El año pasado, en pleno aluvión de problemas en el transporte ferroviario -situación que se mantiene en la actualidad-, Renfe tomó una decisión inédita: asegurar a todo riesgo sus trenes para evitar males mayores.
Es información pública, disponible en el documento con el resultado de las cuentas correspondientes a 2023, colgado por la compañía sin aviso previo en su página web el pasado jueves.
El texto refleja que "en el capítulo de 'Primas de seguros' se incluyen los gastos correspondientes a las pólizas de seguros de Responsabilidad Civil además del Seguro Obligatorio de Viajeros. En este mismo capítulo y para el ejercicio 2023 se incluye el seguro de daños materiales relacionado con inmuebles de uso administrativo, inmuebles de uso industrial y material rodante". El documento concluye que "en el ejercicio 2022, la póliza no incluía los inmuebles de uso industrial, y para el material rodante no existía cobertura a todo riesgo, solamente la del Consorcio de Compensación de Seguros".
Un detalle que se conoce en paralelo a los problemas del pedido de trenes de Talgo realizado por Renfe en 2016, quien lanzó un concurso público para adquirir 30 unidades para su servicio de alta velocidad (AVE). Se lo acabó adjudicando Talgo con un 43% de rebaja sobre el precio inicial de licitación. Algo por lo que Alstom, que competía en el concurso, puso el grito en el cielo.
Talgo se hacía con el contrato por 1.495 millones de euros, lo que suponía un 43% de rebaja sobre el precio inicial de la licitación. Esto suponía un ahorro de 1.200 millones de euros.
El pasado mes de mayo Talgo entregaba, con mucha demora, al Ministerio de Transportes y Movilidad Urbana dirigido por Óscar Puente, 22 unidades del modelo S106, comercialmente conocido como Avril. En su día hasta la mitad de los trenes tuvo que apartarse para su reparación por distintos problemas -de media sufrían seis averías diarias-. Hoy ya hay 30 unidades de este modelo en funcionamiento.
Renfe ha visto socavada con ello tanto su operativa como su reputación, y por ello reclama 167 millones de euros en indemnizaciones por los retrasos en las entregas y una cantidad, aún por determinar, por los problemas en los S106.
Esto, sumado a los problemas que ha generado la liberalización del transporte -mayor desgaste de las infraestructuras- hace que la contratación de un seguro tenga más lógica que nunca. Además, es algo que irá a peor, pues próximamente se liberarán nuevas rutas y corredores.
300 millones de pérdidas
Por otra parte, y atendiendo a los resultados financieros de 2023, hay que destacar que la competencia ha asestado un duro golpe a Renfe. Ouigo e Iryo han insuflado mucha presión al mercado y el resultado es que los ingresos en Renfe caen en picado. El impacto es de casi 300 millones de euros -concretamente 290 millones de euros- de pérdidas en la venta de billetes durante 2023.
En total, los ingresos por ventas han pasado de 1.883,4 millones de euros en 2022 a 1.593 millones de euros el año pasado.
Hay regiones en las que el descenso de la facturación cae con especial virulencia. Es el caso de Madrid, ciudad en la que el porcentaje de caída alcanza el 80% si se pone la lupa en los Cercanías y Media Distancia (MD). Si en 2022 la facturación por comercialización de billetes fue de 146,3 millones de euros, en 2023 este indicador se precipitó hasta los 32,3 millones de euros.
Barcelona, la segunda ciudad que más ha sufrido la competencia, ha visto cómo la facturación en los Rodalies y la Media Distancia desciende de 132 millones de euros a 59,5 millones de euros en 2023 (-55%).
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