“Cada vez hay más gente a la que tenemos que dar servicio y sin embargo nosotros seguimos siendo los mismos”. Así narra Laura (nombre ficticio), la situación que vive como repartidora de Correos en un pueblo de 5.600 habitantes ubicado en la Sierra de Guadarrama (Madrid), en el que con el aumento del teletrabajo y el éxodo de la ciudad al campo tienen una mayor carga de trabajo.
En la oficina de esta localidad trabajan cinco personas: tres repartidores y dos en oficina. Con el auge de las compras a través de Internet vieron aumentar su actividad, pero a esto se suma ahora un incremento en el número de repartos diarios derivado del mayor tiempo que la gente permanece en casa.
“Si antes había días que me quedaban paquetes sin entregar, ahora se multiplican por tres”, explica Laura. Hasta hace unos meses ella solía terminar el reparto a la una, pero actualmente finaliza alrededor de las tres. Además de que vive más gente en esta localidad, a esta trabajadora de Correos le han asignado una nueva zona que antes cubría una compañera destinada ahora en un pueblo cercano. “En vez de reforzar el servicio lo han recortado”, afirma con indignación.
Solo abrimos dos horas y por no dejar a nadie sin despachar extendemos el horario. Si hubiera una persona más atendiendo esto no pasaría"
Del mismo modo, otra de las trabajadoras de Correos en esta localidad se queja de que solo en contadas ocasiones puede cerrar a la hora fijada, las 11 de la mañana, debido al incesante número de personas que acuden cada día a la oficina. "Solo abrimos dos horas y por no dejar a nadie sin despachar extendemos el horario hasta las 12. Si hubiera una persona más atendiendo esto no pasaría", denuncia en conversación con este diario.
Pueblos sin carteros
Este no es un caso único. Hace unos meses, en noviembre de 2020, la empresa pública tomó la decisión de prescindir de la figura del cartero en cuatro municipios de la Comunidad de Madrid: Cobeña (7.300 habitantes), Hoyo de Manzanares (4.500 habitantes), Ajalvir (4.500 habitantes) y Villafranca del Castillo (3.800 habitantes). Como ya sucede en otros pueblos, se optó por centralizar el reparto de cartas y paquetería integrándolo en las localidades cercanas.
Esto, según denuncian los sindicatos, se traduce en un empeoramiento del servicio en lugares “con importante actividad empresarial y en expansión”, como es el caso de Ajalvir.
Correos gestionó en 2020 un 8,4% más de envíos
A pesar del confinamiento decretado de marzo a junio del pasado año por la crisis del coronavirus, el Grupo Correos gestionó en 2020 un 8,4% más de paquetes respecto al año anterior, alcanzando los 208,9 millones de envíos de paquetería y cartas urgentes. Además, durante la última campaña de Navidad, la empresa pública movió 51,1 millones de paquetes, un 31% más que el año anterior.
El 28 de diciembre, con el auge del comercio electrónico debido a las limitaciones a la movilidad, el grupo Correos gestionó más de 2,4 millones de envíos, la cifra más alta de su historia en un solo día.
Con estos datos sobre la mesa, sindicatos y trabajadores exigen un refuerzo de las plantillas. Ya en diciembre Vozpópuli recogió el testimonio de empleados de la compañía en diferentes lugares que denunciaban la saturación de las oficinas por la falta de personal.
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