El operador ferroviario francés SNCF, participado al 100% por el Estado galo tiene muchas papeletas para estar en la línea de salida de la apertura del mercado de transporte de pasajeros, cuya fecha está fijada el 14 de diciembre de 2020. Y también cuenta con muchas posibilidades de ser el único que pueda competir con Renfe desde ese primer día, junto al socio español que elija para participar en este proceso, que presenta una serie de aristas complicadas de esquivar para el resto de aspirantes.
Este martes, SNCF presentó sus intenciones en Madrid, ante los medios de comunicación, y dejó claro que su apuesta es por un modelo low cost, que tan bien le ha funcionado en Francia, y que su preferencia es entrar en el mercado español de la mano de una empresa del país. La prensa francesa había desvelado conversaciones con el grupo que forman Ilsa y Acciona para formar una alianza pero la responsable del negocio de alta velocidad de la compañía francesa, Rachel Picard, admitió que no es la única baza con la que cuentan.
La opción de ir de la mano de SNCF presenta ventajas a la hora de abordar la entrada en el mercado liberalizado. Principalmente, aporta soluciones para obstáculos relacionados tanto con el mantenimiento como con el material rodante. Dentro del primer capítulo, aquellos operadores que quieran entrar en el mercado deben tener solventada la cuestión del denominado mantenimiento pesado, esto es, las revisiones que deben pasar periódicamente los trenes.
Actualmente, ese servicio tan sólo lo presta Renfe Mantenimiento y su capacidad para ocuparse de flotas adicionales a la suya es muy limitada, lo que lleva a los potenciales participantes en el mercado a la necesidad de construir talleres propios. Además también tendrán que adquirir su propia flota y superar los procesos de homologación, lo que puede llevar hasta dos años.
El valor de ser los primeros
SNCF también considera que estos aspectos figuran entre los más delicados de la apertura del mercado. Sin embargo, su condición de operador con experiencia le ofrece posibilidades de superarlos. Picard explicó a los periodistas que la compañía evaluará si procederá a la compra de trenes para operar en España u optará por traer parte de la flota que posee en Francia. No ocultó la preocupación por el problema del mantenimiento pero también esgrimió la posibilidad de que sus trenes puedan pasar las revisiones en sus talleres del país vecino.
Porque lo que sí tiene claro la empresa pública francesa es que quiere estar en la línea de salida en diciembre de 2020. "Ser los primeros es este tipo de procesos es una de las claves del éxito", sentenció Picard, hasta el punto de abrir la puerta a acudir en solitario en el caso de no poder cerrar satisfactoriamente alguno de los procesos negociadores que tiene en marcha.
En cualquier caso, el tiempo apremia para cerrar una posible alianza. Los cálculos que maneja la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) apuntan a que Adif publicará en junio la oferta de la denominada capacidad marco, con el fin de que los grupos interesados comiencen a mostrar sus preferencias por los diferentes corredores. El trámite asegura a los interesados una capacidad mínima, aunque sin concretar surcos concretos, para un periodo estimado de entre cinco y quince años.
Tras el preceptivo periodo de consulta pública y el visto bueno de la CNMC, cuyo dictamen será vinculante, se prevé que a finales de este año se adjudique la capacidad marco a cada solicitante. Hasta junio de 2020 se podrán solicitar los surcos.
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