La fractura del fútbol europeo es inminente tras el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que abre la puerta a una competición al margen de la UEFA tras la demanda interpuesta por la Superliga. De acuerdo a las fuentes consultadas por Vozpópuli, ahora tendrá lugar una profundización de la negociación entre clubes con vistas a poner en marcha la competición en un plazo de uno o dos años.
Según han avanzado los promotores, todos los partidos del sistema de campeonatos europeos, que tendría en principio 64 plazas, se difundirían en "streaming gratuito" a través de una plataforma pendiente de negociación entre los clubes e inversores internacionales. "Será importante la unidad de criterios con los clubes", avanzan desde la Superliga.
Se repartirían en tres divisiones, las dos primeras con 16 equipos cada una - y un mínimo de 14 partidos por equipo- y la tercera, con 32 miembros. La meritocracia funcionaría por la vía de ascensos y descensos entre divisiones: en cada certamen anual, tanto los descensos como los campeones de cada liga se resolverían por la vía de eliminatorias entre los mejores y peores de cada división, lo que implica que al cabo de cada temporada habría un campeón de la liga 1, otro de la 2 y otro de la 3.
El acceso original a la Superliga es parte de lo que está sujeto a esa negociación si bien se ha adelantado que la clasificación periódica a la división más inferior pasaría por las ligas nacionales. "En el primer año de la competición, los clubes serán seleccionados en función de un índice de criterios transparentes", se han limitado a señalar desde A22, la promotora de la Superliga.
Como informó este medio, el proyecto que encabeza el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y que suscribieron originalmente otros 11 equipos ha mantenido ya contactos con entre 50 y 60 clubes este último año en pos de un nuevo sistema en el que cabrían tres divisiones de ligas europeas.
El nuevo sistema de competiciones, vinculado a las ligas nacionales, se disputaría en el espacio temporal del calendario que hoy ocupan en exclusiva la Champions, la Europa League y la Conference League bajo control de la UEFA, que ha comercializado su nuevo formato no sin importantes rebajas por parte de los operadores televisivos.
La alternativa que plantea la Superliga terminará de definirse en función de lo que delibere un organismo institucional independiente de unos 60 clubes que se constituiría en los próximos meses. Los clubes europeos podrán aceptar entrar a una nueva entidad que pasaría a supervisar, también, la gestión del negocio conjunto de la nueva competición. Esta última funcionaría estatutariamente como lo hace actualmente La Liga española: sería gobernada exclusivamente por sus integrantes con el mismo derecho de voto.
Adelanto económico de la Superliga
El proyecto procuraría hacer un adelanto económico a los integrantes con cargo a bonos en mercados de capitales internacionales. Ya para el frustrado proyecto semi cerrado de 20 equipos de 2021, el banco de inversiones JP Morgan llegó a levantar 4.000 millones, por los 4.400 millones que la UEFA ha conseguido para todas sus competiciones a partir de 2024.
Hasta ahora la iniciativa se ha mantenido en pie gracias a aportaciones de los clubes fundadores, como el Madrid o el FC Barcelona. La Junta que encabeza Joan Laporta reconoció en sus últimas cuentas haber prestado 2,6 millones de euros a la empresa promotora de la nueva competición. Según se desprende de las cuentas cotejadas por Vozpópuli, A22 cerró el 2022 con un resultado de 1,92 millones tras registrar ingresos por 7,22 millones, provisiones por 4,7 millones y 535.831 euros en gastos de explotación.
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