Suecia es el único país de la Unión Europea que ha cumplido con el objetivo marcado por la Organización Mundial de la Salud de reducir su consumo de tabaco hasta alcanzar un porcentaje inferior al 20% de su población.
En la actualidad, se estima que alrededor de un 5% de los suecos son fumadores. En España, la proporción de adultos que consumen tabaco de manera diaria asciende al 34% de la población, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
Uno de los principales motivos que explican que el país nórdico tenga una tasa tan baja de fumadores reside en que consumen tabaco de otra manera, una que no implica el uso de un mechero en ninguna de sus formas. Se trata de Snus, una forma de tabaco que se consume de manera oral y cuyos fabricantes aseguran que resulta “infinitamente” menos dañino para la salud que los cigarrillos tradicionales.
Snus no es un producto nuevo, ni mucho menos. Lleva presente en el país desde hace más de 200 años y ya forma parte de la cultura sueca. Consiste en unos pequeños saquitos de tabaco que se colocan por debajo del labio superior durante una media hora, periodo en el cual el cuerpo va absorbiendo la nicotina a través de la encía.
Sus efectos son parecidos a los de un cigarrillo, pero sin los efectos negativos que tiene lo que los expertos del sector denominan como “combustión”: al encender un pitillo, el humo entra en los pulmones, así como el alquitrán, y la nicotina es absorbida por el cerebro de manera mucho más rápida.
Al menos estos son algunos de los beneficios que sus defensores exponen estos días en el Sexto Fórum Global sobre la Nicotina que se celebra en Varsovia este fin de semana.
No se fuma, pero se consume
Lo cierto es que en los países nórdicos, no sólo en Suecia, los fumadores tradicionales son una minoría. En Noruega, desde que se introdujo, el número de consumidores de este tipo de productos ya ha superado a los fumadores.
Por otro lado, Suecia también cuenta con una de las tasas de fallecimientos por enfermedades relacionadas con el consumo tradicional de tabaco -como el cáncer de pulmón o de garganta- más bajas de toda la Unión Europea.
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Según el último Eurobarómetro disponible -de 2017- sobre el consumo de tabaco entre la población masculina, la tasa de consumo de tabaco entre los suecos ya era de un 5%, en comparación con el porcentaje de fumadores en nuestro país, que ascendía entonces a un 26%. A día de hoy es algo más alto incluso. De manera paralela, el consumo de Snus en Suecia ronda el 12% de la población.
Snus no es un parche ni una pastilla recetada por un médico que pueda utilizarse para dejar de fumar. Contiene tabaco y contiene nicotina, por lo que resulta adictivo. No obstante, desde Swedish Match, la compañía que lo produce, alegan que es una alternativa para ayudar a aquellos fumadores que no pueden dejarlo a continuar obteniendo su dosis de nicotina sin tener que poner -tanto- en riesgo su vida.
La nueva forma de tomar nicotina
Forma parte de los denominados como Productos de Riesgo Reducido Potencial o PRRPs que ofertan las empresas tabaqueras, donde también están incluidos los cigarrillos electrónicos o vapeadores. Reunidos estos días en Varsovia, sus promotores constituyen todo un movimiento que defiende que existen alternativas al consumo de tabaco mucho menos perjudiciales y que además, pueden ayudar a los fumadores a dejar de serlo.
Tryggve Ljung, vicepresidente del departamento científico de Swedish Match, aseguraba que su nuevo producto, ZYN, es una “forma completamente efectiva” de lograr que los fumadores dejen el tabaco. Lo cierto es que ZYN forma parte de la nueva generación de PRRPs cuyo principal atractivo comercial reside en el hecho de que no contiene tabaco, lo que reduce aún más su riesgo sanitario.
La “reducción de daños” y la apuesta por los PRRPs es probablemente una de las mayores tendencias a día de hoy dentro del sector del tabaco. El consumo de cigarrillos tradicionales no hace más que bajar, mientras que los vapeadores crecen cada día y hasta algunos profesionales del mundo de la Sanidad a nivel global lo proponen como una alternativa para ayudar a dejar de fumar.
La OMS y la UE, en contra
Una de las mayores tabacaleras del mundo, British American Tobacco, también ha apostado por sacar su propia versión del ‘tabaco sueco’ sin tabaco, sólo con nicotina. En su caso se llama Lyft. En total, entre la actualización de los saquitos de tabaco y toda la gama de cigarrillos electrónicos que está sacando, ha soltado una inversión de más de 2.500 millones de dólares. La inversión de Phillip Morris, la dueña de Malboro, en esta nueva generación de productos es similar.
Lo cierto es que la idea de poder reducir el consumo de tabaco sin tener que sufrir síndrome de abstinencia ni renunciar al ritual que supone la nicotina puede resultar muy atractivo. Desde Varsovia son muchos los científicos que alegan, como el especialista británico Peter Hajek, que más allá de la adicción que produce no hay problemas con que una persona fumadora “siga consumiendo nicotina el resto de su vida” a través de productos como el Snus.
Sin embargo, no hay ningún tipo de consenso entre la comunidad científica y sanitaria al respecto. Mientras que los presentes en la Conferencia de Varsovia hablan a favor de la nicotina y de las alternativas al tabaco, en la Unión Europea -y por tanto, en España- el Snus está prohibido desde hace años. Sólo se permite su venta en Noruega y Suecia. Lyft, por otro lado, también está a la venta en Reino Unido gracias a que no lleva tabaco.
La Organización Mundial de la Salud está totalmente en contra de la promoción de Snus, Lyft y los vapeadores, al igual que lo está del tabaco, ya que afirman que puede “desencadenar una falsa sensación de seguridad”. Lo que recomiendan, por tanto, para reducir el riesgo que tiene para la salud fumar, es muy sencillo y consiste en dejar de hacerlo.
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