La fractura del fútbol europeo es un fantasma que sobrevuela puertas adentro de los despachos de algunos de los principales clubes del Viejo Continente. Y es que, a siete días de la sentencia sobre la denuncia de monopolio de la Superliga contra UEFA ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, una de las hipótesis que se barajan es que el fallo aboque a los clubes a elegir dónde competir, bien la próxima temporada, o en la 25/26, tras un período de transición.
El proyecto que encabeza el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y que suscribieron originalmente otros 11 equipos ha mantenido ya contactos con entre 50 y 60 clubes en favor de un nuevo status quo en el que cabrían dos o, más previsiblemente, tres divisiones de ligas europeas. Estas se disputarían en el espacio temporal del calendario que hoy ocupan en exclusiva la Champions, la Europa League y la Conference League bajo control de la UEFA, que ha comercializado su nuevo formato no sin importantes rebajas por parte de los operadores televisivos.
La alternativa que plantea la Superliga quedaría a expensas de lo que resuelva un organismo institucional independiente de unos 60 clubes que se constituiría en los próximos meses. Unas conversaciones que la promotora del torneo, A22, espera profundizar atendiendo a los requisitos que fije la resolución vinculante de los 15 jueces del Tribunal con sede en Luxemburgo el próximo 21 de diciembre.
Un proceso legal para la Superliga
Al hilo de los argumentos planteados por el abogado general comunitario, en la Superliga trabajan con la posibilidad de que el TJUE acabe ratificando la facultad de la UEFA para excluir de las competiciones bajo su esfera y cursar sanciones contra equipos que guarden vinculación con otras al margen del ente suizo. Por el momento, los 12 fundadores de la Superliga están protegidos cautelarmente por parte de la Justicia de Madrid, donde se inició el juicio que ahora pende del pronunciamiento desde Luxemburgo.
Pero también, se cuenta con que el Alto Tribunal europeo fije un marco de garantías transitorio y otro bajo el cual los equipos que quieran, puedan competir, en el futuro, en la Superliga, sin por ello tener que dejar de hacerlo en sus ligas y copas nacionales aunque estas estén vinculadas a la UEFA. En otras palabras, en la Superliga esperan que el TJUE siente las bases de un proceso de solicitud de licencia para nuevas competiciones a la propia UEFA con una serie de garantías para los solicitantes.
El abogado general de la UE ya se ha mostrado partidario de censurar cualquier sanción que afecte a los jugadores de los equipos, esto es, ha recomendado impedir que se prohíba a los jugadores de los equipos de la Superliga seguir representando a sus países en competiciones de UEFA o FIFA.
Florentino y Laporta mantienen vivo el proyecto
La letra pequeña en este sentido marcaría las negociaciones entre los fundadores de la empresa de la Superliga con el Real Madrid a la cabeza y los clubes que acepten entrar a la nueva entidad que pasaría a supervisar, también, la gestión del negocio conjunto de la nueva competición. Esta última funcionaría estatutariamente como lo hace actualmente La Liga española, esto es, gobernada exclusivamente por sus integrantes con el mismo derecho de voto.
Un proyecto que además procuraría hacer un adelanto económico a los integrantes con cargo a bonos en mercados de capitales internacionales. Para el frustrado proyecto semi cerrado de 2021, el banco de inversiones JP Morgan llegó a levantar 4.000 millones. Ya a principios de este 2023, la Superliga anunció su intención de abandonar el formato semicerrado de 20 equipos en favor de un nuevo sistema de entre 60 y 80 clubes.
Por lo pronto, la iniciativa se mantiene en pie gracias a aportaciones de los clubes fundadores, como el Madrid o el FC Barcelona. La Junta que encabeza Joan Laporta reconoció en sus últimas cuentas haber prestado 2,6 millones de euros a la empresa promotora de la nueva competición. Según se desprende de las cuentas cotejadas por Vozpópuli, A22 cerró el 2022 con un resultado de 1,92 millones tras registrar ingresos por 7,22 millones, provisiones por 4,7 millones y 535.831 euros en gastos de explotación.
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