Quiere cambiar la experiencia de rentar un coche. Quiere, en realidad, cambiar el concepto de movilidad; decir adiós a los coches como productos y darle la bienvenida a los servicios. Por eso, Hans Christ ha fundado ya dos startups: llollo y bipi. La primera recoge tu coche cuando llegas al aeropuerto; la segunda, te da uno cuando llegas a destino.
Todo se gestiona desde el móvil. Con llollo se solicita un servicio de recogida y de parking. Es una alternativa al taxi y al parking del aeropuerto. "Al no tener oficinas, podemos ser más competitivos con los precios", promete Christ. Así, aparcar dos noches con llollo equivale a 29,99 euros, frente a los casi 40 euros que puede llegar a costar el parking general con reserva de AENA y los 60 euros que cuesta coger dos taxis para ir y volver del aeropuerto al centro de Madrid.
El concepto de llollo nació en 2015 y tras seis meses de desarrollo salió al mercado. Amigos, familiares y un par de inversores ayudaron a financiar la primera etapa del proyecto que hasta ahora ha logrado levantar casi tres millones de euros. Pero ese era solo el primer paso.
"llollo solucionaba solo el problema de la movilidad de origen, porque cuando el usuario llegaba a destino tenía que coger un taxi o ir a rentar un coche", explica Christ. Por eso surgió bipi, la app que permite rentar un coche con hasta una hora de antelación.
"Escaneas el carnet, pides el coche y te lo llevamos a la oficina, al aeropuerto a donde quieras", dice Christ. La idea, agrega, es que los usuarios no pierdan tiempo buscando oficinas, ni haciendo filas, ni llenando papeles. "Puedo entregarte un coche en una hora. Si lo pides al aeropuerto, te lo puedo dejar en 15 minutos", insiste el joven emprendedor.
Con una flota de más de 200 coches en el que ni uno le pertenece, Christ ha logrado implantar un modelo de negocio que parte de la alianza con otras marcas.
Con una flota de más de 200 coches en el que ni uno le pertenece, Christ ha logrado implantar un modelo de negocio que parte de la alianza con otras marcas. "Nosotros no compramos coches. Ellos nos dan los coches para ponerlos en la calle. En el caso de la línea de lujo, son vehículos que tardan en venderse y a las marcas les conviene que se vean circulando. Quieren que se diga 'que bonito está el coche, planteo comprármelo", explica.
Este tipo de acuerdos, insiste el emprendedor, permite a bipi funcionar de una manera diferente a las empresas tradicionales del sector. "Creo que este no es un sector transparente. Está en el ADN de todos. Y es un modelo obsoleto para esta época", sostiene. ¿La razón? Christ asegura que las empresas no son honestas con las ofertas que hacen: "Te dicen que el coche te cuesta un euro al día y luego te dicen que tienes que contratar un seguro de 150 euros".
El futuro de la movilidad
Ambos proyectos van de la mano, con año y medio de diferencia. "Es una sinergia. Operacionalmente para mí representan lo mismo, es mover coches", dice el emprendedor, que cree que en algo "tan simple" recae el futuro de la movilidad.
"El futuro no serán los coches como productos. No va de comprarse un coche, sino de servicios. El dinero que antes se usaba en mantener un vehículo ahora se repartirá en servicios como BlablaCar, Cabify, llollo, bipi. Todo depende de la necesidad que tengas", dice.
El futuro no va de comprarse un coche, sino de servicios como BlablaCar, Cabify, llollo, bipi. Todo depende de la necesidad que tenga
Por ahora, los dos proyectos de Christ están disponibles en Madrid y en Barcelona. Se espera que al terminar el año se pueda disfrutar en cinco ciudades españolas. De momento, están en ronda. "Pero más que dinero necesitamos inversores estratégicos que nos ayuden a tomar las decisiones importantes que vienen", advierte Christ. La internacionalización sería para el próximo año; el destino, Londres.
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