Mazazo para la banca. El Tribunal Supremo ha declarado la nulidad por usura de un contrato de Wizink de una tarjeta 'revolving' que imponía un 27% de interés. Esta decisión se ha alcanzado por unanimidad y supone un nuevo golpe para las entidades de crédito, que se juegan unos 14.000 millones de euros. El fallo llega un día después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictara a favor de la banca en el caso de las hipotecas en IRPH.
La tarjeta 'revolving' es una línea de crédito que comercializan las entidades en solitario o mediante acuerdos con marcas comerciales de confianza como cadenas de supermercados, aerolíneas o compañías telefónicas. El riesgo de este tipo de préstamo está en el alto interés que se paga cuando se utiliza en la modalidad de crédito, que en ocasiones es cercano al 30% y que ahora un juzgado ha declarado usurero.
Además, el propio cliente en muchas ocasiones no sabe lo que está contratando y mucho menos el tiempo que le costará amortizar dicho préstamo. Son precisamente estos dos puntos por los que los afectados podrían reclamar.
Orden ministerial
El Tesoro ha preparado una norma que obliga a los bancos a amortizar al año al menos un 25% del total de los préstamos de este tipo, lo que supondría que la vida máxima de estos créditos no superaría los cuatro años. De esta forma, se pondría coto a los desmesurados intereses que se exigen en este tipo de producto.
Con esta orden ministerial, el organismo dependiente del Ministerio de Economía, a parte de delimitar la vida del préstamo, también exige que la cuota máxima anual tenga como referencia el 40% de los ingresos netos anules del cliente, por lo que se acota aún más la cuantía final a financiar.
Asimismo, se obliga a las entidades a evaluar la capacidad del cliente para cumplir con las cuotas mensuales antes de firmar el contrato. Los bancos también deberán contar con procedimientos internos nuevos "específicamente desarrollados para llevar a cabo la evaluación de solvencia".
Por otro lado, las entidades tendrán que analizar de nuevo el perfil del cliente si éste decidiera ampliar la línea de crédito y se reseña que un seguro de amortización en ningún momento servirá para evitar la evaluación de solvencia del cliente.
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