Telefónica tiene más de 1.200 centrales de cobre en proceso de cierre, que se prolongará previsiblemente hasta 2024, según previsiones publicadas este jueves por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La operadora cerró el año pasado 143 centrales y ya hay más de 1.200 que han notificado su cierre. Son centrales pequeñas, con pocos pares de cobre y en las que no hay operadores coubicados (es decir, con equipos propios instalados en esas centrales), y centrales mayores, con operadores coubicados, según explica el supervisor en un artículo en su blog. Madrid, Barcelona y Valladolid son las provincias con más centrales en situación de 'apagado'.
El despliegue de la nueva red de fibra óptica (FTTH) trae consigo abandonar progresivamente la tradicional red de cobre y cerrar alguna de estas centrales, pues ya no son necesarias, al prestarse servicio a los usuarios desde un menor número de centrales.
Reducir los costes
Telefónica tiene interés en cerrar una central de cobre si los usuarios del área atendida por la central son servidos por tecnologías alternativas (como FTTH), ya que así deja de tener que mantener la red de cobre en esa área, reduciendo así sus costes.
Dado que Telefónica tiene una obligación de acceso a su red, este cierre tiene un impacto sobre los operadores y por ello se regula este proceso en los análisis de mercados de banda ancha.
Telefónica ha desarrollado el proyecto Faro, que impulsa el paso de clientes a la fibra e industrializa el cierre del cobre en centrales completas.
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