La estación de Chamartín-Clara Campoamor, una de las principales terminales ferroviarias de España, ha vuelto a ser escenario de caos debido a la tormenta que afectó la capital este jueves. Las intensas lluvias, que ya habían sido pronosticadas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), han causado importantes inconvenientes en la red de Cercanías y el Metro de Madrid.
Todo esto ha causado un malestar entre los pasajeros que se han visto afectados por retrasos de hasta dos horas, goteras y la falta de información clara por parte de las autoridades competentes.
Inundaciones y retrasos en Chamartín
El panorama en la estación de Chamartín fue caótico desde el inicio de la tormenta. Varias goteras en los vestíbulos, debido a las obras que actualmente se llevan a cabo en la estación, provocaron que parte del suelo se anegara, lo que complicó el tránsito de los viajeros por la terminal. Las imágenes de los pasillos y vestíbulos encharcados fueron compartidas por usuarios en las redes sociales, reflejando la magnitud del problema.
Un usuario de la red social X (anteriormente Twitter) expresaba su frustración etiquetando al ministro de Transportes, Óscar Puente, y a Renfe: "Si ya de por sí es una vergüenza el laberinto que hay que hacer desde las vías hasta el vestíbulo de Chamartín, ahora este está completamente anegado por la lluvia, igual que el vestíbulo. Muchísimas gracias por el servicio, @Renfe @oscar_puente". Las quejas no se limitaron a la infraestructura, ya que los usuarios también señalaron la falta de información de las autoridades.
Las oficinas de Adif, responsables de la gestión de las infraestructuras ferroviarias, también se vieron afectadas por las goteras. Algunos viajeros se acercaron a estas oficinas en busca de explicaciones, solo para encontrarse con el suelo encharcado. "Estamos empapados", comentaban algunos de los afectados, que además tuvieron que salir de la estación al tener su viaje operado por la compañía francesa Ouigo, lo que complicó aún más su situación.
Impacto en el Metro de Madrid
La situación no solo afectó a la red de Cercanías, sino que también el Metro de Madrid experimentó interrupciones. Una de las líneas más perjudicadas fue la L7, que sufrió cortes de circulación entre las estaciones de Cartagena y Las Musas. Además, la estación de Móstoles Central tuvo que ser cerrada debido a la acumulación de agua, lo que añadió más complicaciones a los desplazamientos.
Las redes sociales se llenaron de comentarios de usuarios afectados, describiendo escenas de “goteras del tamaño de una piscina olímpica” y pasillos completamente inundados. Algunos trenes del Metro también sufrieron retrasos superiores a los 15 minutos, lo que exacerbó la frustración de los viajeros.
Aviso naranja por lluvias
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había emitido un aviso amarillo en la Comunidad de Madrid para el día jueves debido a la previsión de fuertes lluvias. Sin embargo, conforme avanzaba la jornada y aumentaba la intensidad de las precipitaciones, el aviso fue elevado a naranja. Este nivel de alerta indica que las lluvias podían alcanzar hasta 15 litros por metro cuadrado, con chubascos intensos y tormentas ocasionales.
Las previsiones de Aemet advertían de la posibilidad de que las tormentas se extendieran durante el fin de semana, aunque la alerta no continuaría a partir del viernes. Las temperaturas mínimas no registrarían grandes variaciones, pero las máximas experimentarían un descenso, situándose entre los 15 y 25 grados. Además, se preveían intervalos nubosos y bancos de niebla en las zonas altas.
Recomendaciones de las autoridades
Ante esta situación, la Agencia de Seguridad y Emergencias de la Comunidad de Madrid (ASEM112) emitió una serie de recomendaciones. Los conductores que tenían que circular por las zonas afectadas fueron aconsejados de revisar el estado de los neumáticos y los limpiaparabrisas, además de adecuar su velocidad a las condiciones meteorológicas. Asimismo, se pidió que circularan con las luces de cruce encendidas y que revisaran canalones y desagües para evitar bloqueos causados por las hojas arrastradas por el agua.
Las autoridades también alertaron sobre los peligros que representaban las "piscinas" que se habían formado en algunas carreteras, especialmente en la A-2, una de las principales arterias de entrada y salida de Madrid, donde el tráfico se ralentizó significativamente debido a la acumulación de agua en la calzada.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación