Envuelta como casi todas las fábricas en la problemática generada por la falta de chips imprescindibles para la producción y que ha obligado a la propia planta navarra a dejar de producir varias jornadas en el último mes, mira sin embargo con optimismo el futuro apuntalado con las nuevas adjudicaciones. La primera es la renovación del actual Polo que ya ha comenzado a producir. Y es que este modelo es sin duda el estandarte de la planta navarra, no en vano lleva ya más de ocho millones de unidades fabricadas a lo largo de su exitosa historia.
Ahora, sale al mercado una nueva evolución en la que el diseño, las tecnologías y la matriz de equipamiento de este utilitario se actualizan ampliamente, y lo convierten en uno de los primeros coches de su clase capaz de circular de manera semiautónoma. El primer coche de esta nueva generación ha sido un Polo Highline, de color Vibrant Violet Metallic, que monta un motor de gasolina 1.0 TSI EVO de 95 CV y que tiene Alemania como destino.
Volkswagen Navarra produce el Polo desde el año 1984. Asumió más de 30 años después, en diciembre de 2018, la producción de un segundo modelo, el T-Cross, un SUV urbano para uno de los segmentos de mayor crecimiento. Y ahora, la planta espera la llegada de un tercer modelo, el nuevo Taigo, un crossover coupé deportivo cuya producción comenzará a finales de septiembre de este mismo año. Un hito para la factoría navarra que refleja el compromiso del Grupo Volkswagen con España y que tiene en el horizonte de 2023 la adjudicación del esperado primer modelo eléctrico.
Porque así llegó a confirmarlo días atrás la propia ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, señalando que el vehículo eléctrico de Volkswagen se hará en la planta de Navarra, en respuesta a un diputado de UPN sobre cómo iba a a emplear el Gobierno los fondos europeos para apoyar a la industria navarra. Y es que el objetivo del Grupo Volkswagen es producir en España los modelos eléctricos pequeños de sus marcas Seat y Volkswagen, los cuales compartirían plataforma como sucede actualmente con sus respectivos modelos de combustión, el Seat Ibiza que se produce en Martorell (Barcelona) y el propio Volkswagen Polo en la planta navarra de Landaben.
En lo que respecta al nuevo Polo, destaca sobre todo el nuevo diseño de la parte frontal y trasera. En particular, se diseñaron de nuevo el paragolpes, el capó del maletero, los faros con tecnología LED, ahora de serie, y los grupos ópticos traseros. Gracias al nuevo diseño de los faros, se consigue una firma luminosa de día y de noche especialmente carismática. En el interior, el Polo cuenta con el "Digital Cockpit", ahora generalmente de serie, un volante multifunción también de serie y de nuevo diseño, sistemas de infoentretenimiento de última generación con unidad de control online (eSIM) y "App-Connect Wireless".
Pero si por algo se distingue el nuevo Polo en cuanto a tecnologías se refiere es por la novedad que supone en su clase el asistente de conducción "IQ.DRIVE Travel Assist". El nuevo y predictivo control de crucero adaptativo "ACC" y el asistente de aviso de salida del carril "Lane Assist" se funden en un nuevo sistema de asistencia y, de este modo, permiten la conducción parcialmente automatizada hasta 210 km/h. Y es que prácticamente ningún otro coche de este segmento tiene a bordo una gama de sistemas de asistencia tan innovadora como la de este Volkswagen.
Nuevo ERTE ante la falta de chips
Un futuro sin duda halagüeño para la planta navarra de Volkswagen que vive a la vez momentos complicados fruto de la falta de chips para la producción que llevó a saturar incluso los estacionamientos de coches de la factoría con más de 5.000 unidades a la espera de la llegada de semiconductores.
La persistencia del problema –que afecta a casi todas las fábricas a nivel mundial– ha llevado a la dirección de Volkswagen Navarra y a los sindicatos a aprobar un acuerdo para presentar un nuevo ERTE por causas organizativas y productivas, que tendrá vigencia durante el segundo semestre de 2021, hasta el 31 de diciembre, tras finalizar el ERTE del primer semestre. Las condiciones serán las acordadas en el ERTE del 29 de agosto de 2018.
Desde la factoría automovilística señalan que el problema en este momento es el chip de la centralita del coche que, debido a la escasez mundial de este tipo de componentes, ha hecho que algunas jornadas se hayan fabricado coches incompletos sin esta pieza, que quedan almacenados en los estacionamientos. Una situación de total incertidumbre y que no permite a la empresa hacer previsiones, sino ir trabajando "día a día".