La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha presentado este lunes el Componente 23 del Plan de Recuperación -referido al mercado laboral- y, pese a que su redacción no dice lo mismo, ha asegurado que las medidas trasladadas a Bruselas suponen la derogación de la reforma laboral del PP de 2012.
"Sí, sin duda. No sólo es la derogación de la reforma laboral del PP sino que es aún más ambicioso", ha zanjado en su primera rueda de prensa tras la salida de Pablo Iglesias de la política y con un discurso en el que ha querido mostrarse mucho más dura de lo que acostumbraba en los últimos meses.
La nueva líder de Podemos en Moncloa ha radicalizado su postura ante la ausencia en el Ejecutivo de la voz crítica que suponía Iglesias y ha asegurado que el Gobierno cumplirá con lo pactado en el acuerdo de coalición y que derogará la reforma laboral del PP a lo largo de este año.
"Los cambios laborales se publicarán en el BOE antes de que termine 2021. El presidente, Pedro Sánchez, y yo estamos más unidos que nunca. La legislatura empieza ahora. Los cambios empiezan ahora y nuestro quehacer es darle esperanza a la gente: nunca más diremos que hay que ajustarse el cinturón", ha proclamado.
Lanza así un mensaje de tranquilidad a sus electores: ahora que ella velará por el cumplimiento de lo pactado con el PSOE, los acuerdos se cumplirán.
El Plan publicado no hace mención a la reforma laboral
El texto del Componente 23, sin embargo, no dice lo mismo. La palabra derogación no figura ni una sola vez y tampoco se hace alusión a los aspectos que el Ejecutivo consideraba "más lesivos" de la reforma del año 2012 y que quería derogar, según recogía en su Programa para un Gobierno de Coalición.
Ambos partidos acordaron derogar las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo, perpetuándolo tras la finalización de su vigencia y hasta la negociación de uno nuevo (recuperar su ultraactividad); y derogar la prioridad aplicativa de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales.
También querían limitar la subcontratación a servicios especializados ajenos a la actividad principal de la empresa; limitar la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa; y revisar el mecanismo de inaplicación de los convenios colectivos, orientándolo a descuelgue salarial vinculado a causas económicas graves.
Sorpresa por su cambio de actitud
El giro de Yolanda Díaz ha cogido por sorpresa a los empresarios -con los que se verá las caras este miércoles en una reunión del diálogo social- y también a algunos compañeros de mesa en el Consejo de Ministros. Y es que hasta hace pocos días, la titular de Trabajo venía mostrando en público una actitud conciliadora.
Hace sólo una semana, en una entrevista en La Vanguardia, Díaz se desmarcó de la derogación de la reforma laboral. "No nos centremos en la reforma del 2012. Podemos ir al 2012 y no vamos a arreglar la situación", señaló.
La ministra ha recalcado, en este sentido, que el Gobierno pretende ir más allá. Por eso está trabajando en una "revolución" que ayude a mejorar el empleo.
Desde que Calviño tuvo que intervenir de urgencia para frenar la derogación, Díaz se ha mostrado partidaria de tomar medidas consensuadas en la mesa del diálogo social. Las dos ministras se mostraban alineadas a la hora de defender un marco laboral para España. Coincidían en las prioridades de actuación (plan de choque contra el paro juvenil, políticas activas de empleo o digitalización del SEPE). Y también en la necesidad de avanzar, en el marco del diálogo social, en otras medidas como la flexibilización de los contratos de trabajo o la negociación colectiva.
Las declaraciones de Yolanda Díaz también han generado cierta sorpresa entre los empresarios. No obstante, fuentes próximas a las patronales interpretan los mensajes de la ministra en términos más políticos que prácticos.
"Lo que al final importa es lo que ocurra en la mesa del Diálogo Social", señalan fuentes empresariales. Es ahí en ese foro donde la titular de Trabajo tendrá que aclarar si se mantiene en la senda de la conciliación (la marcada por Calviño) o da un giro en la dirección que desean los sindicatos (próxima a las tesis que siempre ha defendido Unidas Podemos).
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