Economía

Las tabacaleras evitaron el desplome de la cajetilla con un sofisticado sistema para compartir datos confidenciales

La CNMC ha impuesto multas millonarias a Altadis, Philip Morris y JT International Iberia por compartir durante años información sensible, lo que les permitió mantener su cuota de mercado y evitar la 'guerra de precios' en un momento de gran caída de la demanda, tras la aprobación de la Ley Antitabaco y la llegada de la crisis

Varias de las grandes compañías tabacaleras que operan en España accedían de forma diaria a una completa base de datos, coordinada por la compañía Logista, en la que figuraban múltiples datos confidenciales sobre sus competidores. Entre ellos, el relativo a las ventas que habían registrado sus marcas en cada una de las provincias. Eso les permitió mantener la rentabilidad de sus cajetillas en un momento en el que la demanda cayó considerablemente como consecuencia, entre otras cosas, de la crisis económica y del aumento de los impuestos a este producto, según ha concluido la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

La lógica de mercado invita a pensar que cuando se desploma la demanda de un bien, su precio de venta tenderá a descender y, con toda probabilidad, la rentabilidad de quien lo comercializa. Grandes tabacaleras como Altadis, Philip Morris y JT Internacional Iberia neutralizaron esta amenaza a través de un sistema informático puesto en marcha por Logista para compartir 'información sensible' sobre sus negocios, tal y como destaca la CNMC en una reciente resolución en la que multa con 57,7 millones de euros a estas cuatro empresas.

Estas compañías comercializan varias de las principales marcas del mercado, como Malboro, Chesterfield y L&M (Philip Morris), Camel y Winston (JT Internacional); y Fortuna, Nobel y Ducados (Altadis). Su acceso a una base de datos que se actualizaba diariamente con datos de sus competidores les permitió que en un mercado en el que el consumo se redujo a la mitad -de 4,5 millones de cajetillas consumidas en 2008 a 2,2 millones en 2017), la facturación de los competidores de este sector sólo cayera el 13%.

Ventas de cajetillas de cigarrillos

Restringieron la competencia

Con la estrategia de compartir información, las grandes compañías mantuvieron prácticamente intacta su cuota de mercado en un momento de "fuerte caída" de la demanda. También evitaron la guerra de precios en un contexto de crisis económica, dado que con su constante intercambio de información confidencial, las subidas o bajadas de la cajetilla eran seguidas por sus competidores. De hecho, la CNMC pone en su resolución varios ejemplos acaecidos en 2016 -a partir de la página 41- que prueban que las tabacaleras sancionadas se comunicaban entre ellas, incluso, sus previsiones de encarecimiento de sus productos.

Este tipo de prácticas anticompetitivas perjudicaron a los consumidores, tal y como señala el regulador: "El intercambio (de información) disminuyó los incentivos de las empresas para utilizar los precios como herramienta competitiva (...), permitiendo a estas compañías fijarlos en niveles superiores a los que habrían resultado" si no hubieran disfrutado de esta ventaja competitiva. En algunos casos, incluso aprovecharon el incremento de los impuestos para mejorar sus márgenes.

Situación del mercado en España

Cabe destacar que el mercado español del tabaco está copado por cuatro grupos que acaparan el 95% de la cuota de mercado, como son Philip Morris, Altadis, JT International Iberia y British American Tobacco. La distribución está en manos de Logista, que es el principal mayorista, con el 99% del negocio en su mano.

La marca Malboro es líder, con el 15,2 de las ventas en 2018, seguida de Camel (9,18%), Winston Classic (8,6%), Chesterfield (8,59%), Fortuna (7,28%), Lucky Strike (6,6%) y L&M (4,4%). Estos datos son del Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT), el organismo del Ministerio de Hacienda que se creó para "salvaguardar los criterios de neutralidad y las condiciones de libre competencia efectiva en el mercado de tabacos en todo el territorio nacional".

La CNMC ha probado que la información sensible que compartían diaria y mensualmente las tabacaleras "dista mucho" de la que publica periódicamente la CMT sobre las ventas en los estancos de estas compañías.

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