Las bajas médicas marcan un nuevo récord. Según los datos recopilados por la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS), en el segundo trimestre se registraron un total de 421 millones de horas cotizadas y no trabajadas por incapacidad temporal (IT).
Es una cifra no vista en la serie más reciente, que arranca en 2019, justo antes de la pandemia. En el segundo trimestre de aquel año el volumen total de horas que no se trabajaron por enfermedad fueron 259 millones. Es decir, han crecido un 63% respecto a aquel año.
Teniendo en cuenta que el número de cotizantes del Régimen General de la Seguridad Social ha aumentado en estos cinco años también de forma intensa, un 11%, resulta conveniente calcular la media de bajas médicas por persona asalariada.
Cuando se cruzan ambos datos, el número medio de horas no trabajadas per cápita por incapacidad temporal fue 25 horas en el segundo trimestre, 8 horas al mes. Es decir, de media cada trabajador en España ya pierde al mes un día de trabajo a jornada completa.
En el mismo trimestre de 2019 se registró una media de 17 horas no trabajadas por asalariado como consecuencia de las bajas médicas (unas 6 horas al mes). Es decir, la cifra ha aumentado un 46%. La magnitud del aumento ha disparado las alarmas en el sector empresarial, en el sanitario y en el propio Gobierno.
Alerta entre los empresarios y el Gobierno
Otra forma de calcularlo es sobre el total de horas cotizadas, lo que se conoce como la tasa de absentismo. Según los datos de la Seguridad Social, el porcentaje de horas que no se trabajan por estar de baja médica sobre el total de horas cotizadas ascendió al 5,8% en el segundo trimestre de 2024, frente al 4,1% del mismo periodo de 2019.
El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, ha llegado a decir que "el gran problema de horas en España es el del absentismo". El impacto económico no es baladí: en 2023 las bajas por incapacidad temporal costaron 25.326 millones de euros, un 74% más que en 2018 y un 150% más que en 2015, según los datos de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo.
Este gasto se reparte entre las empresas (12.245 millones en 2023, aunque Cepyme eleva el coste hasta los 135.000 millones al tener en cuenta los costes de sustitución y producción) y la Seguridad Social (13.081 millones, con una cifra que amenaza con superarse este año).
Según los datos difundidos por Adecco, el absentismo ha crecido prácticamente en todos los sectores y actividades, aunque con distinta intensidad. En algunas supera ya el 10%. Destacan el transporte marítimo (10,5%), las actividades de juegos de azar y apuestas (10,4%), y los servicios a edificios y actividades de jardinería (10,3%).
El Gobierno ya ha planteado una reforma de la incapacidad temporal para poner coto a estas elevadas tasas de absentismo. La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, planteó la idea de dotar de más capacidad de decisión y flexibilidad al trabajador para incorporarse voluntariamente al trabajo si lo considera conveniente.
Los sindicatos tildaron la propuesta de un "absoluto disparate", mientras que los empresarios la venían con buenos ojos. Tras esto, la ministra matizó la propuesta y explicó que la modalidad consistiría en una "incorporación gradual" bajo la supervisión de los servicios médicos, algo que siguió sin convencer a los sindicatos.
En CCOO atribuyen el incremento del gasto en IT al aumento de la población trabajadora, la mayor edad media de los trabajadores y la demora en la respuesta de los servicios públicos de salud, "que necesitan reforzar su financiación en general y, singularmente su capacidad en atención primaria, especializada, pruebas diagnósticas, rehabilitación y cirugías".
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