España ha reducido en unos 20.000 millones de euros su posición negativa respecto al sistema internacional de pagos Target 2, por lo que, desde el pasado mes de agosto, ha suavizado su apelación neta al Banco Central Europeo (BCE) en unos 100.000 millones de euros. Todo esto coincide con cierto incremento alemán, una situación que corrige en parte los desequilibrios de la Eurozona, en los que países como España o Italia sólo pedían, mientras los alemanes sólo prestaban.
“Los bancos españoles muestran mejores condiciones de liquidez”, señalan los expertos de Barclays, que aportan los datos adjuntos más abajo, en los que se puede ver cómo la curva del desequilibrio español en Target 2 comienza a corregirse a partir de la segunda mitad del ejercicio pasado, mientras la alemana empieza a decrecer.
La posición en este sistema mide la dependencia de las ayudas del BCE, básicamente inyecciones de liquidez MRO (Main Refinancing Operation, operativa de compraventa de deuda en mercado abierto del banco central), STRO (Special Refinancing Operation; operaciones mensuales) y LTRO (Long Term Refinancing Operation, préstamo ilimitado al 1%, con 36 mess de duración).
Conforme Barclays, en agosto España alcanzó cifras históricas, superiores a los 400.000 millones de euros. A finales de diciembre, el saldo quedaba en 313.000 millones de euros.
Tal como Vozpópuli ha indicado en repetidas ocasiones, en la economía sólo ha entrado dinero procedente del BCE en los últimos meses. La banca doméstica ha sido totalmente dependiente de estos mecanismos. Si no hubiera sido por ellos, habría caído en un total colapso de liquidez, debido a la cerrazón de los mercados. Ahora, esto está cediendo.
“Es una buena noticia para España”, señala Andrés Alonso, fundador del thinktank Sintetia y doctor en económicas. “Demuestra que nuestros bancos tienen menos dependencia del BCE y que los alemanes están pidiendo algo más, lo cual también ayuda, porque reduce un poco ese desequilibrio”.
La posición deudora en este mercado “obsesiona mucho a los germanos; seguramente demasiado, ya que se ven como los únicos acreedores de la zona euro. Ahora, esto ya comienza a corregirse tímidamente, porque todavía falta mucho para considerar esta circunstancia subsanada, ya que España mantiene un saldo neto negativo muy grande”.
Pero las entidades financieras comienzan a tener más capacidad de apelar a los mercados y no sólo a las inyecciones extra de Mario Draghi. Después de un año de enormes provisiones y un redimensionamiento del sector bancario, hay cierto respaldo de los mercados. Así lo corroboran las emisiones de firmas como BBVA, Popular, Sabadell o Bankinter, que consiguen en los mercados privados lo que hace pocos meses no conseguían.
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