Desde la irrupción de la pandemia en marzo de 2020, los españoles (hogares y empresas) ahorraron de una manera forzosa alrededor de 100.000 millones de euros, ante la imposibilidad de consumir una parte de esa cifra por la paralización de la actividad económica y el cierre de bares, restaurantes, cafeterías, tiendas de ropa... Hubo también, sin duda alguna, un ahorro preventivo ante una situación completamente desconocida para el conjunto de la población.
Según datos del Banco de España, en el año 2020, los hogares llegaron a ahorrar hasta el 18% de su renta bruta disponible, más del doble de la media desde comienzos del siglo XXI, situada alrededor del 8%. Buena parte de ese ahorro tuvo como destino las cuentas corrientes y los depósitos a plazo, pero la mayor parte acabó en inversiones en el sector inmobiliario, en activos financieros o amortizando préstamos vivos.
De acuerdo con los últimos datos publicados por el Banco de España sobre la evolución reciente de los depósitos bancarios, entre los años 2020 y 2023, familias y sociedades no financiaras han acumulado un ahorro de 194.533 millones de euros, lo que supone un incremento del 15,95%. A cierre del año 2019, el importe de los depósitos custodiados por las entidades financieras ascendía a 1.218.981 millones de euros. A 31 de diciembre de 2023, sumaban 1.413.514 millones. De esta cifra, 1,194 millones, el 85%, corresponde a cuentas corrientes y 2024.185 millones, a depósitos a plazo.
Pero este ahorro no se ha producido de una manera homogénea a lo largo de los cuatro últimos ejercicios. En 2020 ni familias ni empresas tuvieron más remedio que destinar el dinero previsto para el consumo o la inversión a ahorro. Con los datos del banco central español, el consumo de los hogares se desplomó en el primer año de la pandemia nada menos que un 12%. Como contrapartida, los depósitos de familias y empresas aumentaron en cerca de 111.000 millones de euros, un 9,1%.
Un año después, sin que la situación económica se hubiera normalizado en su totalidad y todavía con restricciones de horarios, aforos en comercios y hostelería, los depósitos volvieron a crecer, esta vez en 60.145 millones, un 4,5%, una tasa que se consideraría normal en otras circunstancias. En 2022, el ahorro extra sumó 20.784 millones más, con una subida relativa del 1,49%.
Con los últimos datos ofrecidos por la institución que preside Pablo Hernández de Cos se puede asegurar que la etapa de ahorro de familias y empresas se ha dado por concluida con el año 2023. El pasado ejercicio, los depósitos aumentaron en apenas 2.725 millones de euros, un 0,19%, pero con una salvedad: en siete comunidades autónomas, su volumen se redujo y en otra se mantuvo estable. La cifra de depósitos es un buen termómetro para medir la temperatura del ahorro de hogares y sociedades no financieras. Alrededor del 75% de la cifra total corresponde a las familias y el resto, a las empresas.
Ahorro y depósitos
Madrid ha sido la comunidad en la que más se han reducido los depósitos. Han pasado de 389.471 millones de euros a cierre de 2022 a 375.646 millones, lo que supone un descenso de 13.825 millones. También había sido la que más dinero había ahorrado desde comienzos de la pandemia: 60.535 millones de euros en 2020 y 2021, los años más duros de la crisis sanitaria.
Madrid no ha estado sola en este final de la etapa de ahorro más prolongada que recuerda la economía española en el pasado reciente. País Vasco, Asturias, Cantabria, La Rioja, Aragón y Castilla y León han reducido ahorro en entidades financieras en otros 5.296 millones de euros. Castilla-La Mancha mantiene su dinero estabilizado en el entono de los 46.100 millones desde el año 2021.
La razón de que los depósitos hayan crecido, aunque poco, en 2023 se debe a que las comunidades con mayor población siguen teniendo el miedo metido en el cuerpo. La Comunidad Valenciana ha aumentado el volumen de depósitos en el último ejercicio en 4.157 millones de euros y parece que no encuentra límite. Algo similar sucede en Andalucía, que con 163.532 millones de euros ha aumentado su ahorro bancario en nada menos que en casi 35.000 millones de euros. Cataluña mantiene su tradicional prudencia, aunque de una forma más sosegada, lo mismo que Galicia.
¿Cuándo habrá un cambio de tendencia y hacia dónde se dirigirá el dinero ahorrado? El Banco de España considera que lo más probable es que una parte importante del ahorro no se destine al consumo, sino que se mantenga invertido en los diferentes activos financieros que ofrece el mercado.
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