El Gobierno de Pedro Sánchez se ha empeñado en reducir la temporalidad del mercado laboral a coste de lo que sea para intentar contentar a la Unión Europea. Su ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se había puesto como meta que el número de trabajadores contratados de forma temporal en una empresa no pudiera superar nunca el 15% de la plantilla total. Renunció a ello unos días después ante la evidencia de los datos que mensualmente publica su propio departamento: sólo una de cada diez contratos que se firman en España tiene carácter indefinido.
Lo más sorprendente ha sido que, esta misma semana, ha vuelto a la carga y con una propuesta aún más ambiciosa: que el número de trabajadores temporales nunca pueda superar el 8% de la plantilla. En el caso de las empresas de más de 500 trabajadores, el tope máximo sea de 30 trabajadores o el 4% de la plantilla, algo que parece imposible de cumplir a tenor de las proporciones actuales entre trabajadores indefinidos y temporales.
La segunda oleada de medidas la ha dado a conocer el Ejecutivo en la última reunión que ha mantenido con los agentes sociales en el marco de la renovación del marco que rige las relaciones laborales en nuestro país y también tienen que ver con la temporalidad. La idea ha partido esta vez del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.
Lo que se pretende el departamento que dirige José Luis Escrivá es penalizar a las empresas que rotan su plantilla mediante la concatenación de contratos temporales de corta duración, que interrumpen durante un par de días a la semana (los fines de semana) para ahorrarse el dinero de las cotizaciones sociales. La idea no ha sido muy bien recibida entre los agentes sociales poco dados a los cambios.
De acuerdo con los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), casi la cuarta parte de los contratos firmados en los diez primeros meses de este año tienen una duración máxima de una semana. Según las cifras del Ministerio, en España se han firmado entre enero y octubre 15.681.263 contratos laborales, de los que 3,5 millones se extinguían al cumplirse una semana. Esa cifra representa el 22,37% del total, pero si se tiene en cuenta sólo el mes de octubre (el último con datos completos), los contratos de duración mínima llegaron a ser el 24,9% del total.
En España se han firmado entre enero y octubre 15.681.263 contratos laborales, de los que 3,5 millones se extinguían al cumplirse una semana
Ni la media de los diez primeros meses del año ni las cifras de octubre son ninguna excepción por vivirse una situación singular. Durante el pasado mes de octubre, el 28,95% de los contratos firmados en toda España tenían fecha de caducidad a los quince días, y el 35,54% no tenían más vigencia que un mes. Si la secuencia se extiende en el tiempo, el 45,7% de los contratos firmados no llegaban más allá de los tres meses y el 52,37%, más de seis meses.
¿Qué sucede? Que de todos los contratos firmados en el mes octubre, el 82% se formalizaron bajo los epígrafes de “por circunstancias de la producción” u “obra y servicio”, que permiten contratar a los empresarios, sin por ello incumplir la legalidad vigente, “a la carta”. En el caso de los formalizados por un periodo de siete días como máximo, el porcentaje asciende al 94,5% bajo estas características.
Según la legislación vigente y para evitar el abuso de esta modalidad de contratación, no se pueden tener más de dos contratos temporales que sumen 24 meses en un periodo de 30 meses, según recoge el Estatuto de los Trabajadores, aunque como en casi todo, añade algunas excepciones.
Evolución de la contratación
Ni siquiera la estacionalidad de determinados sectores o una coyuntura económica adversa cambia la preponderancia de la contratación temporal sobre la indefinida. En octubre de 2020, en plena crisis sanitaria y con la actividad económica semiparalizada, los contratos de una semana de duración alcanzaron el 21% del total, mientras que en ese mismo mes de 2018 se llegó al 26%.
En enero o febrero, meses en los que la actividad turística se circunscribe a un par de regiones en España, el numero de contratos con una duración máxima de una semana representa el 20% del total. Si el periodo de contratación se eleva un mes, el porcentaje supera ya el 35%. En los meses de verano, las cifras suben algo, pero se mantiene la tendencia. En agosto, por ejemplo, se firmaron 343.846 contratos de una semana sobre un total en el mes de 1,4 millones, lo que equivale a hablar del 24,42% y el 41,33% si la relación contractual llega al mes.
La duración media de los contratos firmados en los diez primeros meses de este año es de 54,51 días, aunque esta cifra varía mucho en función de la actividad que se vaya a realizar. En la agricultura, el contrato media es de solo 34,58 días; de 48,98 días en la industria; de 57,27 días en el sector servicios y de 92,48 días en la construcción.
El sector servicios es el más dado a firmar contratos muy cortos. El 25,36% de las contrataciones realizadas en lo que va de año se firmaron mediante contratos de una semana y el 36,82%, con una vigencia de un mes
El sector que más tira de los contratos de corta duración es la industria. Entre enero y octubre, el 35,49% de los contratos (690.691 de un total de 1.945.863) tenían una duración máxima de una semana y el 47,84%, casi la mitad, de un mes. En la construcción, sin embargo, estas relaciones laborales tan fugaces tienen menos adeptos. Sólo el 2,65% de los contratos eran de una semana en el periodo analizado y solo el 10,84%, de un mes. El sector servicios es el más dado a firmar contratos muy cortos. El 25,36% de las contrataciones realizadas en lo que va de año se firmaron mediante contratos de una semana y el 36,82%, con una vigencia de un mes.
Hay una figura en la estadística del SEPE que dice mucho de la situación de las relaciones laborales en España: “duración indeterminada”. Bajo este epígrafe casi semiclandestino se amparan el 35,06% de los contratos firmados en nuestro país. En la agricultura suponen el 65,75% del total y la construcción, dos de cada tres contratos. Son menos utilizadas en industria (25,7%) y servicios (27,45%).
La Unión Europea ha sido siempre muy critica con la dualidad del mercado laboral español, tan diferente del comunitario y de las grandes economías del continente. España lidera la temporalidad en el empleo con una tasa del 24%, muy por encima de Francia (15,3%), Italia (15,2%) o Alemania (10,7%), y a una enorme distancia de Dinamarca, Bélgica o Irlanda (entre el 10 y el 11%), según los datos de Eurostat.
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