Es uno de los fabricantes que más firmemente apuesta por la movilidad eléctrica, una tecnología que emplea tanto en su gama de turismos como de comerciales y que supone una clara apuesta de futuro… pero que viene de muchos años atrás. Tantos como que el primer modelo eléctrico que el fabricante francés comercializó data nada menos que de 1941, ocho décadas ya desde que el VLV original viera la luz, nacido para asegurar la movilidad de servicios esenciales en medio de una gran escasez de combustible provocada por la guerra.
Se convirtió, en su momento, en la primera firma automovilística en comercializar un vehículo eléctrico al lanzar al mercado el VLV, un mini-cabrio de dos plazas y que ofrecía 80 Kilómetros de autonomía y que estaba pensado para asegurar servicios esenciales, como Correos o asistencia médica, en un contexto falta de combustible a causa de la Segunda Guerra Mundial. En su desarrollo se aprovecharon estudios realizados por ingenieros de la marca en los años 20, utilizando como base el Peugeot 201.
El pequeño VLV, con un diseño muy original, contaba con 4 baterías de 12 V, que desarrollaban una potencia de 3,3 CV y se podían recargar en cualquier enchufe. El VLV tenía una autonomía de entre 75 y 80 Kilómetros y ofrecía una velocidad punta de apenas 36 Km/h, lo que le convertían en un vehículo eminentemente urbano. Pese a las dificultades en el aprovisionamiento de materias primas y acumuladores, se lograron fabricar 377 unidades de este modelo, que lucía un rayo en el frontal sustituyendo al tradicional León de la marca. Destacaba por su bajo peso, con una carrocería realizada enteramente en aluminio que permitía al VLV pesar solo 365 Kilos, baterías incluidas. Las autoridades del régimen de Vichy prohibieron su producción en 1943.
Tras esta primera incursión, la Crisis del Petróleo de los años 70 y 80 llevó a la marca francesa a recuperar sus estudios sobre movilidad eléctrica con modelos de serie como el 104 o el 205. Estos trabajos culminaron con el lanzamiento comercial del 106 eléctrico, entre 1995 y 2001. Ya en el siglo XXI, Peugeot volvió a dar un impulso a esta tecnología con la llegada del iOn, en 2009 y el Partner Electric, en 2014.
Un futuro que ya es presente
Hoy, fruto del desarrollo de la nueva plataforma flexible multienergía CMP, la marca cuenta en su gama con los nuevos e-208, vencedor del premio al “Coche del Año en Europa”, y el e-2008, fabricado en la planta de PSA en Vigo, que continúan la larga e intensa relación de Peugeot con la movilidad eléctrica. Ambos modelos cuentan con la misma base mecánica y comparten el hecho de ser los primeros eléctricos que se fabrican en la misma línea de montaje que cualquier otro modelo de la gama con motor de combustión tanto diésel como gasolina, y que han sido diseñados como una versión más de la gama y no como un modelo aparte.
El motor es sin duda el epicentro de estos nuevos modelos, un motor de última generación desarrollado de forma expresa para esta nueva generación de eléctricos. Destaca por sus compactas proporciones y su elevado rendimiento, ofreciendo 136 CV de potencia y un par máximo instantáneo de 260 Nm. La nueva plataforma modular eléctrica e-CMP se ha desarrollado para integrar una batería de alto voltaje de gran capacidad de 50 kWh, preservando el espacio a bordo y el volumen de maletero.
La batería ofrece tres modos de conducción, eco, normal y sport. El primero optimiza la autonomía regulando determinados parámetros como el aire acondicionado mientras que el sport prioriza el rendimiento y las sensaciones de conducción con una potencia máxima que permite al e-208 pasar de 0 a 100 km/h en 8,1 s. Todo ello con una autonomía homologada de 340 kilómetros.
El proceso de carga de la batería del e-208 contempla tres opciones diferentes. Por un lado, la carga normal permite hacerlo en un enchufe tradicional para el que el tiempo de carga completa es de 16 horas con el cable estándar que se suministra. La carga semi-rápida incluye el sistema Wallbox de 11 kW en el que la carga completa dura 5 horas mientras que la carga rápida, de momento sólo accesible en puntos públicos, permite en apenas 30 minutos recargar la batería hasta el 80% de su capacidad.
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