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Inteligencia artificial para 'resucitar' a los muertos

Los chatbots -programas que simulan mantener conversaciones a través de respuestas automáticas- se presentaron en un principio como una solución para empresas que buscaban brindar soporte a los clientes. Ahora para algunos son una manera de "prolongar la vida" o 'resucitar' a sus seres queridos.

Hoy es el día de todos los santos; mañana, el día de los muertos. Algunos irán al cementerio a llevar flores; otros se quedarán en casa e intercambiarán mensajes de texto con los difuntos.

No es una teoría sacada de una serie de ficción -aunque distintos directores se han valido del argumento-; es la realidad. Gracias a la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning, en inglés), diferentes compañías han desarrollado chatbots, así se conoce a los programas que simulan mantener conversaciones a través de respuestas automáticas a preguntas hechas por el usuario. Y lo que en un principio se presentó como una solución para empresas que buscaban una forma automática y práctica de brindar soporte a los clientes, hoy por hoy es para algunos una manera de "prolongar la vida" de sus seres queridos. La "inmortalidad artificial" hecha aplicación.

Hay empresas que permiten crear chatbots para conversar con familiares fallecidos

El 'noviobot' y el 'papábot'

Ya en 2013, Black Mirror, la serie original de Netflix, había fantaseado en el episodio Be Right Back con la posibilidad de 'resucitar' a un ser querido -en este caso, un novio- a través de la tecnología. En el argumento, la protagonista pasa de intercambiar mensajes de textos con su pareja fallecida, a mantener conversaciones telefónicas, hasta volcar la memoria digital del difunto en una especie de robot-muñeco en tres dimensiones.

Estos robots todavía no caminan entre nosotros. Pero ya hay gente conversando con amigos y familiares que no están en el plano físico.

Un episodio de Black Mirror aborda la posibilidad de conversar con los muertos a través de aplicaciones

El periodista James Vlahos contó su historia el pasado agosto en una crónica publicada en la Revista Wired. Su padre había sido diagnosticado meses atrás con cáncer de pulmón; estadio cuatro. Para entonces, Vlahos había escrito varios temas sobre inteligencia artificial. Pero había un trabajo específico que rondaba en su cabeza: el reportaje que hizo para el The New York Times Magazine sobre Hello Barbie, un chatbot para conversar con la muñeca más famosa del mundo.

Vlahos se puso en contacto con los creadores de la Barbie parlanchina; en particular, con Oren Jacob, exdirectivo de Pixar y consejero delegado de PullString: una compañía de entretenimiento y tecnología, fundada en 2011, que combina el arte y la ciencia para permitir conversaciones con personajes.

"Quiero crear una tecnología que permita a la gente tener conversaciones con personajes que no existen en el mundo físico -porque son de ficción o porque están muertos", le dijo Jacob a Vlahos. Y Vlahos se quedó con esta última opción. Sabiendo que la enfermedad de su padre era terminal y moriría, decidió crear su 'papábot', un programa que le permitiría conversar con su padre una vez éste falleciera.

Quiero crear una tecnología que permita a la gente tener conversaciones con personajes que no existen en el mundo físico

El periodista grabó una serie de sesiones en formato charla-entrevista con su padre. Más de 90.000 palabras. ¿La intención? Crear una versión sólida de la vida de su padre para luego alimentar el chatbot. Y lo hizo. En agosto de 2016, Vlahos se sentó frente al ordenador y fue alimentando, por primera vez, el programa de PullString con estas conversaciones.

El periodista James Vlahos narra en primera persona cómo creó un chatbot para conversar con su padre fallecido

Mientras más información tenía el chatbot, más se parecía a su padre. Incluso aprendió a responder según el estado de ánimo de la persona con la que conversa: si ésta dice que se siente bien o mal, agotada o preocupada. Vlahos intentó, además, darle cierto "sentido de la temporalidad" para que recordara fechas de cumpleaños y festivos.

La historia de Vlahos no es única, pero la difusión que ha logrado con Wired ha sido global. En 2015, otra periodista hizo lo mismo. Eugenia Kuyda trabajaba en Luka -un chatbot de asistencia virtual- cuando Roman Mazurenko, uno de sus mejores amigos, falleció. Kuyda volcó toda la información que tenía sobre él y todas las conversaciones que durante años habían mantenido. Y consiguió su 'amigobot'.

'Bot a la carta'

Una vez que nació el Roman Mazurenko digital, la compañía lanzó una versión pública para que cualquiera pudiese conversar con él -lo conociese o no-. Y la respuesta fue otra. La gente no solo conversaba con él. La gente quería su propio 'bot'.

"Empezaron a enviarnos mensajes preguntándonos si podíamos construir un bot para ellos. Algunas personas querían construir una réplica para ellos mismos y otros quería construir una de aquellas personas que querían y ya no estaban", dijo Kuyda en una entrevista a QZ. Así, Luka pivotó a otro proyecto: Replik. Una aplicación, disponible en versión iOS para iPhones y en versión Android, que permite construir un chatbot a partir de la información volcada.

Hay aplicaciones móviles que permiten interactuar con familiares fallecidos.

En el caso español, los especialistas consultados por este medio no conocen empresa alguna que se dedique, en particular, a la creación de chatbots para 'resucitar' personas. Pero Johan Sosa, director tecnológico de Advicefy -empresa especialista en chatbots-, asegura a Vozpópuli que "tecnológicamente, se puede hacer".

Los especialistas consultados no conocen empresa alguna en España que se dedique a la creación de chatbots para 'resucitar' personas

Julio Prada, consejero delegado de Inbenta -una compañía española dedicada a la creación de chatbots-, explica a Vozpópuli las diferentes opciones disponibles con este tipo de tecnología. "Es una tecnología aséptica", aclara. Desde la compañía se encargan de crear la plataforma y luego es el cliente el que se encarga de configurarla: de darle conocimiento e intención.

Los contratos, añade, son muy claros en este sentido. "Si construyes un chatbot experto en insultar, es tu problema". Sin embargo, asegura que la mayoría de sus clientes son empresas que buscan una solución para mejorar sus sistemas de atención y soporte al usuario.

Pero sí, es posible usar la tecnología de estos chatbots y convertirlos en versiones digitales de nuestros amigos o familiares fallecidos. "La inteligencia artificial no es más que secuencias matemáticas. Eso hace que las emociones sean matemáticas. A nivel abstracto, se trata de clasificar frases. A partir de ahí, puedo 'tunearlo' y darle capas de personalidad", explica el director tecnológico de Advicefy.

Podemos resucitar a alguien conocido o no. Cómo de bien o cómo de mal se haga, dependerá de la cantidad de información que se tenga

Así, sobre la posibilidad de resucitar (o no) digitalmente a las personas, el directivo de Inbenta asegura que las complejidades no residen ya en la tecnología. "Podemos resucitar a alguien conocido o no. Cómo de bien o cómo de mal se haga, dependerá de la cantidad de información que se tenga", sostiene.

Los chatbots pueden aprender la personalidad del difunto a través de la información suministrada.

¿Dónde está el límite?

El problema, por ahora, reside a nivel legal. "¿Quién puede resucitar a quién? ¿Quién autoriza eso?", pregunta Prada. En el caso del periodista de Wired, tanto él, como el padre y el resto de los miembros de la familia estaban de acuerdo con la creación del chatbot. "¿Pero y si no todos están de acuerdo? ¿Y si un hermano no quiere que se construya un bot con la información de su padre? El tema de la herencia digital tiene avances, pero no está del todo resuelto", subraya el directivo de Inbenta.

¿Quién puede resucitar a quién? ¿Quién autoriza eso? ¿Hasta qué punto ese chatbot se parecerá al fallecido?

Varios países trabajan, desde hace unos años, en un marco legal para las llamadas "herencias digitales". Es el caso de Estados Unidos y Francia, por ejemplo. En España, contábamos hace unos meses en Vozpópuli, el Govern catalán ha presentado un proyecto de ley de voluntades digitales, que permitirá designar en los testamentos a los herederos de todos o una parte de los contenidos digitales.

Si una persona se hace con los derechos de dichos contenidos, entonces podría crear el chatbot de su ser querido. ¿Hasta qué punto ese chatbot se parecerá al fallecido? Prada y Sosa insisten: dependerá de la cantidad de información que se suministre en la plataforma.

Volcas datos del pasado y forjas la personalidad de ese humano. Pero llega un momento en el que el chatbot se estanca

¿El chatbot seguirá aprendiendo? Hasta cierto punto. "El chatbot no crece", explica el CEO de Inbenta. "Volcas datos del pasado y forjas la personalidad de ese humano. Pero llega un momento en el que el chatbot se estanca", dice. ¿Por qué? Porque no hay más información aportada por el difunto.

Aún así, Prada aclara que los chatbots están dotados con una "memoria de diálogo", una cualidad que enriquece el valor ya existente. Esto, explica, permite que además de que puedan recordar cosas de su personalidad y su historia de vida -del difunto-, aprendan de la interacción con el usuario y sean capaces de almacenar la información generada en las nuevas conversaciones.

¿El límite? "El chatbot no será capaz de contar cosas nuevas, porque en verdad no hace nada, no vive", dice Prada. Sin embargo, es posible "entrenarlos" para que puedan construir reacciones a informaciones disponibles en internet, como noticias. Sosa explica que incluso se puede programar estos chatbots para que aprendan de la persona con quien conversan y del resto de personas que interactúan en la red.

El periodista de Wired aseguró en su publicación que en el futuro, los chatbos, "analizando la entonación del habla y las expresiones faciales, incluso serán emocionalmente perceptivos". El CEO de Inbenta cree, incluso, que en algún momento la tecnología permitirá volcar "el cerebro" -toda la información de vida y la personalidad de una persona- en clones.

¿Hasta dónde llegará la tecnología de bots?

Aunque el director tecnológico de Advicefy reconoce el crecimiento tecnológico que ha tenido el sector de la inteligencia artificial en los últimos año y cree que cada vez seremos capaces de hacer más y más cosas, asegura que "estamos lejísimos de un episodio de Black Mirror". Lo cierto es que hay quienes, este día de los difuntos, intercambiarán mensajes de texto con los que ya no están. 

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