La obra pública en España volvió a padecer en 2019 lo que ya sufriera tres años antes: un Gobierno en funciones durante gran parte del ejercicio. La falta de apoyos al Ejecutivo de Pedro Sánchez en el Parlamento para sacar adelante los Presupuestos provocó el adelanto electoral, con réplica seis meses más tarde, que obligó a prorrogar las anteriores cuentas públicas, sensiblemente más austeras que las aprobadas por los socialistas que no encontraron refrendo en el Congreso.
Esta circunstancia no impidió que el ejercicio que ahora termina fuera el de mayor volumen de licitaciones de los últimos años, con especial incidencia en el desarrollo de la red de alta velocidad. Sin embargo, los planes del Gobierno se centraban más en los servicios de Cercanías y también el mantenimiento de las carreteras; ambos capítulos se quedaron en el tintero presupuestario, que preveía para el área de Fomento un incremento casi seis veces mayor que el previsto para el conjunto de la economía.
De este modo, las principales empresas del sector volvieron a centrarse en su actividad internacional, que sigue acaparando gran parte de sus respectivas carteras. El foco sigue puesto en Latinoamérica aunque los mercados de Norteamérica y Australia llaman cada vez más las atención de las compañías.
Pese a la ausencia de Presupuestos, el Gobierno socialista incrementó de forma notable la licitación pública. En el caso del Ministerio de Fomento, las cifras superaron con creces los 4.000 millones de euros, lo que supone incluso doblar los registros de años anteriores. Buena parte de este montante ha ido a parar al desarrollo de la red de alta velocidad, que este año ha asistido al estreno de un nuevo destino, Granada, que ha llegado no sin cierta polémica porque los tiempos de viaje no son compatibles con la consideración de alta velocidad.
Rivales extranjeros para Renfe
Precisamente, el sector ferroviario acaparó buena parte de los titulares a lo largo del año debido al desarrollo del proceso de liberalización del mercado de pasajeros que permitirá, por primera vez en la historia, que Renfe tenga competencia en este ámbito. Adif ha cumplido con los plazos previstos, de forma que antes de final de año ya ha seleccionado ofertas para entrar en el mercado.
Como estaba previsto, serán dos los operadores que compitan con Renfe en el transporte de pasajeros a partir del 14 de diciembre de 2020, fecha prevista por la Unión Europea para el inicio de la liberalización. Por un lado, SNCF, participada por el Estado francés y que también dejará el próximo año su posición de monopolio en el país vecino. Por el otro, ILSA en alianza con la operadora italiana Trenitalia, también de capital público.
Como estaba previsto, serán dos los operadores que compitan con Renfe en el transporte de pasajeros a partir del 14 de diciembre de 2020
En cuanto a las principales empresas del sector, Ferrovial continuó con su proceso de venta de la división de servicios, complicada por determinados contratos en Reino Unido que, finalmente, pudo resolver. Mientras, ACS dio más de qué hablar en su división energética, con la puesta a la venta de sus activos renovable y el proyecto de comercializadora de electricidad, que en la de construcción e infraestructuras, después de que a finales de 2018 culminara, junto a Atlantia, la adquisición de Abertis.
OHL siguió con su particular saneamiento en un año que ya estaba previsto que fuera de transición y en el que su principal accionista, Grupo Villar Mir, ha entablado negociaciones con la familia de empresarios mexicanos Amodio para vender parte del 30% que aún mantienen en la constructora fundada por Juan Miguel Villar Mir.
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