"A ver si soy capaz de explicarlo", comenzó diciendo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el jueves en rueda de prensa celebrada en Moncloa, al atender a las preguntas planteadas sobre los ERTE que se están solicitando en España de forma masiva por la crisis del coronavirus.
"Los ERTEs no son parados, los hemos hecho para no destruir empleo, por eso la Comisión Europea quiere emular el modelo español, porque son una especie de dique, vale, que impide que no se despida", dijo el jueves la titular de Trabajo en esa fatídica rueda de prensa, junto al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Una aparición televisada que recuerda a la que protagonizó María Dolores de Cospedal cuando dijo aquello del "despido en diferido" para argumentar que Bárcenas siguiera cobrando del partido. "A ver si logro explicarlo y me ayuda el ministro Escriva", insistió Díaz el jueves tratando de que el expresidente de la Airef le echara un capote.
La reforma laboral de Rajoy
Al poco éxito que tuvo la ministra de Trabajo y Economía Social a la hora de explicar en qué consiste la medida se le suma la contradicción que supone que alguien que forma parte del Gobierno de Pedro Sánchez por el lado de Unidas Podemos dé la impresión ahora de alardear de la efectividad del modelo de los ERTE, y de ser un invento del actual Ejecutivo, cuando su partido hace dos días quería tumbar la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.
La misma reforma laboral, aprobada el 10 de febrero de 2012, que instauró el Expediente Temporal de Regulación de Empleo con el objetivo de aminorar el impacto que la crisis económica y financiera iniciada entre 2007 y 2008 estaba teniendo sobre el empleo.
Unidas Podemos se presentó a las últimas elecciones generales con un programa que contemplaba la derogación por completo de esa reforma laboral. En el punto 161, el programa del partido liderado por Pablo Iglesias decía: "Derogar la reforma laboral de Zapatero de 2010 y la de Rajoy de 2012".
El partido morado anotaba como "obvia" la necesidad "de elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores". Para ello, "el primer paso de este proceso es la derogación de unas reformas laborales que han impedido que la gente recuperara los niveles de bienestar previos a la crisis y que fueron escritas al dictado de la troika y con el beneplácito de la CEOE y el Círculo de Empresarios".
Como ha recordado Francisco Núñez en este periódico, tampoco es que ningún Gobierno español pueda ponerse la medalla de la invención de los ERTE, siendo realmente una medida ideada en Alemania para mitigar los efectos en el empleo de descensos de pedidos industriales, principalmente en el sector automovilístico. Pero llama la atención que hasta que estalló la crisis del coronavirus, el Gobierno de Sánchez estuviera negociando con sus socios de Unidas Podemos una contrarreforma laboral.
Si esa 'contrarreforma' se hubiese llevado a cabo, y se hubiera puesto fin también a los ERTE, la capacidad del Ejecutivo ahora para contrarrestar los efectos en la economía del impacto del coronavirus hubiera sido mucho menor.
"Por tanto, no son paro, piensen que computan, están de alta, no están en el paro, a ver si soy capaz, hay dos datos en el ERTE (...). No se si el ministro Escrivá me pueda ayudar, pero vamos, no son parados", continuó diciendo Díaz el jueves en aquella rueda de prensa. "En este país los niños y las niñas a partir de ahora van a saber lo que son los ERTEs", añadió. Es de suponer que la ministra Yolanda Díaz, abogada laboralista, de familia con fuerte tradición sindicalista, sepa perfectamente en qué consiste un ERTE, aunque no logre expresarlo con claridad. Pero llegar a decir que Europa quiere "emular" el sistema español, y que es una medida que "hemos hecho para no destruir empleo" es demasiado, ¿vale?
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