Economía

La catalana Wallbox construirá su primera planta de cargadores eléctricos en EEUU

Es una de las empresas españolas con mayor crecimiento en los últimos años en el sector del automóvil. Su próximo paso, construir una fábrica de cargadores eléctricos en suelo americano

Comenzó a fabricar cargadores hace poco más de cinco años y pocos meses atrás se ha estrenado en la Bolsa de Nueva York, donde apenas un mes después de comenzar a cotizar sus acciones casi triplicaron su valor. En 2021 su facturación creció un 280% y afronta este 2022 con los deberes hechos, gracias a la firma de un acuerdo el pasado mes de septiembre con la empresa Raspberry Pi para el suministro de aproximadamente 200.000 microprocesadores y esquivar así la escasez en el mercado global de chips semiconductores.

Wallbox, fundada en 2015, vende sus productos en más de 80 países y cuenta con una plantilla de más de 700 trabajadores en todo el mundo. Actualmente, fabrica sus productos en España y China, mercado donde participa en una filial conjunta con Changchun FAWSN, y este año iniciará la construcción de su primera planta de fabricación de cargadores para vehículos eléctricos en Estados Unidos en Arlington (Texas), en la que invertirá unos 11 millones de dólares (unos 10 millones de euros al cambio actual) y creará 250 empleos.

Según ha informado la compañía, se espera que la planta, de 12.000 metros cuadrados, tenga capacidad suficiente para apoyar los planes de expansión de Wallbox en Norteamérica durante la próxima década. Así, la construcción permitirá a la empresa fabricar más de 250.000 unidades en 2022 y más de 500.000 en 2025. La línea de producción de las instalaciones empezará con los cargadores Pulsar Plus de Wallbox, su cargador doméstico más vendido, que puede cargar cualquier coche eléctrico.

Está previsto que en 2023 sigan las líneas de producción del Quasar 2, el cargador bidireccional de nueva generación que permite que el vehículo alimente la energía del hogar; el Supernova, su cargador público rápido, y el Hypernova, su cargado público ultrarrápido.

Expandirse en Norteamérica

Esta nueva planta tendrá un "papel fundamental" en la expansión de la empresa en América del Norte, un mercado que está dando un gran impulso a la electrificación de los automóviles con el objetivo de alcanzar un 50% de coches eléctricos en todas las ventas para 2030.

Así, Wallbox podrá mejorar el tiempo de entrega, reducir los costes de transporte en el país y optar a las subvenciones ofrecidas por el gobierno de Estados Unidos. La nueva instalación creará unos 250 puestos de trabajo directos en la región hasta 2030. La compañía también prevé asociarse con proveedores estadounidenses para el diseño y la construcción de la instalación, los espacios de almacenamiento y su nueva línea de montaje.

El director general de América del Norte de Wallbox, Douglas Alfaro, ha señalado que esta planta les permitirá satisfacer mejor las necesidades de sus clientes estadounidenses y apoyar la transición del país hacia la movilidad eléctrica.

La decisión de elegir Arlington para ubicar su primer centro de fabricación en Norteamérica se tomó por una serie de factores que incluyen la posición de la ciudad como centro de tránsito entre las costas del este y del oeste, su acceso a los principales corredores de autopistas que cruzan el país y su ubicación central con respecto a otras ciudades importantes de la zona, como Dallas y Fort Worth. El de Arlington es el cuarto centro de fabricación de Wallbox y se suma a dos instalaciones en Europa y una en China y, entre todas, se espera que la empresa tenga una capacidad de producir más de 1,1 millones de cargadores para finales de 2022. El anuncio se ha hecho tras el inicio de la producción de la nueva fábrica de Wallbox en Barcelona, que empezó en diciembre y que se inaugurará en pocas semanas.

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