Las cuentas públicas del próximo año peligran con una inflación desbocada y un gasto en pensiones referenciado al IPC real del último ejercicio. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) calcula que por cada punto de inflación adicional sube el gasto en pensiones en 1.500 millones, cuando la subida del Índice de Precios de Consumo (IPC) se encuentra ya próximo al 10%.
La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, desveló el cálculo este jueves en un evento organizado por el Colegio de Economistas de Madrid y el Consejo General de Economistas. Herrero señaló que si bien "en el corto plazo la inflación tiene un efecto directo positivo en el déficit público por el aumento de la recaudación, para 2023 la situación cambia radicalmente".
"Si se mantienen los actuales precios, el presupuesto de gastos de 2023 nacería en un contexto de inflación alta y tenemos una partida fundamental, la de las pensiones, que está referenciada al IPC", advirtió. "Según nuestros cálculos, por cada punto adicional de inflación, el gasto en pensiones sube 1.500 millones. Con lo cual, no tenemos más que ver los niveles de inflación que tenemos para suponer el impacto en las cuentas públicas de una revalorización de las pensiones con el IPC", sentenció.
Esta misma semana, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) revisó sus previsiones macroeconómicas y estimó que el año acabará con una inflación media del 6,8%. De confirmarse, esta sería, aproximadamente, la cifra que se tomaría como base para revalorizar las pensiones, lo que incrementaría en algo más de 10.000 millones de euros el gasto, según Funcas. En este sentido, desde el servicio de estudios destacaron que "sería deseable que el Gobierno presentara un plan para ajustar los desequilibrios presupuestarios a medio plazo".
Revisará el crecimiento del PIB por debajo del 5%
La AIReF todavía no ha revisado sus previsiones macroeconómicas, está previsto que lo haga la próxima semana ene l informe sobre los Presupuestos iniciales de 2022. En octubre, cuando la institución se pronunció sobre el plan presupuestario, estimó un crecimiento real de la economía del 6,3%, lo que se traducía en términos nominales en el 8,1%.
En enero, ya incorporaron un impacto de medio punto por los precios de la energía y las disrupciones en las cadenas de suministro, con un crecimiento del PIB del 5,9% (del 7,7% en términos nominales). Sin embargo, con la coyuntura actual, Herrero avanzó este jueves que revisarán nuevamente a la baja esa previsión y se situará entre el 4% y el 5%.
"En este momento estamos ultimando nuestras previsiones, esperando casi al último momento para afinar las décimas, pero el crecimiento claramente se sitúa entre el 4% y 5%. Aquellas previsiones de crecimiento real que giraban en torno al 6% están claramente superadas. En términos nominales prácticamente no habrá diferencias y seguiremos estando cerca del 8%", aseguró.
"Si la realización de proyecciones a corto plazo para 2022 es ciertamente compleja, nos asusta mucho más el pronunciamiento que tendremos que hacer de aquí a un mes de la actualización del Programa de Estabilidad, que contempla un horizonte hasta 2025", lamentó la presidenta de la AIReF. En este escenario macro, que el Gobierno debe enviar actualizado a la Comisión Europea el próximo mes de abril, será donde el Ejecutivo rebaje el crecimiento previsto para este año, actualmente fijado en el 7%.
