Economía

La UE avisa a Calviño de que hay oposición a su nueva idea de reglas fiscales a la carta

Nuevo jarro de agua fría para España en la negociación de las futuras reglas fiscales, suspendidas hasta 2023 por la covid-19. El Gobierno cambia el rumbo y apuesta ahora por

Nuevo jarro de agua fría para España en la negociación de las futuras reglas fiscales, suspendidas hasta 2023 por la covid-19. El Gobierno cambia el rumbo y apuesta ahora por sendas de reducción de déficit y deuda adaptadas a la situación de cada país, tal y como manifestó este lunes la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en una comparecencia junto al presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe.

Pedro Sánchez intentó acercar posturas con Alemania en la visita del canciller socialdemócrata Olaf Scholz hace semanas, proponiendo que las inversiones verdes no computaran en materia fiscal. Sin embargo, la negativa del país germano a suavizar los topes de déficit y deuda a las inversiones verdes han provocado que el Gobierno recurra a 'viejos' aliados. 

La propuesta que Calviño ha hecho pública este lunes de adaptar las reglas a cada país es una idea que Francia e Italia llevan defendiendo desde diciembre a la que ahora se suma España, aunque Macron y Draghi enfocan estas reglas fiscales 'ad hoc', fundamentalmente, en la deuda. "Necesitamos actuar con realismo y pragmatismo", ha recalcado la vicepresidenta primera.

Calviño ha instado a evitar caer en "las trincheras y viejos debates del pasado" e impulsar una reforma que establezca un marco de consolidación fiscal con sendas de reducción de déficit y deuda adaptadas a la situación de cada país y que refuercen las finanzas públicas a largo plazo, impulsando al mismo tiempo el crecimiento y creación de empleo de calidad y la inversión en transición verde y de calidad.

"Necesitamos preparar nuestras herramientas para el futuro", ha reclamado, preguntada por si había que dejar más tiempo al debate como plantean algunos países, tras explicar que el Gobierno de España necesita tener cuanto antes claridad respecto a la orientación y aproximación de la reforma para la preparación de los Presupuestos Generales del Estado para 2023. En la necesidad de llegar a un acuerdo sin dilación y que sea efectivo en 2023 ha coincidido Donohue.

"Mi impresión es que esta aproximación responde a lo que más o menos todos pensamos sobre lo que tenemos que hacer mirando al futuro", ha indicado la vicepresidenta. Sin embargo, Donohue, que le arrebató a Calviño la Presidencia del Eurogrupo en julio de 2020 y que ha hecho elogios constantes a Calviño, ha advertido de que este asunto está siendo objeto de "mucha discusión" entre los Estados miembros.

En cualquier caso, el presidente del Eurogrupo ha rebajado este lunes las expectativas generadas por Calviño con esta propuesta y ha puesto el foco en la "oposición" manifestada por algunos Estados Miembros a la flexibilización del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). No sólo Alemania reclama el retorno al control estricto del déficit público y la deuda, los países frugales (Países Bajos, Dinamarca y Austria) también se muestran partidarios de la ortodoxia fiscal.

"La idea de las reglas diferenciadas, con intervención de la Comisión para ajustarlas, es una de las propuestas que defienden los países del sur. No hay ningún país del norte que lo defienda", señalan a Vozpópuli fuentes comunitarias. Por esta razón, Sánchez ha intentado estrechar las relaciones entre los socialdemócratas europeos, aunque de momento sin demasiado éxito.

España 'se la juega' con las reglas fiscales

España se juega mucho con posible el retorno de estas reglas si el debate entre los Veintisiete para reformarlas no llega a buen puerto. En concreto, el objetivo de déficit público marcado por el Gobierno para este año se sitúa aún en el 5% del PIB, dos puntos por encima del límite del 3%; mientras que la deuda pública se reducirá hasta el 115,1%, todavía casi duplicando la regla del 60%.

Es decir, que si los Estados no logran un acuerdo para flexibilizar las reglas fiscales y éstas vuelven a estar vigentes a partir de 2023 como se conocen hasta ahora, España tendrá que llevar a cabo fuertes ajustes en las cuentas públicas para cumplirlas. Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, calcula que en el caso del déficit, por ejemplo, habría que hacer frente a un desfase cercano a los 25.000 millones de euros. Y a esto habría que sumar el ajuste en la deuda.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha propuesto a Bruselas que las futuras reglas fiscales europeas se centren en vigilar la deuda y el gasto público, dejando el déficit como un simple indicador de sostenibilidad. Su presidenta, Cristina Herrero, añadió la pasada semana en un evento sobre esta reforma que si se da más peso a las circunstancias específicas de cada país, será necesaria la descentralización de la supervisión en todas sus fases, con un papel primordial de las instituciones fiscales nacionales.

En todo caso, el próximo movimiento formal sobre la disciplina fiscal corresponde a la Comisión, que tras abrir el debate en octubre y recibir las propuestas de los distintos organismos, expondrá la suya propia, previsiblemente, en este primer trimestre.

España intentó promover un documento en otoño (no oficial, lo que se denomina non paper) que planteaba ligar la reforma de las reglas fiscales con la gestación del fondo de recuperación para la pandemia. Su publicación quedó aplazada a la espera de tener un nuevo canciller alemán. Tras el jarro de agua fría que echó Scholz a Sánchez, la propuesta de Calviño de reglas fiscales a la carta ha sido su primer movimiento oficial.

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