El controvertido ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, anunciaba ayer que reclamaría indemnizaciones a Talgo por el mal funcionamiento de los trenes Avril, unidades fabricadas por la empresa vasca, Talgo.
El hecho se produce solo tres meses después de que los trenes fueran entregados, tras casi dos meses de espera, en abril del presente año. Semanas antes de la llegada del pedido, Renfe anunció que pediría indemnizaciones por la demora en los plazos.
Dos reclamaciones que se produjeron inmediatamente después de que se hiciera pública la Ofeta Pública de Adquisición (OPA) de la empresa Magyar Vagon por el 100% Talgo, por un total de 615 millones -cinco euros por acción-, toda una ganga dada la valoración de la compañía en los últimos tiempos.
Magyar, con plantas de fabricación en Hungría, es consciente de la importancia de la tecnología de ancho variable propiedad de Talgo, y que permite a los trenes adaptarse a los diferentes anchos de vía existentes. Esto permite a cualquier tren, por ejemplo, unir Rusia con cualquier lugar del viejo continente
Son dos reclamaciones que tienen un impacto directo en la imagen del fabricante ferroviario, cuya salvación para mejorar los tiempos de entrega y ampliar la cartera de clientes se encuentra precisamente en Magyar Vagon. En Talgo ven con muy buenos ojos la operación, pero no sucede lo mismo con el Gobierno.
Los de Pedro Sánchez sospechan que existen vínculos entre la empresa húngara, el Gobierno de ese país y Rusia. Esta sospecha se centra en Corvinus, el fondo estatal del país que preside el ultraderechista Viktor Orbán, y que posee el 45% de Magyar Vagon.
El objetivo de Óscar Puente es frenar a toda costa la operación -a través de una contraopa conjunta-, pero no encuentra socios. Lo intentó en su día junto a CriteriaCaixa, pero el brazo inversor de Isidro Fainé le dio la espalda.
De momento no se conoce a cuánto ascenderá la indemnización por el mal funcionamiento de los trenes, sin embargo, sí hay cifras para el retraso en las entregas: 166,6 millones de euros más 80.000 adicionales por cada día de demora
La desesperación del Ejecutivo es tan grande que se estudian diversas fórmulas -incluidas las jurídicas- para bloquear un acuerdo que supondría perder a una empresa considerada como crítica por el Gobierno. Por su parte, Magyar Vagon, con András Tombor al frente de la operación y como portavoz de la húngara, dejaba claro hace unas semanas que saben que deben tener "mucha paciencia" para que la OPA fructifique.
Magyar, con plantas de fabricación en Hungría, es consciente de la importancia de la tecnología de ancho variable propiedad de Talgo, y que permite a los trenes adaptarse a los diferentes anchos de vía existentes. Esto habilita a cualquier unidad, por ejemplo, a unir Rusia con cualquier lugar del viejo continente a través del ferrocarril.
Las indemnizaciones que reclama Puente
De momento no se conoce a cuánto ascenderá la indemnización en el caso del mal funcionamiento de los trenes, sin embargo, sí hay cifras para el retraso en las entregas.
Fuentes cercanas al operador explicaron en su día a Europa Press que tanto la reclamación de 50 millones de euros por lucro cesante como los 80.000 euros por cada día de retraso adicional a partir del próximo 1 de abril por daños y perjuicios solicitados a Talgo serán tramitados por la vía judicial.
A esto hay que sumar los 116,6 millones de euros reclamados desde 2022 por el retraso en la entrega de estos trenes, vitales para el transporte de pasajeros en Galicia y Asturias, un importe que en ese caso no necesita la vía judicial, al estar contenido en las condiciones del contrato firmado entre ambas corporaciones.
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