Xavier Sala-i-Martin, catedrático de Economía de la Universidad de Columbia y conocido activista en pro de la independencia de Cataluña, rehúye el debate público con Luis Garicano, catedrático de Economía de la London School of Economics y coordinador del programa económico de Ciudadanos. En un encendido intercambio de tuits transcurrido a finales de agosto, Garicano retó a Sala-i-Martin a discutir en televisión los costes de una declaración unilateral de independencia. Enseguida, el canal de televisión Cuatro o el matinal de RadioCat se ofrecieron para albergar semejante choque de titanes. Sin embargo, una vez más y al igual que sucedió con Borrell, los soberanistas evitan las voces discordantes.
A pesar de que sí que suele polemizar en la radio con la número 2 del PP por Barcelona, Andrea Levy, el economista Sala-i-Martin rechazó discutir la materia en público con el también economista Garicano. Su argumento: que el académico de la LSE se ha transformado en un político por haberse sumado a las filas de Ciudadanos. Por el contrario, sí que aceptó el reto de un debate celebrado en la Universidad Pompeu Fabra. Eso sí, siempre que se tratase de una suerte de encuentro académico de seis contra seis a puerta cerrada y sin acceso a los medios.
No obstante, el pasado fin de semana Albert Rivera insistió de nuevo en que se celebrase un debate televisado entre Luis Garicano y cualquiera de los economistas de cabecera de Junts Pel Sí como Xavier Sala-i-Martin. "A Sala-i-Martin no le importa enzarzarse con un político como Andrea Levy porque no es una experta en Economía, pero bien que se escapa de enfrentarse a Garicano con luz y taquígrafos. Están escamoteando una discusión que es fundamental para los votantes en Cataluña", señalan fuentes de Ciudadanos.
Debate en la Red
La polémica entre los dos prestigiosos economistas estalló a finales de agosto en Twitter. Garicano había publicado un artículo en La Vanguardia en el que alertaba de que una secesión unilateral sería un paso al vacío con unos costes potencialmente astronómicos. Entre otras cosas, advertía de la salida del euro y de la imposibilidad de mantener un elevado endeudamiento público y privado entrando en un espiral de pérdida de confianza, mayores tipos y recesión similar al vivido en España en 2012. Ipso facto, Sala-i-Martin se arrojó a la yugular de Garicano via tuit: "Luis: Esto de la política no te sienta bien. Tu puedes escribir cosas más inteligentes sin necesidad de falsear".
En una escalada de mensajes en menos de 140 caracteres, el gurú de los nacionalistas defendió que los niveles de endeudamiento serían similares a los de España y que había que comparar los costes de la transición a la independencia con los de seguir en España y padecer el déficit fiscal o las políticas de infraestructuras dirigidas desde Madrid. Además, criticó a los españoles por tener un modelo de negocio basado en el favoritismo político y la obra pública. Y acusó a Ciudadanos de crear un problema donde no lo había con la enseñanza exclusiva en catalán.
Por su parte, Garicano replicó que el dividendo fiscal sería igual al que tendría Madrid si se independizase; que Cataluña había tenido mucha capacidad de influencia sobre todos y cada uno de los Gobiernos de España; que hay evidencia de que en Cataluña existe un grado de corrupción incluso peor y que no parece que sea fácil instaurar una sociedad mejor de la mano de la CUP. A lo que Sala-i-Martin respondió que Podemos era lo mismo que la CUP y que no existía tal evidencia de mayor corrupción en Cataluña.
No es la primera vez que los economistas a favor de la secesión eluden el debate. Ningún miembro del Colectivo Wilson que lidera Sala-i-Martin aceptó la invitación de Hacienda para acudir al Congreso de Balanzas fiscales celebrado el año pasado en Madrid. Una cita a la que asistieron expertos de toda España pero en la que no comparecieron ni uno solo de los economistas partidarios de la independencia. Quizás porque, fuese quien fuese el experto consultado, todos pusieron en duda los métodos que utilizaba la Generalitat para apuntarse un ilusorio dividendo fiscal.
En este punto conviene recordar que Sala-i-Martin mantuvo en una reunión de Davos una acalorada discusión con el mismísimo presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. Allí reprochó al jefe del Ejecutivo comunitario que pudiesen admitir a una Serbia surgida de una guerra pero no a una Cataluña soberana que saldría de un proceso plenamente pacífico (relatado aquí por El Mundo y aquí por él mismo). Aun así, a pesar de la insistencia de las más altas instancias europeas sobre la inequívoca jurisprudencia existente producida por la Comisión Prodi, el economista catalán argumenta que Europa no se atrevería a dejar a más de siete millones de catalanes fuera de la UE.
¿Y el motivo que aduce? Pues puras razones prácticas, ¿cómo va Europa a autoinfligirse todavía mas daño?, viene a decir Sala-i-Martin, a quien por cierto le han dado un programa de televisión en TV3. Y lo dice como si Grecia no hubiese sido un ejemplo de que la eurozona se traga incluso una crisis soberana con tal de que se imponga la disciplina. Por si acaso, Merkel y Cameron ya le han recordado que hay que respetar la integridad de los Estados. Para todos los líderes europeos sin excepción, lo que de verdad sería poco práctico es fomentar las secesiones desde el Veneto a Córcega pasando por Escocia, Flandes, el Sur del Tirol o País Vasco.
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