Elon Musk, el consejero delegado de Tesla, parece que ya se ha cansado de luchar contra viento y marea en Wall Street. Tanto es así, que este martes publicó en Twitter que entre sus planes se encuentra sacar de Bolsa a la compañía, pero eso sí, cuando llegue a los 420 dólares por acción, lo que supone una capitalización bursátil superior a los 70.000 millones de dólares.
La compañía de vehículos eléctricos comenzó a cotizar hace algo más de 8 años y sus acciones se han revalorizado desde entonces un 2.000%. Su precio inicial fue de 17 dólares por título y desde aquel junio de 2010 no ha parado de crecer. Un claro punto de inflexión fue 2013, cuando Tesla pasó de los 37 dólares a los 193 en pocos meses.
La empresa nunca ha estado exenta de polémicas y Elon Musk ahora quiere centrarse en sacar a flote la compañía y estar menos pendiente de que el mercado influya en el crecimiento. Llama mucho la atención que Musk haya hecho este alegato justo ahora, ya que el mercado salió satisfecho de la última presentación de resultados, a pesar de haber duplicado sus pérdidas netas.
En el comunicado, el consejero delegado defendía su apuesta por el Modelo 3, que no ha estado libre de críticas, pero que aun así ha conseguido sacar adelante la producción de 7.000 vehículos a la semana de los Modelos 3, S y X, unos 350.000 al año.
Duro 2018
También es cierto que este año ha sido todo un camino de espinas para las tecnológicas. Las 'empresas del futuro' ya no deslumbran al mercado. Los inversores se vuelven más exigentes trimestre a trimestre con las cuentas y ya no quieren 'cuentos'.
Tesla fue uno de los valores que más se vio perjudicado durante las caídas de febrero en Wall Street. En parte por la 'mala suerte'. En ese mes uno de sus coches se incendió, otro -autónomo en pruebas- sufrió un atropello mortal y también revisaron el 'rating' de la compañía hasta bono basura.
Asimismo, las posiciones cortas sobre la compañía crecieron como la espuma. Además, la compañía se enfrentará en los próximos trimestres a la llegada al mercado de nuevos competidores de vehículos eléctricos de Audi o Jaguar.
El empresario ha criticado en varias ocasiones que los cortos provocan severas fluctuaciones en el precio de la compañía, lo que implica que no se pueda centrar al 100%.
"La razón por la que se hace esto es para crear un ambiente en el que Tesla pueda operar mejor. Como empresa en Bolsa, estamos sujetos a los cambios salvajes en el precio de nuestras acciones, que puedes ser una distracción importante para todos los trabajadores, quienes son todos accionistas", argumentaba Musk en una carta escrita a los empleados después del tuit de los 420 dólares.
Los inversores han mostrado su preocupación por la cantidad de gastos que acumula el fabricante de coches eléctricos y la duda de si sería capaz de reunir los suficientes fondos para financiar su proyecto de crecimiento, ente los que se incluyen nuevas fábricas y modelos.
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