Esta misma semana, el consejero delegado de Amazon, Andy Jassy, anunció en una carta dirigida a todos sus empleados que a partir del 2 de enero de 2025 será obligatoria la vuelta al trabajo presencial de sus empleados corporativos en todo el mundo. En febrero de 2023, el gigante de las ventas on line había ordenado a su colaboradores ir al menos tres días a la semana a las oficinas centrales. Amazon se suma así a otras grandes compañías tecnológicas como Google, Twitter o Apple, que habían adoptado esa misma decisión con anterioridad, y a empresas del sector bancario como Barclays, HSBC o Goldman Sachs.
Las razones esgrimidas por Jassy se basan en las tendencias laborales que se vuelven a dar en el mundo ante una realidad diferente. El máximo responsable ejecutivo de Amazon asegura que el trabajo presencial ayuda “a fortalecer nuestra cultura”. Además, destaca, es más sencilla la aportación de ideas de los trabajadores y “los equipos tienden a estar mejor conectados entre sí”. Sin duda, por detrás de todo, están las dudas sobre la productividad laboral en la distancia. Según algunas estimaciones, la medida podría afectar a cerca de 5.000 ejecutivos en España, de un total de 300.000 que tiene la empresa fundada por Jeff Bezos repartidos por todo el mundo.
La medida reabre un debate que ha estado presente desde que las extraordinarias circunstancias sanitarias que se vivieron a comienzos del año 2020 obligaron al cierre temporal de la mayoría de las empresas en todo el mundo, y enviaron a sus casas a millones y millones de trabajadores. Con la pandemia casi olvidada y con los ciudadanos de todos los países circulando libremente por los cinco continentes, el teletrabajo ha pasado de ser una obligación a ser solo una opción, a la que se recurre cada día con menos frecuencia.
Pero, ¿cómo está el teletrabajo en España? Si uno se deja llevar por la estadística, mejor que nunca. Según los últimos datos pormenorizados del Instituto Nacional de Estadística recogidos en la última Encuesta de Población Activa, a cierre del segundo trimestre teletrabajaban en España un total de 3.161.600 personas, aproximadamente el 14,6% de todos los ocupados. Son 250.400 más que en junio de 2023 y 295.600 más que a finales de junio de 2021, cuando la sombra del covid planeaba todavía por todo el planeta.
De acuerdo con el INE, 1,64 millones de personas, el 7,56% de todos los ocupados en España a 30 de junio pasado, asegura teletrabajar en su domicilio particular “más de la mitad de los días que trabajó”. Otros 1,52 millones, el 7% de la fuerza laboral, dice hacerlo “ocasionalmente”. El resto, 18,32 millones, el 84,5% de todos los ocupados, afirma no teletrabajar “ningún día”.
El teletrabajo se afianza
Si se comparan los datos de los últimos cinco años nadie se atrevería a decir que en España el teletrabajo está en retroceso. Más bien todo lo contrario. En junio de 2023, con el fin de hacer homogéneas las confrontaciones de datos, decían trabajar “más de la mitad de los días” 1,53 millones. Son 108.900 menos que en la actualidad, o lo que es lo mismo, un 7,10% menos. De forma ocasional lo hacían 1,38 millones, el 6,51%. Al igual que en la actualidad, el 85% de los ocupados no teletrabajaba ningún día.
En 2021, cuando ya se luchaba contra la pandemia en España con vacunas, había más gente trabajando desde casa “más de la mitad de los días”: en concreto, 1,83 millones, el 9,28% del total de ocupados entonces. Pero este ascenso fue debido a que de forma “ocasional” sólo lo hacían 1,04 millones, el 5,28%. En esas fechas teletrabajaba en España de una forma u otra el 14,56% de los ocupados, el mismo porcentaje que hoy, con la pandemia casi completamente olvidada.
La economía española es más proclive al teletrabajo al estar bastante menos industrializada que otras de su entorno. El sector servicios supone alrededor del 75% del Producto Interior Bruto de España a precios de mercado. El siguiente sector en importancia es la industria, con el 18%, por delante de la construcción, con poco más del 5%, y la agricultura, ganadería y pesca, con apenas el 2,6%. Y es el sector servicios, obviamente, el que más se presta al teletrabajo, impensable en la construcción, la agricultura y la industria.
La economía española es más proclive al teletrabajo al estar bastante menos industrializada que otras de su entorno
Aunque el mayor número de ocupados por actividad económica en España se da en la hostelería y el comercio al por menor, que no son susceptibles de ser realizadas desde el domicilio particular, hay otras muchas actividades en las que el presencialismo no aporta valor añadido alguno. Hoy, muchas empresas mantienen al menos la posibilidad de trabajar desde casa al menos un día a la semana y otras muchas, dos.
Aunque por escasa diferencia, hay más hombres teletrabajando “más de la mitad de los días” que mujeres: 877.600, el 53,48% frente a 763.500, el 46,52%. Cuando hablamos de trabajar desde casa únicamente de forma ocasional, las diferencias se estrechan: 50,9% frente al 49,1%. No hay edades mejores para trabajar en remoto, aunque en la franja de entre 35 y 44 años se da la mayor concentración: casi el 30% de los ocupados.
Los trabajadores por cuenta propia son más propensos al teletrabajo, según el INE. Medio millón de personas de los 3,28 millones de autónomos ocupados en junio pasado dice trabajar desde casa “más de la mitad de los días”. Son el 15% del total, un porcentaje que se mantiene estable en los últimos años. Ocasionalmente trabaja otro 13,47% de los autónomos. En total, cerca del 29%.
En los asalariados los resultados bajan claramente. Solo el 6,18% de todos ellos asegura trabajar “más de la mitad de los días”. Son 1,14 millones. Otro 5,87%, 1,08 millones, teletrabaja ocasionalmente. En total son el 12% de todos los asalariados: 2,22 millones de un total de 18,44 millones de trabajadores por cuenta ajena.
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