Josep María Álvarez, más conocido como Pepe Álvarez, aún está aterrizando en la sede nacional de UGT, pero ya se ha puesto a trabajar en los frentes que tiene abiertos el sindicato, como la fusión de federaciones sectoriales, que se van a pasar de seis a tres, lo que implica inevitablemente ajustes en la plantilla.
Actualmente, UGT está compuesta por seis federaciones: la de la industria, la de servicios para la movilidad y el consumo, la de servicios públicos, la de la industria y trabajadores agrarios y la de la enseñanza. Pepe Álvarez las va a reducir a tres: una federación de servicios públicos, otra de servicios privados y una tercera de sectores industriales y construcción.
Cada una de las tres organizaciones abarcará diferentes sectores. Por ejemplo, la industria incluirá la madera, el sector químico y el metal, mientras que la banca, el transporte y otras actividades se concentrarán en la federación de servicios privados y la educación, sanidad y todo lo que atañe a los empleados públicos en la federación de servicios públicos.
La reforma estructural, tal y como ha dicho el nuevo líder en alguna ocasión, servirá para afrontar de manera "ágil, flexible y eficaz" los retos a los que se enfrentará el sindicato en los próximos años. A su parecer, el proceso de sectorialización resultante tiene que servir para que los trabajadores que se afilien se sientan identificados con la propia organización a la que entran.
Intentarán que la reforma estructural no sea muy dramática, pero no se pueden descartar los despidos
Fuentes sindicales explican a este periódico que intentarán que la reforma se haga de una forma que no resulte excesivamente dramática para la plantilla, recurriendo a figuras como las prejubilaciones o los traslados, aunque no se puede descartar que se produzcan algunos despidos.
En cualquier caso, el sindicato elaborará primero una auditoría completa de UGT para analizar los recursos, la situación y las necesidades futuras. A partir de ese análisis, se empecerá a trabajar en ello. La auditoría no finalizará hasta finales de mayo para dar tiempo a las federaciones para que celebren sus respectivos congresos. De hecho, la nueva Comisión Ejecutiva tiene hasta el 22 de mayo para acometer el proceso de integración.
Plan de viabilidad para el sindicato
Con dicha auditoría, UGT pretende tener más información para diseñar la forma más adecuada de adelgazar las estructuras del sindicato y elaborar un plan de viabilidad para funcionar de forma “correcta y austera”. Además, busca liberar recursos para la acción sindical en las empresas y la toma de decisiones con afiliados y delegados.
Pepe Álvarez se impuso a Miguel Ángel Cilleros en el 42º Congreso Confederal de UGT de mediados de marzo y ocupó así el trono que dejó Cándido Méndez tras 22 años en el cargo. Álvarez, que no era el candidato favorito de Méndez por su defensa del derecho a decidir en Cataluña, ganó tras conseguir el 51,1% de los votos.
Álvarez quiere un punto y aparte en el sindicato e insistirá en la derogación de las dos reformas laborales
En su primer discurso como secretario general, ya puso de manifiesto su intención de transformar UGT, pero sin romper del todo con lo que había hasta ahora. "Un punto y aparte para profundizar en las estructuras”, dijo, tras dejar también claro que seguirá pidiendo la derogación de las dos reformas laborales gobierne quien gobierne y que mejorará la transparencia del sindicato.
En cualquier caso, su gran objetivo será limpiar la imagen de UGT, salpicada por varios escándalos de corrupción durante estos años, y recuperar la pérdida de afiliados que ha supuesto la crisis económica para la actividad sindical.
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