A Clara Garrido le conocen bien en la Asamblea de Madrid, en el Congreso y en el Senado. Cómo no fijarse en alguien que a pesar de su ceguera se mueve con destreza por las Cortes Generales y tramita con celeridad todo tipo de asuntos administrativos y legales, acompañada siempre de su perro guía, Zac.
"Es una mujer increíble", afirma José Ignacio Echániz, diputado del PP y que trabajó con Garrido en la Comisión Mixta Congreso-Senado de Control Parlamentario de RTVE. "Era capaz de archivar toda la documentación en su cabeza, y de trabajar luego con el dictáfono. Un día se cayó por unas escaleras, todos nos preocupamos, pero ella se levantó con una sonrisa; es un modelo de integración", comenta.
"Me flipa mi trabajo", dice Clara Garrido, licenciada en Derecho, 43 años, madre de dos hijos y que en la actualidad trabaja en el Senado. Pero su vocación ha sido puesta a prueba durante los dos últimos años, el tiempo que lleva batallando en los juzgados para hacer valer sus derechos y acceder al puesto de Jefe del Departamento de Asistencia Jurídica al Pleno del Congreso de los Diputados que se ganó en concurso. "Me han hecho mucho daño, han actuado de forma contraria a derecho", comenta.
El Supremo dictó sentencia el pasado mes de febrero afirmando que la actuación del Congreso no había sido idónea
Clara Garrido participó en concurso convocado en diciembre de 2016 por el Congreso para la provisión de una plaza de Jefe de Departamento de Asistencia Jurídica al Pleno y a la Junta de Portavoces de la Dirección de Asistencia Técnico-Parlamentaria de la Secretaría General del Congreso de los Diputados. Con anterioridad, había trabajado durante cerca de 10 años como Letrada en la Asamblea de Madrid; afectada por una enfermedad degenerativa -retinosis pigmentaria-, tras una baja por maternidad perdió totalmente la vista.
"Dejé de leer y pasé al audio", recuerda. A pesar de todo, decidió presentarse a una oposición a Cortes, un proceso que cuando todavía podía ver no había logrado superar. Sin embargo, en esta ocasión, aprobó las pruebas y fue designada Letrada de las Cortes, incorporándose a su cargo en diciembre de 2014. "Hay gente que no reacciona bien al hecho de que una persona ciega realice ese trabajo, entonces tienes que mostrar que sí es posible, es algo que nos enriquece a todos", comenta.
En marzo de 2017 el Boletín Oficial de las Cortes Generales publicó el resultado del concurso al que Garrido se había presentado, quedando en tercer lugar. Disconforme con el resultado, solicitó en varias ocasiones acceso al expediente administrativo, y tras consultarlo interpuso recurso de alzada. "El expediente era caótico", considera.
En el recurso se explica que no se valoraron los méritos de Garrido referidos al apartado de experiencia profesional, cuando eran similares a los de las dos personas que habían obtenido mejor puntuación que ella. Pero fue en al apartado de 'Adecuación' del expediente donde se encontró con el aspecto más extraño.
En el informe de Adecuación, el jefe de Clara anotó que esta reunía "la máxima adecuación". Sin embargo, en el informe de traslado del expediente consta una valoración como "regular". Además, el mismo informe concluía que debido a las bajas médicas, la recurrente no había "podido formarse".
"He vivido con una sensación constante de sobrecogimiento, preguntándome si había padecido discriminación o nepotismo"
En el recurso presentado se califica de "discriminación evidente y palmaria" esa nota sobre la capacidad de formación de Garrido por las bajas médicas, debidas a una intervención para mitigar los efectos de la ceguera. "No debe ser objeto de este informe", señalaba el recurso, y además recordaba que había "desempeñado, pese a su ceguera, durante 7 años en otro Parlamento" una labor parecida.
La Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta, del Tribunal Supremo dictó sentencia sobre el recurso de Clara Garrido el pasado mes de febrero, que el Congreso había rechazado. En la misma, se indica que a la demandante se le debía haber reconocido los puntos reclamados.
El Supremo subraya en su sentencia que la enfermedad de Garrido "no puede convertirse en demérito", y que aunque no considera como discriminatoria la actuación del Congreso en este punto, "sí lo tenemos por inidóneo". La conclusión del informe sobre la adecuación de Clara Garrido a la plaza convocada, en la que le dejaba en tercer lugar, era "del todo punto irrazonable".
El Congreso ha presentado un incidente de nulidad de actuaciones contra la sentencia del Supremo
"Debemos reconocerle el derecho a que se le adjudique el puesto en concurso con todos los efectos desde la fecha de resolución", termina la sentencia del Supremo.
A pesar de la contundencia de la sentencia del Supremo del pasado mes de febrero, el Congreso de los Diputados presentó un incidente excepcional de nulidad de actuaciones contra la misma, en marzo. No tuvieron que pasar más de tres semanas para que el Tribunal Supremo desestimara la pretensión de nulidad condenando además a la imposición de costas al Congreso, de hasta 1.000 euros.
Desde el gabinete de comunicación del Congreso se ha indicado a este diario que ahora se está a la espera de que el Supremo notifique la firmeza de la sentencia para que esta sea ejecutada.
"Ahora estoy muy contenta en el Senado como Letrada", dice Garrido, "pero quiero que se ejecute la sentencia y ejercer mi derecho a elegir si quiero trabajar en el Congreso". "He vivido con una sensación constante de sobrecogimiento, preguntándome si había padecido discriminación o nepotismo", explica. "Quiero enseñar a mis hijos que el mundo lo cambiamos entre todos", expresa.
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