Economía

Cómo saber si tienes una tarjeta 'revolving'

Todas las tarjetas que ofrecen una línea de crédito y pago aplazado entran dentro del ámbito 'revolving'

Si tienes en tu cartera una tarjeta que te permite pagar a fin de mes y también te ofrece una línea de crédito a devolver en "cómodos plazos", seguramente seas uno de los millones de españoles que tiene en su poder una tarjeta 'revolving', que podrás reclamar por usura. Y sobre todo si tu banco o entidad de crédito te cobra un interés superior al 20%. 

Este miércoles, el Tribunal Supremo ha declarado la nulidad de un contrato de Wizink de una tarjeta 'revolving' que imponía un 27% de interés al cliente. Y lo ha hecho porque ha visto usura en el tipo aplicado, ya que supera ampliamente el interés de referencia impuesto por el Banco de España. 

El mayor foco de riesgo en este tipo de prodcutos está en las fases previas a la contratación del crédito, es decir, en la publicidad y en la información precontractual que se ofrece al potencial cliente, que en muchas ocasiones oculta el tipo que tendrá que pagar una vez active la línea crediticia.

La tarjeta 'revolving' es una suerte de préstamo que comercializan las entidades en solitario o mediante acuerdos con marcas comerciales de confianza como cadenas de supermercados, aerolíneas o compañías telefónicas. Su riesgo está en el alto interés que se paga cuando se utiliza en la modalidad de crédito, que en ocasiones es cercano al 30%. 

El propio cliente, en muchas ocasiones, no sabe lo que está contratando y mucho menos el tiempo que le costará amortizar dicho préstamo. Son precisamente estos dos puntos por los que los afectados podrían reclamar.

Más afectados

Según la compañía Reclama Por Mí, las marcas más reclamadas por sus clientes debido al abuso en este tipo de productos son Wizink, Cofidis, Santander Consumer, Carrefour y Cetelem. No obstante, la banca tradicional también se suma a las entidades reclamadas como BBVA, Bankinter y Caixabank.

En líneas generales el 60 ó 70% de los abonos de intereses derivados del uso de la tarjeta se destinan al pago de los propios intereses generados. Una pescadilla que se muerde la cola. Para una deuda de unos 10.000 euros esto supone 15 años de pago de deuda, con el abono de 15.000 euros sólo en intereses.

Datos llamativos, más aún si se tiene en cuenta que los motivos de contratación por parte de los usuarios son en primer lugar las dificultades económicas (un 19%). Sólo el 13% de los contratantes cuentan con una situación económica saneada. Otro apunte interesante: el 68% de quienes poseen estas tarjetas no tenían intención de contratarlas pero no saben cómo acabaron haciéndolo.

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