Las eléctricas vuelven a sentirse ninguneadas por Teresa Ribera. La amplía reforma del mercado eléctrico que la ministra ha enviado a Bruselas, que será debatido esta primavera por los países miembros, se ha presentado sin la opinión de los posibles afectados de esa reforma. Según comentan desde el sector a Vozpópuli, esta propuesta cambiaría drásticamente su negocio en el caso de aprobarse porque, principalmente, da un mayor protagonismo al Gobierno en la forma en la que se compra y vende electricidad en el mercado.
El malestar del sector por este 'puenteo' de Ribera se ha expresado de manera oficial a través de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (aelēc). “No se nos ha consultado nada de esta propuesta”, protestan desde la asociación que integran EDP, Endesa e Iberdrola. La reforma tampoco cuenta con el consenso con Portugal, país con el que España comparte mercado y con el comparte actualmente el mediático mecanismo ibérico.
La propia ministra abordaba este tema con un grupo de periodistas al finalizar la rueda de prensa del consejo de ministros. Ribera reconocía a los presentes que no se ha preguntado a nadie, aunque aclaraba que las eléctricas ya conocían que el Gobierno preparaba esta propuesta.
Otras fuentes del sector explican que la reforma estructural que se propone a toda Europa no habría encontrado ningún consenso con las grandes empresas en el caso de haberse detallado previamente. La medida que se envía a Bruselas pretende, según interpretan, empoderar aún más a los estados miembros en el desarrollo del mercado mayorista de la luz.
“Tenemos que estudiarlo a fondo para lo cual nos gustaría conocer los datos, evaluaciones numéricas y económicas que sustentan esta propuesta. Hay otros países donde se han convocado grupos de expertos y consultas públicas y en este sentido nos habría gustado mayor transparencia por parte del ejecutivo en un tema vital para el desarrollo de la transición energética. En cualquier caso, este es un debate que se tiene que dar en Europa”, añaden desde aelēc.
El Gobierno reitera en su reforma que se pretende impulsar los contratos a largo plazo para abaratar la electricidad y crear mercados de capacidad para tener plantas que aseguren el suministro. Conceptos que se reclaman de manera insistente por la gran mayoría que convive en el sector eléctrico. Las críticas surgen cuando se entra en el detalle en la forma en la que se deben establecer estos contratos.
Ribera propone nuevos contratos
La reforma que ha presentado Ribera centraliza el precio que cobraría a largo plazo la producción de tecnologías como las nucleares, las renovables o la hidráulica, que ahora acuerdan sus precios fijos con sus clientes en el mercado libre pero conforme a la regulación. Las grandes empresas como Iberdrola, EDP o Endesa poco pueden cambiar en el medio plazo. Tienen cerca del 80% de esta producción de los próximos cuatro años vendida con contratos bilaterales o PPAs (Power Purchase Agreement), que son los famosos acuerdos de compraventa de energía a largo plazo entre un desarrollador renovable y un consumidor.
El modelo de contratos a largo plazo que propone la reforma que ha enviado Ribera a Europa sustituye estos PPAs por contratos por diferencias (CfDs), que marcan un precio fijo que beneficia a los propios consumidores si se supera y compensa a los generadores si no se alcanza. El otro modelo para regular el precio son las subastas, una forma extendida en Europa en el que la producción eléctrica compite por ofrecer el mejor precio en el mercado pero que luego es el regulador debe decidir cómo trasladar estos buenos precios a la demanda de los consumidores.
El Gobierno ya intentó en uno de sus múltiples reales decretos energéticos llevar a subasta la producción de las centrales hidráulicas y nucleares. Una posibilidad que encontró con un rechazo frontal por parte de las empresas que la gestionan, que son principalmente los socios de aelēc.
La reforma se interpreta como un intento de dar más estabilidad al mercado a través de un control total por parte del regulador público. Es decir, abandonar los acuerdos bilaterales entre generadores y consumidores para apostar por un sistema en el que el Gobierno controle la negociación. Teresa Ribera tendrá oportunidad este mismo miércoles de defender esta idea ante inversores y empresas en un coloquio en el Spain Investors Day. Un coloquio que comparte con el consejero delegado de Endesa, José Bogas, y donde, ahora sí, podrá conocer de primera mano la medida.