"El día que Amancio Ortega compró la Torre Picasso, movió todo lo que se había movido ese año en el ecosistema de las startups". La comparación la hace Javier Martín, conocido también con el usuario de Loogic. Este emprendedor e inversor -que llegó al sector hace casi 15 años- insiste en que aunque hay una evolución notoria, "seguimos estando en un mercado muy pequeño". Aún así, asegura que el ecosistema startup "es lo más innovador" que tiene España en estos momentos. "Es como la joya de la corona. El tesoro de la corona será más grande, pero a la joya hay que cuidarla", agrega.
Mientras Martín analiza entre símiles, varios emprendedores e inversores hacen speed dates (citas rápidas) en la cuarta planta de The Cube Madrid, como parte del programa del Smart Money 2017, celebrado esta semana en la capital. "Ahora vivimos un momento bastante bueno porque hay mucho proyectos, muchos inversores, muchas ideas, muchas empresas", dice Martín, uno de los organizadores del encuentro.
¿El sector está realmente mejor? ¿Cómo es la relación entre los diferentes agentes (emprendedores, inversores, administración y medios? ¿Qué falta? Martín comparte con Vozpópuli sus impresiones.
Empezó con Loogic en 2003. ¿Cómo ha cambiado el ecosistema emprendedor?
Cuando yo empecé apenas existía nada de esto. Es cierto que cuando la burbuja de internet en el 2000 hubo algún evento donde se notaba algún interés por aproximarse al mundo de la tecnología y la innovación. Pero hubo un parón tremendo que no se recuperó hasta el año 2005. En esos cinco años todo iba a través de internet, empezaron los blogs y realmente fue muy natural y una época muy buena porque se establecieron relaciones muy sanas. Quizás ahora se nota más el interés o el beneficio a corto plazo. Creo que vino muy bien a este ecosistema que pasásemos esa temporada difícil para que se estableciesen unas relaciones de confianza que ahora están siendo muy beneficiosas.
¿Ahora es un buen momento?
Ahora vivimos un momento bastante bueno porque hay mucho proyectos, muchos inversores, muchas ideas. Muchas empresas quieren entrar y es cierto que inicialmente no van buscando un beneficio directo, algunas están dispuestas a arriesgar durante unos años. Ahí tenemos casos que se pueden pasar muchos años sin tener un beneficio directo, pero que saben que es parte de su futuro. Si no lo hacen, dentro de 10 o 15 años ya no van a estar. Es la suerte que tenemos los emprendedores de vivir en un entorno relativamente amigable.
Ahora vivimos un momento bastante bueno porque hay mucho proyectos, muchos inversores, muchas ideas, muchas empresas
Habla de la relación entre emprendedores, inversores y corporaciones. En el caso de los medios, ¿cómo ha sido cambio, el interés?
Yo creo que los medios en un momento de auge se interesaron mucho por este ecosistema. Pero -y lo entiendo bien, porque es muy complicado el negocio- creo que poco a poco han ido perdiendo el interés porque han visto que sigue siendo algo muy pequeño y es algo que nos sigue fallando. En España, con respecto a otros países, el mundo de la innovación sigue siendo el equivalente a otros sectores muy pequeños, donde no vale la pena centrarse porque no hay una audiencia o un volumen de negocio suficiente. Los medios se tienen que centrar en los sectores que más audiencia les generan y los emprendedores y las startups no generan audiencia. Es complicado. Yo que llevo un medio como Loogic he visto que esto es un mundo muy reducido. Es calidad frente a cantidad. Cantidad no hay, pero calidad hay mucha y es la que necesitan las empresas y los inversores.
Los medios se tienen que centrar en los sectores que más audiencia les generan y los emprendedores y las startups no generan audiencia
Además de emprender con Loogic, tiene proyectos que pretenden reunir a otros emprendedores, como 'Smart Money'. ¿De qué va el concepto de 'dinero inteligente'?
La mayoría de la gente entiende “dinero que aporta más que dinero”. Es decir, inversores que aportan dinero, contacto, conocimiento, oportunidades. Pero eso es limitarlo al lado del inversor: depositar la responsabilidad del smart money en el inversor exclusivamente. Y no. El smart money va mucho más allá. Es depositar también responsabilidad en el propio emprendedor desde el momento en el que se pone a buscar financiación, de forma que no se le haga perder tiempo al inversor contándole un proyecto que realmente no merece financiación.
Smart Money es depositar también responsabilidad en el propio emprendedor desde el momento en el que se pone a buscar financiación
El emprendedor tiene que hacer el trabajo de informarse sobre en qué proyectos quiere invertir el inversor con el que se va a reunir y que realmente se haya formado y preparado sobre aspectos tan básicos como la valoración que tiene su empresa, el dinero que va a necesitar, el proceso que va a tener lugar una vez que haya conseguido la financiación y, finalmente, saber en qué se va a gastar el dinero del inversor. Es responsabilidad compartida. Muchas veces el emprendedor va buscando en el inversor una solución a sus problemas y no tiene por qué ser así.
En este encuentro se habla de fondos de inversión, aceleración, equity crowdfunding, financiación pública. Si desglosamos, ¿cómo está España en cada uno de estos espacios? ¿Qué hacemos mejor?
En líneas generales, de menos a más, es más fácil conseguir financiación a través de crowdfunding o business angels; más difícil por el capital riesgo o el capital semilla. Y la mayoría de los que tienen que ir a capital privado lo hacen con inversores fuera de España. Creo que es lo natural, porque España es un país pequeño, porque tiene una economía más modesta que otros países. En verdad creo que estamos bien.
Muchos más proyectos consiguen financiación de business angels porque no son capaces de llegar a la fase en la que invierten el capital riesgo
Siempre se ha hablado de que existe una brecha entre el capital semilla y el capital riesgo, pero también es una forma selectiva. Muchos más proyectos consiguen financiación de business angels que de capital riesgo porque no son capaces de llegar a la fase en la que invierten el capital riesgo. Es pura selección natural. Lo malo es que en ese proceso hay muchos business angels que pierden el dinero. Podríamos decir que los angels son los que están haciendo un poco el sacrificio de filtrar cuáles son los proyectos que posteriormente necesitan ser impulsados por el capital riesgo.
https://twitter.com/javimonsalupe/status/912361405671714816
Algunos emprendedores aseguran que el problema en España no es necesariamente la falta de financiación. Dicen que hacen falta más espacios de financiación para las empresas en crecimiento. ¿Son o no suficientes?
Probablemente lo que faltan son proyectos lo suficientemente relevantes para que los inversores que están aquí… Es un tema complicado. Yo entiendo que los pocos que hay aquí tienen que ser mucho más selectivos. En España hay menos opciones de financiación para crecimiento, lo cual hace parecer que es más difícil, pero no lo es. Que las startups estén consiguiendo dinero fuera no es porque no lo hubiesen podido conseguir en España; es por el hecho de que haber salido les ha hecho adoptar una actitud de hacer un mayor esfuerzo.
Hablamos del dinero en el sector privado o particular. ¿Qué puede decir sobre la financiación pública?
Creo que para el propio contexto está bastante bien. Enisa, CDTI y otras líneas de financiación más allá de las autonómicas o las europeas están bastante bien. Conozco muchas empresas que lo han conseguido. La duda es si el dinero está mejor invertido -no lo critico porque no tengo una mejor opción que ofrecer- desde la administración pública o desde el mundo privado. Ahí es donde tengo dudas. Pero se está haciendo bien y es relativamente suficiente. No tengo propuesta para mejorarlo, así que no voy a criticar.
Hace referencia a modelos colaborativos de financiación participativa (como el crowdfunding). ¿En qué medida pueden favorecer al sector startup?
Para mí es fundamental. Es de las mejores cosas que han pasado. Está fenomenal tener inversores y financiación pública, pero el (equity) crowfunding es lo mejor en este momento para temas de startups. No porque las otras cosas sean malas, sino porque esto mejora muchas cosas: lo hace más eficiente, pone el foco en el lado del emprendedor y no del inversor, el emprendedor marca las condiciones, lo hace todo de manera más rápida y eficiente.
Para mí el crowdfunding es fundamental. Es de las mejores cosas que han pasado
Tenemos dos años con la Ley de fomento de la financiación empresarial. Hay gente a favor y gente en contra. Si a usted le tocara hacer la valoración, ¿cuál sería?
La gente que lo ha estudiado dice que es bueno porque genera confianza respecto de las plataformas. Yo creo que no era necesario. Estamos en un ecosistema en el que la mayoría de la gente se puede llegar a conocer y confiar unos en otros sin necesidad de que exista una legislación. Es cierto que han surgido muchas plataformas que van a ayudar a que sea más conocido el equity crowdfunding, pero no sé hasta qué punto no habrían surgido si no existiese una ley. La duda que me queda es si el hecho de que haya una ley a perjudicado porque ha paralizado la actividad de plataformas por un tiempo. ¿Qué ocurre? No podemos decir que estamos al margen de la ley, porque al final va a haber una ley europea que lo va a regular todo esto y es a lo que nos deberíamos subir.
Este mes ha sido movido a nivel de inversión (Typeform, 8fit, BlinkFire, Billin). ¿Cómo valora la inversión que están logrando los proyectos españoles? ¿Es casualidad?
Yo creo que es casualidad porque pasa con mucha frecuencia. A lo largo del año hay tres o cuatro meses muy buenos y otros muy malos. Creo que es por cómo se van gestionando las propias operaciones. Hay operaciones que pasan meses hasta que se confirman. Hay operaciones que se realizan y tardan meses en comunicarse, en función de intereses determinados.
Esto es muy pequeño, pero es lo más innovador que tenemos ahora mismo. Es como la joya de la corona
Nuestro mercado tiene una media de 150 y 200 operaciones al año en las que son relativamente públicas; contando las que no son públicas, pueden ser 300. Son varios cientos de millones. Si quitamos las desinversiones que hay, seguimos estando en un mercado muy pequeño. Suelo hacer la comparación de que el día que Amancio Ortega compró la Torre Picasso, movió todo lo que se había movido ese año en el ecosistema de las startups. Esto es muy pequeño, pero es lo más innovador que tenemos ahora mismo. Es como la joya de la corona. El tesoro de la corona será más grande, pero a la joya hay que cuidarla.
Ahora se ha incorporado a Sngular para impulsar el trabajo con las startups y liderar las iniciativas de Open Innovation (puente entre startups y corporaciones). ¿Cómo ve el vuelco de mirada de las corporaciones a las startups?
Las grandes empresas están obligadas a hacerlo porque puede que en unos años hayan desaparecido. Están obligadas, pero saben que es muy difícil. Todos lo sabemos. Las empresas tienen unos intereses y las startups también. Cada uno tiene sus dinámicas. Hasta ahora no ha dado buen resultado. Se ha intentado integrar cómo funciona una startup con como funciona una gran empresa y eso es incompatible. Tenemos que encontrar entre todos un modelo. Es probable que no sea un único modelo. Tiene que ser una cosa muy flexible, dinámica y personalizada, que no encaja -para nada- con lo que buscan las grandes organizaciones.
Se habla de emprendimiento en positivo, aunque el porcentaje de éxito de una startup es realmente bajo… Como emprendedor, ¿cuál ha sido su mayor fracaso hasta ahora?
Sí, claro. La mayoría han sido fracaso. Lo bueno es que sabemos que forma parte del camino. Los fracasos no impiden que estemos intentando otra cosa. No hay problema más allá de la frustración. Por el camino se han quedado proyectos, sí. Los vemos como parte del proceso. Nosotros tenemos la suerte de haber decidido un modelo en el que desarrollamos buenos proyectos. Hay otros que piensan que es todo o nada.
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