Casi una década repasando el verbo to be, pero sin pronunciar palabra. Niveles y niveles en aplicaciones de gramática como Duolingo, pero sin alcanzar fluidez. Maratones de series en idioma original, pero imposible entender a la gente fuera de la pantalla. Es el mal de muchos. Y Alberto Cruz lo sabe. Por eso fundó Lingbe, la aplicación móvil para practicar idiomas a través de llamadas con nativos que esta semana ha ganado la Startup Competition del Madrid Mobile Summit.
"Lingbe permite al usuario establecer llamadas con nativos de más de 30 idiomas. Solo hay que configurar las preferencias y presionar el icono de llamadas; en menos de dos minutos podrás hablar con otra persona", explica a Vozpópuli el fundador y consejero delegado de la compañía, Alberto Cruz.
La aplicación, que salió al mercado en diciembre de 2016, ya cuenta con más de 100.000 descargas y una puntuación de 4,8 sobre 5 en Play Store (la tienda de aplicaciones para móviles con sistema android). Google, responsable de la tienda, fue de los primeros en interesarse por el proyecto. "Cuando estábamos incubados, nos seleccionaron entre 29 startups a nivel mundial y nos destacaron en Play Store. Conseguimos 10.000 usuarios cuando lanzamos la aplicación", cuenta el CEO.
Aunque también está disponible para iPhones, la tienda de aplicaciones de Apple asegura aún no tener suficientes valoraciones para puntuar a Lingbe.
Actualmente, según datos facilitados por la startup, al mes la comunidad de usuarios alcanza los 35.000; y al día, el número de llamadas rondas las 4.000. Dichos usuarios, aclara Cruz, "no son profesores; son personas -nativas cada una en su idioma- con ganas de practicar, aprender y ayudar a otros".
¿Cómo funciona?
Lingbe funciona a través de varios sistemas. En principio, ofrece 15 minutos de uso libre para establecer llamadas gratuitas a través de la aplicación con personas cuya lengua madre es la que se quiere practicar. Una vez agotado ese tiempo, el usuario tiene tres opciones: (1) intercambiar sus lingos (la moneda de la plataforma), que de inicio son 50 (unos cinco minutos); (2) brindar ayuda a otros, conversando en su idioma nativo (a través de este sistema ganará el equivalente de minutos para practicar luego el idioma que quiera); o (3) comprar minutos (4,99 euros por 60 minutos).
Actualmente, la aplicación ofrece la opción de practicar más de 30 idiomas. Aún así, al iniciar sesión advierte de que -al tratarse de una aplicación reciente- "es posible que en ocasiones se sea complicado encontrar conversadores disponibles según la hora y el idioma seleccionado".
Una vez culminada la conversación, ambos usuarios podrán puntuar y dejar valoraciones. El conversador nativo evaluará vocabulario, pronunciación y fluidez; y, a, cambio, será evaluado "por sus habilidades para desarrollar una conversación interesante y para estimular la práctica del usuario que está aprendiendo".
El post-duolingo
Lingbe -seleccionada entre 70 startups en el Madrid Mobile Summit- nació en 2015, en las aulas del IE Business School, mientras Cruz cursaba un máster. "Empezó como una idea para un proyecto y al final nos gustó tanto que fue evolucionando. Cuando acabé el máster, decidí emprender", cuenta.
El primer paso, agrega, fue definir el producto mínimo viable y contratar una empresa que se encargara de su desarrollo. El proceso llevó casi un año y no fue hasta diciembre de 2016 que la aplicación estuvo disponible para los usuarios.
Hoy por hoy, el equipo de Lingbe cuenta con seis personas, cinco con perfil técnico y un responsable del área financiera de la startup. Hasta ahora, han logrado sumar 60.000 euros a través de Enisa, casi 80.000 euros gracias a amigos y familiares, y 15.000 euros de un inversor particular. Este año, la startup espera cerrar su primera ronda de financiación con un inversor principal y una plataforma de financiación participativa (crowdfunding) StartupXplore.
Sobre la posibilidad de fusiones futuras, Cruz asegura que no descartan establecer conversaciones con empresas como Duolingo, plataforma referente destinada al aprendizaje gratuito de idiomas. "Somos plataformas complementarias; ellos apuestan por la gramática y lo nuestro es practicar la fluidez", agrega.
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