Con la vista puesta en una cada vez más cercana vuelta a la normalidad, aunque todo indica que se hará de una forma muy escalonada, los plantas españolas de turismos comienzan a definir cómo van a ser los próximos pasos a tomar. Sin embargo, dos de las que han dado a conocer sus planes lo hacen de forma muy diferente.
Así, la dirección de Volkswagen Navarra ha informado al Comité de Empresa de que estudia la posibilidad de empezar el 20 de abril la vuelta gradual a la producción, si se dan las condiciones legislativas que lo permitan y si está disponible la cadena de suministro, tanto nacional como internacional. En cualquier caso, el comité ejecutivo de Volkswagen Navarra ha explicado en una nota que en la vuelta a la producción parte de dos premisas irrenunciables, como son la de cuidar de la salud de los trabajadores y la de ejercer su responsabilidad social para generar empleo y riqueza y aminorar el impacto de la crisis sanitaria.
La dirección de la planta navarra ha iniciado este pasado lunes una ronda de reuniones con la representación de los trabajadores para consensuar las condiciones del regreso gradual a la actividad productiva, considerando prioritario el cuidado de la salud de todos los trabajadores y la defensa de la seguridad laboral, para lo que está tomando medidas para contar con Equipos de Protección Individual (EPI).
ERTE de PSA en Vigo y Zaragoza
Y mientras Volkswagen habla de reinicio de la actividad, el grupo PSA habla de nuevos expedientes de regulación de empleo con carácter temporal en los próximos meses. De esta manera, en el caso de la planta de Vigo la dirección ha trasladado a los sindicatos su propuesta de un nuevo ERTE diferente al que está ahora vigente, vinculado al estado de alarma, que se desarrollaría en dos etapas y solo englobaría al personal a tiempo completo.
La primera etapa de este nuevo ERTE por causas organizativas y productivas se desarrollaría desde el arranque de la actividad, previsto para el 20 de abril, hasta agosto, y la segunda, desde ese mes hasta final de año, según informaron a Efe fuentes sindicales y de la dirección. En total se solicitarán 90 días de ERTE, 55 para la primera fase, definida por la dirección como de recuperación progresiva de la actividad, y otros 35 para la segunda ante la previsión de una caída de la demanda de en torno al 30%, en la media de los pronósticos más optimistas y los más pesimistas, puntualizan fuentes de la empresa.
Este nuevo ERTE solo entraría en vigor si el vinculado a causas de fuerza mayor debido a la pandemia dejara de aplicarse. Según el planteamiento de la dirección, la primera etapa de este segundo ERTE se justifica en los ajustes que serán necesarios para el arranque paulatino de la actividad, con un turno por línea durante las dos primeras semanas, dos en las dos siguientes, y la incorporación posterior del turno de noche. El cuarto equipo iniciaría su actividad en julio si se confirma la fecha de arranque actual. La segunda etapa del nuevo ERTE la argumenta la dirección en la productividad, en función de la situación de recuperación del mercado. De momento no se ha puesto sobre la mesa el nivel de compensación al que se comprometerá la empresa que, en el caso del ERTE en vigor por causa de fuerza mayor, es del 80 % del salario bruto.
En cuanto a la antigua planta de Opel Figueruelas, PSA ha planteado a la representación de los trabajadores un nuevo ERTE que tendría vigencia entre el 26 de abril y el 31 de julio de este año, por causas organizativas y de producción. Las negociaciones se han abierto este pasado lunes entre sindicatos y empresa, que aún no ha presentado las condiciones concretas en la que plantea desarrollar ese nuevo expediente de regulación, que se expondrán en la reunión de hoy miércoles pero que la parte social espera que sean las mismas que tiene el anterior.
La empresa ha confirmado a Efe que el ERTE se va a presentar como una medida necesaria para reiniciar progresivamente la producción en condiciones seguras y restablecer el flujo de suministro. En la actualidad, en la factoría de Figueruelas está vigente un ERTE de fuerza mayor, relacionado con el actual estado de alarma que vive España con motivo de la crisis del coronavirus.
Según Sara Martín, presidenta del Comité de Empresa, este nuevo ERTE que se plantea empezar el 26 de abril, cuando finalice el vigente, tiene que ver con el anuncio de la prórroga del estado de alarma que hizo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado sábado, lo que puede suponer que la empresa no pueda adaptarse lo suficientemente rápido para reanudar la producción, además del desabastecimiento de piezas para la fabricación de vehículos.
Martín ha indicado que como otros países que suministran piezas a la planta, como Francia o Marruecos, han entrado en el estado de alarma más tarde que España, habrá carencia de suministros y no se podrá empezar a trabajar con normalidad el 26 de abril, cuando en principio concluye la situación excepcional.Este nuevo ERTE, de 40 días, segmentados para los tres turnos que hay por línea, afectará de nuevo a todos los trabajadores, incluida, en este caso, la dirección.
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