El fabricante checo Skoda, perteneciente al grupo Volkswagen, ha anunciado que mantendrá hasta el final de la actual década la producción de los modelos Fabia, Kamiq y Scala con motor de combustión.
Se trata de una revisión de los planes de Skoda después de constatar que la evolución hacia los coches eléctricos está siendo más lenta de lo previsto inicialmente, ha explicado el director general de Skoda, Klaus Zellmer, al portal de noticas Seznam Zprávy. También ha influido la buena marcha de las ventas de esos modelos de combustión.
Según Zellmer, Skoda revisa sus planes por la “conversión más lenta a la electromovilidad en comparación con las suposiciones iniciales y la alta demanda en el mundo de coches con motores de combustión”.
La fabricación del compacto Fabia, cuya primera generación es de 2000, del SUV compacto Kamiq y del turismo Scala, ambos lanzados al mercado hace cinco años, estaba previsto que finalizara a corto plazo.
Por los mismos motivos se prolongará más allá de 2030 la producción del todocamino Kodiaq y de los turismos Superb y Octavia.
El jefe de Skoda ha explicado que esa transición está condicionada por el precio, la infraestructura de carga y el estado de ánimo o preferencias del consumidor, que sigue viendo al coche de combustión como la solución más equilibrada para una movilidad global.
Ha recordado que el 40% del precio de los coches eléctricos corresponde a las baterías, algo que dificulta ofrecer turismos eléctricos a precios contenidos. A pesar de ello, Skoda quiere apostar por un coche eléctrico barato, el Skoda Epiq, un turismo deportivo de ciudad, que saldrá al mercado el año próximo con un precio de 25.000 euros.
Zellner no esperaba, pero tampoco le preocupa, según ha afirmado, la prohibición de ventas de nuevos vehículos con motor de combustión a partir de 2035, aprobada por la Unión Europea el año pasado.
Lo que sí le preocupa al máximo ejecutivo de Skoda, que fabricó casi 900.000 coches en 2023, es cómo afectarán los criterios de emisión de CO2 al parque de coches que seguirá funcionando a partir de 2035. “Para eso no tenemos solución”, ha advertido Zellner.
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