El culebrón que protagonizan Talgo, la empresa húngara Magyar Vagon y el ministro de Transportes y Movilidad Urbana, Óscar Puente, se alarga en el tiempo.
El pasado 7 de marzo Magyar presentaba en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la Oferta Pública de Adquisición (OPA) con la oposición del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Puente, con varios frentes abiertos -los precios de los billetes de Ouigo, los peajes o el traspaso de los Rodalies-, ya había avisado de que, en el caso de que se presentase la oferta, el Ejecutivo haría "todo lo posible" por torpedear la operación.
El titular de Transportes comenzó, tras la presentación de la OPA, a mover las piezas de una partida de ajedrez que de momento nadie sabe cómo puede acabar. Anhela un socio español para que Talgo no pierda su ADN, y a tal fin estableció contactos con Criteria. Acercamientos que de momento son estériles.
Fuentes próximas a las conversaciones aseguran a Vozpópuli que el brazo financiero de Isidro Fainé en CaixaBank se resiste con fuerza a entrar en el capital de Talgo.
Otras fuentes cercanas al fabricante ferroviario ratifican este extremo. Aseguran que en Criteria no están convencidos de participar en la operación e incluso se da una alta probabilidad a que decida no desembarcar como uno de sus accionistas de referencia. Desde Criteria, prefirieron no hacer comentarios al respecto.
"El hecho de que Criteria sea una empresa del sector industrial ferroviario, ámbito de actividad que no conoce en profundidad, levanta recelo a la hora de ejecutar la inversión", indican las fuentes consultadas.
Fuentes próximas a Criteria no descartan "a día de hoy" entrar en la operación, siempre y cuando sea de la mano de un socio industrial y dependiendo de las condiciones. Algunas fuentes cercanas a los movimientos en torno a Talgo dan por sentado que Criteria no cederá a la presión y se desmarcará, aunque está midiendo al milímetro los tiempos en plena opa de Naturgy.
En el caso de la compañía energética, el hólding presidido por Isidro Fainé quiere despejar las dudas sobre el accionariado cuanto antes y trabaja en una OPA conjunta con Abu Dabi, que pasa por blindarse como accionista de referencia, como publicó este medio.
La pelota está en el tejado del Gobierno
La CNMV admitía a trámite hace solo unos días la OPA por 619 millones de euros -5 euros por acción- de Magyar Vagon por Talgo, con lo que se daba por iniciado el proceso de análisis por parte del regulador de los mercados.
La patata caliente está ahora en el tejado del Ejecutivo, que debe dar luz verde a la operación en Consejo de Ministros, en virtud del escudo antiopas aprobado durante la pandemia del coronavirus y ampliado con posterioridad. La CNMV no se pronunciará sobre la OPA hasta que no lo haga el Gobierno.
El organismo dirigido por Rodrigo Buenaventura cuenta con un plazo de 20 días hábiles desde la admisión a trámite para pronunciarse sobre la oferta, plazo que puede extenderse, como suele suceder. Una vez comunicado su veredicto, se inicia un plazo de aceptación de entre 15 días y hasta más de un mes por parte del ofertante para que los accionistas decidan si van o no a la OPA. De existir una contraopa, esta debe ser presentada antes de que se cumplan cinco días del fin del plazo.
Criteria, como publicó El Economista, se ha dado un plazo de dos semanas para decidir si va de la mano de los inversores húngaros. Aunque el apetito es bajo y todo apunta, por el momento, a que rechazaría entrar en Talgo pese a las presiones del Gobierno.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación