Las previsiones del comercio sobre su recuperación tras la crisis del coronavirus son peores después de hacer balance de lo que está suponiendo la caída del turismo en sus cuentas. Así, si a comienzos de mes contaban en el sector con cierres de hasta el 20% de las tiendas, ahora la cifra asciende hasta el 30% tras el verano. En concreto, uno de cada tres negocios no llegará a final de año.
Son las estimaciones que manejan en la Confederación Española de Comercio (CEC), a las que ha tenido acceso Vozpópuli, en la que reconocen que parte de ese 30% no ha podido abrir tras el estado de alarma y no lo hará de nuevo por no encontrar la forma de salir a flote después de meses con la persiana bajada.
"El previsible empeoramiento de la economía y aumento del desempleo en el último trimestre del año ha hecho que la confianza a la hora de consumir caiga a niveles de 2007", cuenta el presidente de la CEC, Pedro Campo, que apunta a que el comercio local ya lo está percibiendo y las ventas se han reducido considerablemente, a lo que hay que sumar un periodo de rebajas que apenas ha logrado captar clientes.
No en vano, y también según los datos de la CEC, en algunas zonas -las más dependientes del turismo- se ha llegado a registrar un 50% menos de ventas respecto al mismo periodo del año anterior.
El turismo lo acaba de hundir
Por eso, los representantes del sector hacen ya números sobre lo que está suponiendo la menor llegada de visitantes al país, algo que está impactando de forma directa a las tiendas y está teniendo fuertes efectos en sus cuentas, más allá del periodo de rebajas.
En concreto, los comercios más afectados están siendo los del sector textil presentes en las zonas de Baleares y Canarias, así como grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
"Para muchos comercios, estos meses tras la pandemia eran su última bala para conseguir mantenerse en pie, y muchos no van a lograrlo tras la caída de ventas registrada", apuntan fuentes del sector.
Así las cosas, en el sector no tienen demasiada confianza puesta en el mes de agosto, en el que "los rebrotes se están dando en varios lugares", y temen que sus previsiones puedan todavía empeorar. "El balance tras el verano va a ser catastrófico", aseguran.