El próximo día 29, el Instituto Nacional de Estadística publicará el avance del Índice de Precios de Consumo correspondiente al mes de noviembre. El dato no centraría la atención más allá del círculo de estadísticos y economistas, de no tratarse de la penúltima referencia necesaria para conocer cuánto van a revalorizarse las pensiones a partir del mes de enero del próximo año si ese dato se confirma finalmente el día 14 de diciembre, cuando el INE elevará la cifra a definitiva.
La Ley 21/2021, de 28 de diciembre, de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones, modifica diversos preceptos de la Ley General de Seguridad Social, entre ellos el relativo a la revalorización de las pensiones, con la derogación del llamado índice de revalorización y la redacción de un nuevo artículo 58, en el que se recupera la garantía del poder adquisitivo a través de una actualización de las pensiones en función de la inflación del ejercicio anterior.
Sobre la base del articulado de esta ley, las pensiones tendrán que revalorizarse entre un 8,36%, como mínimo, y un 8,6% como máximo, teniendo en cuenta el aumento de los precios desde el mes de diciembre de 2021. Esto se traducirá en que la pensión mínima, con cónyuge a cargo, llegue en enero de 2023 a 966 euros brutos mensuales (sin cónyuge, 783 euros); la pensión de jubilación media, a unos 1.310 euros, y la pensión máxima supere los 3.000 euros por primera vez en la historia, situándose entre 3.055 y 3.061 euros mensuales (entre 42.771 y 42.863 euros anuales) .
El último dato de evolución de los precios refuerza la teoría de que lo peor ha pasado con el final del verano. El IPC del mes de julio elevó la inflación a una tasa interanual del 10,8%, una cifra que nunca se alcanzó en los últimos veinte años. Desde entonces, la tensión ha cedido algo y los precios acumulan tres descensos consecutivos desde el mes de agosto, hasta el 7,3% con el que se ha cerrado octubre, último dato publicado por el INE.
Los números que se conozcan del mes de noviembre no serán, sin embargo, la referencia directa para la revalorización de las pensiones el próximo año. La nueva redacción del articulado de la Ley General de la Seguridad Social confirma, en su primer punto, que las pensiones contributivas mantendrán su poder adquisitivo en los términos previstos en esa ley. Es en el segundo punto cuando señala cómo se procederá para cumplir con ese precepto.
La ley 21/2021 dice exactamente que "las pensiones de la Seguridad Social, en su modalidad contributiva, incluido el importe de la pensión mínima, se revalorizarán al comienzo de cada año en el porcentaje equivalente al valor medio de las tasas de variación interanual expresadas en tanto por ciento del Índice de Precios al Consumo de los doce meses previos a diciembre del año anterior". En el caso de que ese valor medio fuera negativo (como ha sucedido unos años atrás), el importe de las pensiones no variará al comienzo del año.
Cálculo de las pensiones
La media de los diez primeros meses del año es del 8,82%. Pero es necesario tener en cuenta, a la hora de establecer la media para las pensiones, el dato de diciembre de 2021 y de todos y cada uno de los meses que van de enero a noviembre de este año. A falta de conocer la cifra del mes en curso, la media del IPC entre los meses de diciembre de 2021 y octubre de 2022 es del 8,61%. A este dato habría que añadir la inflación interanual de noviembre y hacer la media de los doce últimos meses.
Noviembre es tradicionalmente un mes con un comportamiento 'amable' de los precios. Con los datos de variación mensual recogidos por el INE en los últimos veinte años, la subida de los precios en un 0,2% es la que más se repite en este periodo, hasta en siete ocasiones, seguida del 0,3% y del 0,5%, ambas en tres ocasiones. En otras cuatro, la inflación ha sido negativa; la última, en 2018.
Si el IPC cayera en tasa interanual en noviembre a un 5,7% (un descenso de 1,6 puntos porcentuales, el mismo que se registró en octubre), la media del periodo diciembre 2021-noviembre 2022 bajaría al 8,366%; si bajara al 6,5%, se situaría en el 8,43%; si se mantuviera en el 7,3% (el nivel de octubre), la media subiría al 8,5%; si se diera un crecimiento interanual del 8%, se elevaría al 8,558%, y si se fuera hasta el 8,5% (lo que supondría un aumento mensual del 1,5%), la media se iría al 8,6%.
Subida por tipos
El margen de maniobra es, pues, muy pequeño. Por eso puede adelantarse que la pensión media de jubilación, que este año está en 1.206,43 euros brutos mensuales, pasaría a entre 1.307 y 1.310 euros; la de incapacidad permanente, en la actualidad en 1.019,3 euros, se situaría entre 1.105 y 1.107 euros; la de viudedad subiría de los 752,3 euros a entre 815 y 817 euros; la de orfandad, de 425 euros a entre 461 y 462; y la de en favor de familiares, de 612 a entre 663 y 664 euros.
Los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año tienen consignado un gasto en pensiones contributivas de 166.777 millones de euros, un 11,2% más que en el ejercicio actual. Además de la revalorización, los Presupuestos tienen en cuenta el número de pensiones a pagar que cada año se incrementa en más de 100.000. Las pensiones de jubilación se llevarán 120.054 millones de euros, el 72% del total. Las de viudedad costarán a la Seguridad Social 28.394 millones (17% del total); las de incapacidad permanente, 15.496 millones (9,3% del total), y las de orfandad y favor de familiares, 2.832 millones, el 1,7% del total. Las pensiones no contributivas absorberán, sin País Vasco y Navarra, 2.803 millones.
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