En el Ibex, en el sector de las telecomunicaciones y dentro de la propia Telefónica se había especulado con la posibilidad de que el Gobierno nombrara un consejero cercano pero 'profesional' en el operador. La realidad, sin embargo, ha apuntado en la dirección totalmente contraria: la designación de Carlos Ocaña como representante de la Sepi desvela las intenciones claras de Pedro Sánchez, presto a controlar el rumbo de una de las diez mayores compañías del Ibex 35.
Al proponer a Ocaña como consejero, Moncloa consuma su asalto sin complejos a Telefónica. El economista que ayudó a Sánchez a escribir el libro de su tesis doctoral compartirá la mesa del consejo de administración con Javier de Paz, hombre de máxima confianza de José Luis Rodríguez Zapatero y alineado con las ambiciones en Telefónica del político que manda hoy en Ferraz.
Para el puesto habían sonado perfiles bien conectados con el Gobierno y con gran reputación en el mundo empresarial. Como el de la ex secretaria de Estado de Digitalización, Carmen Artigas; o incluso el de Xiana Méndez, secretaria de Estado de Comercio, a quien se le ha designado un puesto importante en el FMI.
El 'fichaje' de Ocaña, por el contrario, tiene un componente meramente político. El economista está conectado con Moncloa no sólo por su estrecha colaboración con Sánchez. También por sus responsabilidades en Prisa, en cuyo capital permaneció Telefónica durante diez años, hasta la venta del último paquete accionarial el pasado febrero. Ocaña se incorporó al grupo de comunicación en 2021, como asesor de su Comité de Transformación Digital.
Al igual que Javier de Paz ha sonado en ocasiones como candidato a presidir la propia Prisa, el nombre de Carlos Ocaña también se ha colado en las quinielas del consejo de Indra. En esta compañía, controlada por la Sepi y presidida por un hombre del PSC (Marc Murtra), tiene más del 7% del capital el presidente de Prisa, Joseph Oughourlian.
Todas las conexiones confluyen en el despacho presidencial de La Moncloa, desde el que Sánchez lidera ahora un asalto que casi nadie en el Ibex esperaba hace sólo unos meses. El desembarco en Telefónica cogió de improviso a los empresarios de telecomunicaciones, los mismos que este martes se sorprendían por el nombramiento de Carlos Ocaña como hombre de la Sepi en el principal operador.
A partir de este miércoles, el equilibrio de poderes en Telefónica queda escorado hacia el lado gubernamental. Ninguno otro accionista tendrá tanta representación como Moncloa. Ni siquiera La Caixa, que suma un 7,5% del capital a través de las inversiones de Criteria y CaixaBank. La entidad catalana seguirá representada por Isidro Fainé, que ostenta una vicepresidencias. Mientras tanto, el Gobierno contará con dos consejeros alineados.
La entrada de la Sepi obligaba a ampliar el consejo o forzar la dimisión de alguno de los actuales consejeros. Se da la paradoja de que Javier de Paz es el único etiquetado como "externo", lo que le convierte, teóricamente, en 'prescindible'. Esa posibilidad no se materializará. Al contrario, De Paz permanecerá en su puesto y, en los mentideros del Ibex, hay incluso quien apunta la hipótesis de que algún día acabe haciéndose con la presidencia no ejecutiva de Telefónica.
Un desconocido para el sector
El anuncio del fichaje de Ocaña ha sido una sorpresa absoluta para las empresas del sector de las telecomunicaciones. En ninguno de los operadores que son competencia de la compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete contaban con un perfil como el elegido para el consejo; un desconocido para propios y extraños, siempre según fuentes del sector.
Las quinielas giraban, como decimos, en torno a otros profesionales con una mayor experiencia en telecomunicaciones o el mundo empresarial, con un sesgo más tecnócrata y menos político. Pero no ha sido así.
Cristina Garmendia, en su día ministra de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, era otro de los nombres que sonaba, o la citada Carme Artigas, hasta hace unos meses al frente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y con un pasado de varios años en Telefónica -Synergic Partners, empresa que ella fundó, fue comprada por el operador-, e incluso Miguel Sebastián, ex ministro de Industria y Turismo. Eran perfiles que también se han tenido en cuenta.
Son profesionales ligados de alguna forma al PSOE, como no es menos cierto el caso de Ocaña, pero con una trayectoria en el mundo empresarial o de la gestión de mucho más peso.
"Esperábamos una apuesta con mayor proyección en el sector. Todos hemos tenido que mirar quién era el elegido al leer la noticia", explican desde una de las grandes empresas del sector, declaraciones que van en paralelo con lo que han comentado desde otras corporaciones.
"Lo cierto es que la elección ha sido desconcertante porque esperábamos alguien con más experiencia y conocimientos para un sector muy complejo, como lo es el de las telecomunicaciones, y en una empresa del calado de Telefónica, primera compañía del país por ingresos y con la mayor red de telecomunicaciones de Europa", han asegurado.
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