El devenir de la 'operación Mbappé' es la punta del iceberg de la batalla que se avecina en el mundo del fútbol. El Paris Saint Germain controlado por Catar ha podido darse el lujo de rechazar entre 180 y 220 millones de euros por él del Real Madrid ante la flexibilidad que le han prometido de cara a esta temporada la todavía débil liga francesa y la UEFA de Aleksander Ceferin, amenazada por la Superliga, coinciden en señalar distintas fuentes de la 'industria' del deporte rey.
El PSG habría perdido unos 300 millones de euros en las últimas dos temporadas -los mismos que pedía por Mbappé-, equivalentes a más de la mitad de sus ingresos ordinarios, y aún así, se le ha permitido conformar una plantilla más potente y cara que la precovid. Ya en la campaña 2020/2021, antes de la llegada de Lionel Messi, la plantilla de los parisinos representaba más del 70% de los ingresos ordinarios del club (sobrepasando, por ejemplo, el límite de La Liga española), según consta en un informe de la consultora KPMG que ha podido cotejar este medio.
Ahora, el club de Catar ha sacrificado otros 200 kilos por Mbappé, que quedará libre en 2022 si mantiene su negativa a renovar, para asegurarse una temporada del tridente de la figura gala con Messi y Neymar. Todo ello, mientras la UEFA reivindica que la pandemia ha provocado un agujero de 7.000 millones en el conjunto del fútbol europeo. Esto le ha granjeado un marco argumental suficiente para estrechar los lazos con Catar, dueño también del Mundial de noviembre de 2022. La inversión catarí potenciaría el negocio del balompié por dentro de la UEFA y no por fuera de ella beneficiando, según el argumentario de los de Ceferin, al conjunto de clubes.
La UEFA... y el posible pacto con los clubes Estado
Fuentes cercanas a la Superliga rupturista con la UEFA inciden en que el PSG llegó a estar entre los clubes fundadores, pero que "las reglas de control financiero reales y serias" del torneo de Florentino Pérez habrían hecho a los cataríes inclinarse, finalmente, por el nuevo establishment UEFA.
El desenlace de la 'operación Mbappé' ha puesto de manifiesto la creciente sintonía entre "clubes Estado" como el PSG y la UEFA, deseosa de mantener cierto control sobre el reparto del pastel.
Según avanzó el británico TheTimes, la UEFA prepara un nuevo sistema de control financiero que penalizaría a los clubes con meras multas -y no la descalificación- en caso de incumplir las reglas...y esos "impuestos de lujo" irían a parar a los "fondos de solidaridad" de la propia UEFA.
El organismo encabezado por Ceferin prevé deliberar sobre el asunto con las distintas ligas nacionales en el mes de septiembre. La situación preocupa a La Liga, reacia a flexibilizar los controles financieros por entenderlo como una vía que acabaría favoreciendo a los "clubes Estado", según anticipan a Vozpópuli fuentes cercanas a la patronal de los clubes españoles.
El horizonte del Mundial de Catar
"La cosa puede cambiar después del Mundial en Catar, y especialmente, si el PSG se saca ya la espina de ganar la tradicional Champions este año", advierte por su parte una fuente cercana a la Superliga. "Al final, un formato de torneo que enfrente más seguido a los poderosos es inexorable; el tema está en el reparto de poder, y el PSG quiere sumar más prestigio", añaden fuentes del mercado, que piden no olvidar la importancia del fallo del Tribunal de Justicia de la UE sobre la potestad legal de los promotores de la Superliga para 'librarse' de la UEFA.
Hace unas semanas, desde el entorno de Florentino se trasladaba que la resolución definitiva del TJUE podría llegar entre finales de 2021 y principios de 2022. Fuentes cercanas a la Superliga dicen ahora contemplar como posible que el horizonte del proceso judicial se dilate al verano de 2022 o más allá, lo que dificultaría un hipotético estreno en la 2022/2023.
La temporada 22/23 está mediada por el Mundial de Naciones, la estancada pero todavía principal fuente de ingresos de la FIFA de Gianni Infantino. La FIFA vería con buenos ojos la Superliga europea de Pérez bajo la premisa de que incluya un hueco al Supermundial de equipos que persigue la Asociación Mundial de Clubes creada por el propio Pérez y apadrinada por el mismo Infantino.
