A diferencia de otros sectores, como los talleres de coches o los propios concesionarios, que podrían recuperar parte de la actividad perdida durante el estado de alarma en los meses siguientes si las ventas empiezan a repuntar, como es de esperar, y los talleres atienden a aquellos clientes que en estas semanas no han podido hacerlo, sectores como el del taxi no podrán recuperar los servicios no prestados durante esta pandemia, que ha llevado a una bajada de la actividad y de la facturación en torno a un 90%, situación crítica sin duda para este colectivo.
Es por ello que días atrás la organización representativa de los taxistas de España hizo llegar a los ministerios de Transportes y de Seguridad Social un documento en el que exponía y razonaba la necesidad de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social de la Covid-19, medidas urgentes en materia social y fiscal, además de la urgente entrega de mascarillas y otros elementos de protección cuya ausencia está poniendo en peligro a un colectivo que, por ser autónomos, carecen de la protección en materia de seguridad que tienen los trabajadores asalariados.
Así, la organización Fedetaxi ha hecho saber al Gobierno que la drástica caída de la movilidad en vías públicas ha supuesto con los últimos datos ofrecidos por la DGT en los accesos a ciudades un descenso del 87%, y de casi el 90% para viajes de largo recorrido. Debido al nuevo modelo normativo de medidas, en el que solamente se pueden realizar los desplazamientos de servicios esenciales, los movimientos de acceso y salida de Madrid entre las 6 y las 10 de la mañana actuales comparándolo con el lunes 23 de marzo, en el que ya había restricciones a la movilidad, la reducción ha sido de un 34%. Los movimiento de salida de ciudades como Madrid han descendido en un 37% y los de entrada han descendido en un 31% y Barcelona arroja cifras similares.
El desplome de la circulación urbana de taxis es, por tanto, enorme y la ausencia de pasajeros desde la entrada en vigor del Real Decreto Ley del 29 de marzo, absoluta. El propio sector estima que la solicitud de servicios por aplicaciones o emisoras es ahora de solo un 11% respecto de lo habitual, descontando aquellos que se están realizando gratis, voluntaria y solidariamente para sanitarios y otro personal esencial.
Algunas ciudades han tomado ya medidas para reducir la oferta de taxis como, por ejemplo, Sevilla donde solo puede trabajar diariamente un 25% de la flota, Barcelona un 20%, Madrid hasta un máximo de un 50%, Málaga un 20%, Calviá un 20%, Jaén un 25 %, Puerto de Santa María 50%, Fuerteventura un 20%, y así cientos de municipios españoles.
En consecuencia, la actividad económica y la facturación de los taxistas están a día de hoy solo en torno a un 10-15% de las cifras normales. Depende de muchas circunstancias que ésta se situé en la zona baja o alta de esa horquilla en cada lugar de España, pero sin duda y en todo caso la actividad es inferior al 75% de la normal, y los pocos profesionales que están en la calle se encuentran precariamente desprovistos de mascarillas y otros medios de reducción del riesgo de contagio de Covid-19.
La tesorería de los autónomos titulares de las 63.917 licencias de taxi está en mínimos, con facturaciones pendientes de cobro y con un acceso a la financiación muy complejo para la gran mayoría. En esta grave situación para el sector, han pedido al Gobierno que actúe de forma inmediata para adoptar medidas con efectos prácticos que permitan al sector sostenerse en pie en tanto espera la vuelta a la normalidad, y pueda afrontar la recuperación atendiendo a sus obligaciones económicas con terceros y con la sociedad en su conjunto.
Medidas propuestas
Entre las medidas urgentes propuestas están que el colectivo (autónomos y asalariados) sea considerado de atención especial en materia de protección sanitaria para dotarles de mascarillas, EPI’s y demás material de desinfección de los vehículos de forma urgente, siendo clasificados como prioritarios a la hora de realizar las pruebas de detección de la Covid-19. También que se proceda a la cancelación de la obligación de pago de la cuota al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social correspondientes a los meses que dure el estado de alarma, marzo completo incluido.
Quieren que se reconozca con carácter universal a todos los taxistas la nueva prestación extraordinaria por cese de actividad para los trabajadores autónomos afectados por declaración del estado de alarma y que se aplique sobre el IVA e IRPF del Régimen de Estimación Objetiva (módulos) una rebaja del 50% en el pago del primer trimestre de 2020, y en su caso, en el segundo trimestre, si se mantiene el actual desplome de movilidad o la drástica reducción de la actividad.
En cuanto a los pagos asociados al propio taxi, piden que se aplacen por un plazo de tres meses, prorrogables dependiendo de la situación, de las cuotas de leasing, renting o préstamos ordinarios derivados de la adquisición de los vehículos o sus licencias, correspondientes al período de alarma, más la correspondiente al mes siguiente, posponiendo su pago al final del período del leasing, renting o préstamo, prorrogándose estos en igual cantidad de meses a dicha moratoria.
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