Aedas Homes, la segunda mayor promotora de España por capitalización bursátil -alrededor de 1.100 millones-, trabaja ya para que una de cada cuatro de sus nuevas viviendas sea total o parcialmente prefabricada.
Se trata, actualmente, de la primera promotora de España por volumen de entregas: 1.963 en su ejercicio 2020, que terminó al cabo de marzo con una facturación de 667 millones y 85 millones de resultado neto. Tras estos resultados "positivos", la compañía se ha comprometido con el mercado a conseguir que el 25% de las viviendas que entregue a partir de 2023 sea total o parcialmente industrializada.
En ese año, Aedas prevé entregar unas 3.000 viviendas, de las que 750 serían parcial o totalmente prefabricadas. Por dimensionar las cifras anteriores, es de notar que en sus tres años de vida la promotora ha concluido 3.200 viviendas en total. Actualmente, el mercado de la vivienda industrializada en España apenas ronda el 1%, a diferencia de lo que sucede en otros países europeos, como los nórdicos, Reino Unido, Alemania o Francia.
"Esperamos poder anunciar pronto que una cuota de nuestras viviendas será en altura, pero ese es un tema todavía difícil. Como mínimo, los baños serían prefabricados", explican fuentes cercanas a la promotora controlada por el fondo estadounidense Castlelake. Busca convertirse y consolidarse como una de las tres principales promotoras españolas ESG - Inversión Socialmente Responsable-, con el 60% de sus nuevas promociones bajo certificación energética A a partir de 2023.
Bandera de Aedas
La compañía que dirige David Martínez ya ha entregado entre 50 y 90 viviendas completamente prefabricadas y un total de 1.500 de las que tiene en marcha han contado con algún grado de industrialización. Ambas cifras le han facilitado cumplir con los objetivos de su plan de negocio pese al impacto del coronavirus.
De las tres grandes compañías residenciales nacionales -junto a Metrovacesa y Neinor-, Aedas sobresale por haber asumido en sus últimas cuentas un compromiso público y consistente de cara a la promoción de vivienda industrializada.
Las constructoras residenciales proyectan que uno de cada tres nuevos pisos para alquiler sea prefabricado a partir de 2025
Desde la promotora todavía no han dado detalles de qué constructoras les acompañarán en su megaproyecto industrial. En cualquier caso, las proyecciones de Aedas entroncan con las de la constructora madrileña Avintia, que ya montó el primer edificio residencial prefabricado en altura de la historia de España -uno de alquiler asequible que se ha ocupado ya al 100%-, y las de la edificadora navarra ACR, otra de las pioneras del mercado de la vivienda industrializada.
Ambas constructoras proyectan en sus planes de negocio que, antes de 2025, una de cada tres nuevas viviendas para el alquiler en España sea prefabricada o de construcción industrial, han avanzado fuentes de sendas constructoras a este medio. A ambas constructoras cabe añadir un variado repertorio de pequeñas empresas especializadas en este segmento relanzado por la pandemia.
Cuota creciente sobre las nuevas viviendas
El ahorro de tiempo y las economías de escala potenciales que ofrece la edificación industrializada sintonizan mejor con la vivienda pensada desde su construcción para el alquiler, lo que se simultanea con la tendencia socioeconómica hacia este segmento en desmedro de la compra-venta de vivienda.
Tal y como informó este medio, el horizonte de distintas fuentes del sector pasa por que la capacidad productiva de vivienda industrializada en España represente, al menos, el 10% del total de las nuevas viviendas antes de 2025. Los fondos de inversión han invertido en levantar algo más de 7.000 viviendas baratas para alquiler desde 2019. Distintas fuentes estiman que hacen falta más de un millón de viviendas nuevas de alquiler antes de 2030.
Entre las ventajas que ofrece la vivienda industrializada a los promotores y constructores sobresale una reducción del 30-50% en los tiempos de obra y una mejor imagen de cara a potenciales empleados, que escasean en el sector.
Entre sus principales desafíos está igualmente la falta de mano de obra especializada en construcción industrial, los elevados costes iniciales (que se espera que sean compensados por las economías de escala) y, precisamente, la complejidad de su construcción total en altura.
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