La Comisión Europea está debatiendo sobre cómo articular el Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros para ayudar a los países de la Unión a superar la crisis del coronavirus.
La propuesta de Bruselas pasa por dividir esa cuantía entre ayudas a fondo perdido (500.000 millones irían por esta vía) y préstamos a devolver (250.000 millones). La parte más jugosa de esta partida son los subsidios, ya que lo único que tendrán que hacer los países para poder recibir esos fondos será emprender reformas estructurales que saben que tienen que llevar a cabo y que ahora no tendrán más remedio que ejecutar (ante el electorado, los partidos del Gobierno tendrán la excusa de que lo exige Bruselas).
Según ha podido saber Vozpópuli, ese dinero no se repartirá entre los países teniendo en cuenta el criterio de cómo ha afectado la pandemia del coronavirus, sino que la Comisión quiere establecer tres baremos a tener en cuenta para repartir los 500.000 millones.
Dos de los tres factores serán los habituales: cantidad de población y PIB per cápita. Cuanta más gente y más lejos esté el país de la media de PIB per cápita europeo, más fondos recibirá cada país.
El tercero de los criterios que proponen, y que ha generado más discusión hasta ahora, consiste en tener en cuenta la media de desempleo de los últimos cinco años. Desafortunadamente, este criterio es el que engordará los fondos que recibirá España.
Frenos para evitar concesiones excesivas
La Comisión considera que aquellos países en los que el nivel de paro haya sido más alto en los últimos cinco años tendrán más dificultades para recuperarse de la crisis y tardarán más en sanear su economía y su mercado de trabajo, por lo que necesitan una ayuda adicional.
Para recibir el dinero, no obstante, deberán aplicar reformas estructurales. Bruselas recuerda que dar esta cantidad de dinero persigue un doble objetivo: por un lado, ayudar a los países a recuperarse y, por otro pero no menos importante, conseguir hacer que las economías sean más resilientes. Para esto último fomentarán la inversión en reformas.
Bruselas no confirma qué peso relativo tendrá cada uno de estos tres criterios (población, PIB per cápita y desempleo) a la hora de repartir las ayudas. Según ha podido saber este medio de fuentes cercanas al Parlamento europeo, se establecerá una fórmula multiplicativa que asocie los tres elementos, pero estableciendo algunos frenos para evitar que haya una concesión excesiva a algunos países.
España, Italia y, en menor medida, Grecia serán los tres países más beneficiados y que se lleven una mayor proporción de estos 500.000 millones de euros.
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