palatchi, ha unificado este año sus dos sicav.
A por el 'mariachi' de las sicavs
Los 'mariachis' son inversores ficticios que utilizan las grandes fortunas y grupos familiares para poder tributar con las ventajas de las sicavs. La norma, hasta ahora, sólo exigía un mínimo de 100 partícipes y un capital de al menos 2,4 millones de euros.
Son dos condiciones que en muchas ocasiones no se cumplen y que la mayoría se encuentra en el limbo. De hecho, el 72% del total de las sicavs de este país se mueve entre los 100 y los 150 inversores. La última gran inspección tuvo lugar en 2006 y en las pasadas elecciones el tema se reflejó en todos los programas políticos de los partidos.
El atractivo de estas sociedades se encuentra en su baja fiscalidad, ya que tributan al 1% en el Impuesto de Sociedades. Además, las sicavs pueden diferir el pago de impuestos cuando el capital se mantiene dentro de la misma sociedad.
Cuando el retorno genera plusvalía pasa por Hacienda y tributa como una acción, entre el 19% y el 23%. También se puede esquivar este trámite si se hacen transferencias de pequeñas cantidades. Ante estas 'trampas' es natural que en política se use como reclamo mediático a la vez que se vuelve un problema para las gestoras que utilizan las sicavs de manera correcta y ven cómo se daña su reputación.