Xiaomi acaba de presentar el Xiaomi 12 Pro, su teléfono móvil de gama alta con el que pretende competir con firmas como Apple y Samsung. A fe que lo hace. Duela o no, lo cierto es que la innovación en telefonía móvil viene marcada por lo que hacen las firmas asiáticas.
En este caso el punto más innovador del equipo está en la batería. Cuenta con 120W de velocidad de carga. Traducido al español, es capaz de cargar de cero a cien su pila en tan solo 18 minutos. Si pensamos en el usuario que nunca deja descargar la batería más allá del 30%, estamos hablando de que en unos diez o doce minutos el equipo estará casi al 100%. Si la autonomía es tu preocupación, es un aspecto a tener en cuenta. El Google Pixel 6 Pro, el Galaxy S22 Ultra o el iPhone 13 Max de Apple, equipos con los que compite, cargan mucho más despacio.
La versión básica (8GB de RAM y 256 GB de ROM) cuesta 999 euros, mientras la más premium (12 GB de RAM y 256 GB de ROM) se va hasta los 1.099 euros. Son cifras para bolsillos de gama alta, pero el equipo lo vale, aunque tiene claroscuros que veremos más adelante.
La pantalla es top: Amoled LTPO de 6,73 pulgadas, 2K a 3.300 x 1.440 píxeles (1.500 nits) con una tasa de refresco de hasta 120 Hz y Gorilla Glass Victus. Un panel interesante y con lo último que se puede tener. Chirría sin embargo el diseño, que en estos casos viene marcado por una parte trasera en la que el módulo de cámaras sale del relieve. A los quisquillosos no nos gusta. Dejar el teléfono en una mesa, sin funda, puede suponer arañazos en la lente. Si le damos la vuelta, será la pantalla la que pague el pato.
Su sistema de cámaras principal está compuesto por un sistema de tres cámaras: una principal de 50 megapíxeles Sony IMX707, otra gran angular también de 50 megapíxeles y otra de tipo zoom -de nuevo- con 50 megapíxeles (en modo híbrido, Inteligencia Artficial+cristales). La frontal es de 32 megapíxeles.
Las fotos de este teléfono son buenas -qué móvil las hace mal si comparamos lo que hacen hoy con lo de hace cinco años- y se nota que Xiaomi está occidentalizando los resultados. Quizá el error sea ese. Son planas, procesadas al punto de cocción del profesional fotográfico, pero eso deja al instagrammer que busca contraste y saturación a los pies de los caballos. Amigos, os tocará editar. Los usuarios que crecimos con la Kodak Ektra 150 no lo vamos a echar de menos. Si os gusta la fotografía, es un móvil interesante. Si lo que os gusta es Instagram, a otra cosa, mariposa (o tirad de edición).
Teléfono con músculo en fotografía
Sin duda, es el apartado en el que más brilla el teléfono. La velocidad de carga. Desayunar y tener cargado al 100% es todo uno -aporta un punto de carga aproximadamente cada 15 segundos-. Grandioso para los olvidadizos que se acuestan sin poner el terminal en el enchufe. Pero hay un pero. Viene con 4.600 mAh de capacidad, lo que supone que si le das candela -como ha sido el caso durante la prueba- después de comer te estarás moviendo entre un 25-35% de batería. A las 20:00 estarás casi a cero. Eso sí, si llevas contigo el cargador, en lo que pidas un café tendrás carga para acabar la jornada. Nadie es perfecto.
Cosa de agradecer es también la robustez frente a impactos. Cuatro veces se ha resbalado de mi mano, cuatro veces ha salido indemne. Puede haber sido cosa del azar, pero por si las moscas, queda escrito.
El detalle
Es digno de mención un detalle que no lo es para todos los públicos. Lleva infrarrojos, cosa poco común en los móviles. Esto permite, por ejemplo, utilizar el terminal como mando a distancia. Una cualidad apreciada por un selecto grupo de usuarios, pero son estos detalles -como la integración de puerto de entrada para auriculares- lo que declina la balanza de la compra en algunos -raros, eso sí- usuarios.
Lleva el procesador Snapdragon 8 Gen 1. Es el Porsche de los chips, pero Xiaomi parece no haberle sacado todo el partido, a propósito. Cuando la batería está a un 30-40% de porcentaje el equipo comienza a ralentizarse. Es posible que la firma juegue con esto para aumentar la autonomía, pero la lentitud es evidente y, para los heavy users, desesperante.
¿Merece la pena gastar más de mil euros en el equipo? En nuestra opinión, sí, siempre que seas un usuario que busca lo último -la carga rápida es una delicia- y no te fijes en la marca -en la gama top Xiaomi sigue siendo un desconocido-. No te los gastes si buscas un equipo razonable en calidad precio. Pero no por este dispositivo. Por el mercado, amigo. Desde hace un par de años se da la circunstancia de que hay nuevos lanzamientos que no son capaces de superar a sus predecesores. La curva de la evolución en telefonía móvil desciende. Tenlo en cuenta al cambiar de móvil. Lo último ya no tiene que ser necesariamente lo mejor.
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