Los supermercados no están a favor de implantar una cesta con los precios topados como les ha pedido la vicepresidenta Yolanda Díaz. No obstante, asumen que los movimientos de su competencia, como el que ya ha hecho Carrefour, pueden terminar "obligándoles" a mover ficha.
En esta línea, aunque las patronales de los supermercados han cerrado filas esta semana, trasladando a la ministra Díaz que su iniciativa "no es una buena idea", las cadenas vigilan las campañas de sus rivales para tomar medidas "de forma rápida". "Este sector, las decisiones comerciales se toman día a día", apuntan fuentes de un gigante de los supermercados, que recalcan: "Por lo tanto, es difícil saber hacia dónde se va a mover el sector, lo cual, obviamente, nos condicionará".
En esto, y aunque el análisis de la competencia es pormenorizado, el sector tiene principal interés en saber en qué dirección se mueve la líder del mercado en España, Mercadona. Con una cuota superior al 25%, la cadena valenciana tiene más clientes que sus cuatro principales rivales juntos (Carrefour, Lidl, DIA y Eroski), lo que la convierte la principal preocupación para los supermercados.
Aunque la política comercial de la empresa que dirige Juan Roig se ha diferenciado tradicionalmente del resto de los supermercados (no tiene tarjeta de puntos ni programas para conseguir descuentos, por ejemplo), sus competidores consideran que su postura frente a la cesta que sugiere Díaz determinará al resto.
Por el momento, la valenciana se ha situado bajo el paraguas de la patronal que representa a la empresa, Asedas. Este lunes, el director general de esta asociación, Ignacio García-Magarzo, apuntaba a que "elaborar una cesta básica no es coherente con la estructura de la distribución española". En el encuentro con la vicepresidenta y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, Asedas rechazó la propuesta: "A cambio le hemos planteando que necesitamos su ayuda, y que una solución podría ser bajar el IVA a productos que están gravados al 21% y que podrían estarlo al 10%", apuntó.
Los súper hablan de "contener precios"
Con todo, las cadenas de distribución insisten en que su esfuerzo en los últimos meses se ha centrado en "contener precios" de venta al público. "Esto se ha materializado en esfuerzos promocionales durante el último trimestre con ofertas y, sobre todo, premiando a la marca propia", aseguran desde Eroski. Desde Alcampo, la posición es parecida: "Siempre tenemos promociones y ofertas, y seguimos trabajando en ofrecer los mejores precios".
No obstante, y como se desprende de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los alimentos y bebidas no alcohólicas recogen un crecimiento en agosto del 13,8%, tres décimas superior al del mes anterior, situando la tasa como la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994. Así, las mayores subidas de precios se encuentran en productos como harinas (39%), mantequilla (31,8%), pastas y cuscús (30,3%), salsas y condimentos (26,5%), leche (26%), y huevos (22,4%).
Ante estas cifras, las patronales del sector tratan de defenderse. "Las causas del alza del IPC en alimentación son objetivas: alza del coste de la energía, de los carburantes y de las materias primas –agravado por la guerra de Ucrania-", insisten, y recalcan: "Tenemos problema grave de costes, el Gobierno tiene que ayudarnos a reducirlos". Por eso, su propuesta pasa por "bajar el IVA de forma provisional".
Desde el Ejecutivo, no obstante, no están dispuestos todavía a dar por perdida su petición a los supermercados. "Las grandes empresas de distribución, muchas de las cuales incluso han repartido dividendos multimillonarios hace tan solo unos meses, deben hacer un esfuerzo adicional por el país", apuntaba Garzón este martes tras conocer los datos del IPC.
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