Una empresa local convertida en multinacional con presencia en medio mundo. Y todo gracias a la envoltura de embutidos con celulosa. Viscofan nació en 1975 en Navarra. Fue creciendo poco a poco hasta convertirse en un gigante de su sector que controla el 32% de la cuota del mercado mundial. Ahora, parece que se ha estancado en la Bolsa, pero sus accionistas van a cobrar unos dividendos de récord.
Los empresarios guipuzcoanos Jaime Echevarría y Leopoldo Michelena decidieron crear esta empresa y la ubicaron en Cáseda, una pequeña localidad de Navarra, atraídos por las ventajas fiscales que daba el Gobierno foral. La apuesta por la celulosa que envuelve el embutido parecía una idea no demasiado atractiva. Nada más lejos de la realidad. El negocio resultó ser imparable. Había un gigantesco nicho de mercado. Los clientes pronto se multiplicaron. Y, mediante un lento pero seguro proceso de adquisiciones, la compañía fue engordando y extendiéndose por cada vez más mercados. Brasil, Estados Unidos, Australa y un largo etcétera.
Parte de su éxito descansa en las fórmulas secretas con las que se trabaja en la planta de Cáseda. La entrada en la fábrica está blindada a personal ajeno al grupo. Conocer los trabajos químicos con que se elaboran las envolturas es una tarea casi imposible, porque esas labores se ocultan como si se tratase de la fórmula de la Coca Cola.
Hasta 100 países
Hoy día, una de cada tres de estas envolturas en el mundo procede de Viscofan, la única empresa navarra que cotiza en el Ibex 35. Entró en el selectivo en 2012 y ahora tiene un valor de mercado aproximado de 2.500 millones de euros. Presidida por José Domingo de Ampuero y Osma, en ella trabajan unas 800 personas en la Comunidad foral y otras 4.000 por todo el mundo. Es uno de los líderes mundiales de su sector, con la cuota mencionada del 32%, y su distribución llega a 100 países.
En 2018, el grupo obtuvo un beneficio neto de 123,7 millones, lo que supuso un incremento del 1,4% con respecto al ejercicio anterior, según datos de la propia compañía. La cifra de negocios del grupo de enero a diciembre del año pasado ascendió a 786 millones de euros. Las ventas de envolturas reportadas contribuyeron con 741,4 millones de euros y los ingresos por venta de energía de cogeneración aportaron 44,7 millones de euros.
Es una empresa saneada y, a priori, una garantía de futuro. Su deuda neta no llega a los 50 millones de euros. Algo irrisorio para un grupo que se mueve en semejantes cifras. La gran duda es si aún puede crecer más en el parqué o, por el contrario, se va a estancar sin remisión.
Dividendos de récord
Gracias al buen funcionamiento del grupo, su valor en Bolsa se ha ido incrementando con una subida media anual del 14% durante los últimos diez años. En los años más difíciles para sus competidores del Ibex, este grupo crecía. A principios de abril la Junta de Accionistas de Viscofan aprobó repartir un dividendo complementario de 0,95 euros por acción, según comunicó la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Con este pago, que se abonará el 6 de junio, la remuneración total al accionista con cargo al ejercicio 2018 asciende a 1,73 euros por título, lo que supone un récord histórico para la compañía y supera en un 11,6% la remuneración total de 1,55 euros aprobada en el ejercicio anterior. En el tercer trimestre del año pasado la acción llegaba a los 65,45 euros, su récord histórico. Números para tener más que contentos a los accionistas.
Un susto esta semana y otro en octubre
Sin embargo, el pasado octubre sus acciones se derrumbaron un 20% por sorpresa. Un fuerte susto para los accionistas. La empresa ha ido remontando durante este 2019. Hasta que la semana pasada sufrió un serio revés también inesperado en el parqué. Otra caída del 3%. Según informó Expansión, la razón de este nuevo sobresalto es que la mayoría de los analistas recomienda "mantener" o "vender" las acciones de Viscofan porque ya dan por acabado su potencial de crecimiento.
¿Cuál es el problema? En su gran batacazo, siete meses atrás, José Domingo de Ampuero y Osma admitía que "la fortaleza del mercado observada en la primera mitad del año se ha visto ralentizada en el tercer trimestre debido al descenso en los mercados emergentes, especialmente China y el sudeste asiático". O, dicho de otra manera, sus competidores se lo están poniendo difícil en los mercados asiáticos. La competencia es feroz y la Bolsa casi impredecible pero, de momento, Viscofan sigue triunfando.
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