Hace justamente un año, el saldo vivo imputable al uso de las tarjetas de crédito tocó mínimos desconocidos desde el año 2015. Las secuelas sociales y económicas de la pandemia cambiaron los hábitos de los españoles por miedo al contagio, pero el uso de la tarjeta de crédito como medio de pago disminuyó mes a mes hasta tocar suelo en julio de 2021, cuando se redujo a 9.673 millones de euros.
Para hacerse una idea de la importancia de este descenso basta señalar que en diciembre de 2019, el último ejercicio sobre el que se pueden realizar comparaciones homogéneas, la deuda que los españoles tenían contraída por el uso de sus tarjetas de crédito había marcado un nuevo récord en 13.620 millones de euros, casi 4.000 millones más.
La 'normalización' de la vida diaria en España, el adiós a los toques de queda totales o parciales, el final de las limitaciones de horarios y aforos en comercios, cafeterías, restaurantes y bares y el regreso a la calle de la población han dinamizado las actividades económicas. Con los últimos datos publicados por el Banco de España, el saldo vivo del crédito imputable a las tarjetas ascendió a 11.145 millones de euros, una cifra similar a del mes de marzo de 2020 (11.121 millones), cuando el Gobierno declaró el estado de alarma en todo el país.
Desde hace doce años, el Banco de España identifica el saldo vivo con el montante de las nuevas operaciones, al considerar que la finalidad de su uso es el consumo. Hasta el año 2010, los datos se incluían en las estadísticas mensuales bajo el epígrafe “crédito al consumo de los hogares a un año de plazo”.
Las cifras avalan la progresiva vuelta al uso de la tarjeta de crédito como medio de pago. De acuerdo con los números del Banco de España, en enero de este año, la tasa interanual de aumento del saldo vivo fue del 6,55%; en marzo, creció hasta el 8,47%, y en mayo se ha situado en el 12,77%, tras un aumento en términos absolutos de 1.262 millones de euros.
Ventajas de la tarjeta de crédito
Una tarjeta de crédito se diferencia de una tarjeta de débito en la forma de pago. Mientras con esta última el abono se carga directamente en la cuenta del titular hasta el límite de sus fondos, en la de crédito se puede pagar, como señala BBVA, “incluso si el titular no dispone de fondos” en ese momento, al poder aplazar el cobro hasta el mes siguiente. Además, el crédito puede devolverse a final de mes, mediante un porcentaje mensual del total de importe o una cuota fija. En definitiva, su uso “lleva implícita la concesión de un crédito por parte del banco”.
A cierre del primer trimestre de este ejercicio, estaban en funcionamiento en España 39,41 millones de tarjetas de crédito, un 5,42% más que en los tres primeros meses de 2021, y 48,79 millones de tarjetas de débito, un 0,53% menos que en marzo del pasado año. En total, están en circulación 88,20 millones de tarjetas, un 2,04% más hace doce meses.
Es la cifra más alta desde que existen registros en el Banco de España. Son más de las existentes en los años dorados del “boom” inmobiliario (2006-2008) y el doble de las vigentes en el año 2000. En el caso de las tarjetas de crédito, la cifra más alta se dio en 2017, con 52,3 millones.
El resurgir de las tarjetas de crédito como medio de pago no está directamente vinculado a las oscilaciones de los tipos de interés que se están produciendo en los últimos meses, ni a un descenso en la concesión de créditos al consumo de los hogares.
En total, en nuestro país hay 88,20 millones de tarjetas en circulación. Es la cifra más alta desde que existen registros en el Banco de España
Según el Banco de España, en los cinco primeros meses del año, los bancos han concedido en nuevas operaciones un total de 11.978 millones de euros en créditos al consumo, lo que supone un incremento del 6,13% en relación con las cifras del mismo periodo del año anterior. El tipo de interés medio de estos préstamos fue en mayo pasado del 6,64%, muy similar al del año pasado. El tipo en las tarjetas de crédito se mantiene ligeramente por encima del 18%, con mínimas variaciones en los últimos doce meses.
Lo que si ha cambiado ha sido el parque de terminales punto de venta, que se ha incrementado en casi 313.000 unidades, un 16,1%; el número de operaciones, que ha crecido en el primer trimestre de este año en tasa anual un 7,34%, y el importe de las mismas, que ha aumentado un 10,63%. En 2021 se efectuaron en España un total de 6.110 millones de operaciones (+28,83%), por un importe de 195.297 millones de euros, un 21,61% más.
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