Algunos economistas contemplan ya el riesgo de que el turismo no recupere todo el peso que antes del coronavirus tenía en la economía. El INE revelaba esta semana que el sector pasó de representar el 12,4% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2019 a sólo el 5,5% en 2020, con el inicio de la pandemia. En 2021 las empresas sólo recuperaron la mitad de su actividad y siguieron acogiéndose a las ayudas directas del Gobierno, a través de mecanismos como los ERTE o las inyecciones de capital.
Por el contrario, las empresas dedicadas a la exportación de bienes industriales y agrícolas se situaron en niveles récord. La cuestión es, entonces, si el turismo será capaz de recuperar los siete puntos perdidos en el corto y medio plazo y qué ocurrirá con otras industrias que están ganando importancia en su participación en el PIB. Sobre esto hay opiniones y teorías diversas.
Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, asegura que "a más largo plazo, es probable que el sector pierda peso en la economía española". En primer lugar, porque, poco a poco, otros sectores están tirando del crecimiento, desviando parte de los recursos anteriormente empleados en el turismo. En segundo lugar, porque el propio sector está experimentando importantes cambios estructurales, como la reducción de los viajes de negocios en paralelo al incremento de las videoconferencias.
Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research, cree que "es posible que cuando alcance el mismo peso que en el pasado, lo haga con una menor proporción del empleo", pues "la pandemia obligará a cambiar el modelo de producción" del turismo de masas.
En cuanto a quién ganará peso, "ya hemos visto un incremento de aquellos servicios cuya demanda ha crecido con la pandemia o donde se ha tenido que aumentar la inversión, como la sanidad o la educación, ambos relacionados con el sector público", apunta Cardoso. Por otro lado, el experto de BBVA espera que con la ejecución de los fondos NGEU el peso de la industria y de la construcción en el valor añadido se incremente. Finalmente, también cree que ganarán peso los servicios que puedan proveerse a distancia, asociados al teletrabajo, a la digitalización y a la transformación medioambiental.
Un sector clave para otros sectores
Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), se muestra más optimista. Reconoce que las pérdidas acumuladas y de tejido productivo han sido cuantiosas, pero asegura que las ventajas competitivas del turismo son estructurales y una vez se normalice la situación, podrá volver al punto de partida con esfuerzo e inversión. "Los sectores menos afectados por la covid están relevando en actividad y empleo al turismo, pero la economía hay que pensarla como un todo y el turismo volverá a ser tractor", apunta.
De hecho, destaca que "es mucho más fácil recuperar una perdida de actividad previa que expandir la actividad por encima de tus niveles básicos, y el turismo tiene un margen de recuperación muy amplio". Si esto no ocurriera, sería "un lastre importante" porque el sector ha sido tradicionalmente motor de otras actividades (inmobiliario, restauración, etc.) y también de varias regiones (como la Comunidad Valenciana y las islas), añade Izquierdo.
Finalmente, Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas también opina que es "muy difícil" cambiar nuestro modelo económico a corto plazo precisamente por este último asunto. "El peso del turismo no es solo del 12%. Hay que tener en cuenta que alimenta a otros sectores, como el de servicios, con el peso que tiene éste en su participación en el PIB", comenta.
Además, Pedraza apunta que la industria de momento sigue en el 16% del PIB, con "un avance prácticamente nulo sobre el objetivo marcado de alcanzar un 20%". "Este es un ejemplo de la dificultad de crecer en sectores que le hagan sombra a la que hoy es nuestra principal industria, el sector", sentencia. En cualquier caso, en lo que todos los economistas coinciden es en que el turismo no se recuperará, como pronto, hasta 2023.
